Varapalos a la SGAE
Pese a que han colocado a una insigne titiritera (era la titiritera jefe en la Academia del Cine) al frente del Ministerio de Cultura, pese al apoyo incondicional de la izquierda (ellos siempre con los parias de la tierra), la justicia y el sentido común va imponiéndose en lo referido a los derechos de autor y a los privilegios que el Gobierno socialista ha otorgado a una empresa privada como es la SGAE. Han permitido a una entidad privada el cobrar y gestionar un impuesto. Vamos la vuelta a los derechos feudales.
Ese nacimiento a la sombra del poder ha hecho que la SGAE actúe con una chulería totalmente impropia. Así, ha denunciado a periodistas que han osado criticarles, ha intentado cerrar revistas y pasquines que atacaban los modos y las actuaciones de la SGAE. Ha perseguido la tecnología naciente criminalizando a los internautas calificándolos de piratas, y otras lindezas por el estilo. Ha perseguido a los desarrolladores de software para el intercambio de ficheros, ha cobrado hasta por actos benéficos y a los falleros y rocieros por canciones que ya no están sujetas a derechos de autor...
Pero están comenzando a pagar sus prepotencia. Los jueces han comenzado a condenar las prácticas de policía cultural que se gastan colándose en fiestas privadas (bodas y eso), acaban de declarar inocente a Federico Jiménez Losantos (como antes a tantos otros) por las críticas que éste vertió en su programa contra la SGAE. Y como las desgracias nunca le vienen solas al malvado, acaban de exonerar a un internauta que había descargado más de tres mil películas. El juez afirma que el internauta no ha cometido delito ya que no ha habido ánimo de lucro. Y parece lógico, ya que si yo adquiero un bien, puedo prestarlo a quien quiera. Un fichero de música no es sino un bien que puede un amigo prestarme (lo mismo que una camisa o un libreo. ¿Se imaginan que si mi madre le dejase a mi mujer un bolso de Channel debiese o bien mi madre o bien mi mujer pagar por cada uso? ¡¡Sería de locos!!), o yo prestárselo a ellos. Si yo cobro por ello, estoy haciendo un uso impropio de ese bien que era para uso privado...
Lo hemos dicho ya varias veces aquí: la tecnología ha hecho que el modelo de negocio deba cambiar. No tiene sentido el empeñarse en mantener un modelo de negocio que está muerto. Hoy la cultura es ya universal, ponerle puertas al campo no tiene ningún sentido ya. Y mucho menos con esa formas seudo-mafiosas.
Ese nacimiento a la sombra del poder ha hecho que la SGAE actúe con una chulería totalmente impropia. Así, ha denunciado a periodistas que han osado criticarles, ha intentado cerrar revistas y pasquines que atacaban los modos y las actuaciones de la SGAE. Ha perseguido la tecnología naciente criminalizando a los internautas calificándolos de piratas, y otras lindezas por el estilo. Ha perseguido a los desarrolladores de software para el intercambio de ficheros, ha cobrado hasta por actos benéficos y a los falleros y rocieros por canciones que ya no están sujetas a derechos de autor...
Pero están comenzando a pagar sus prepotencia. Los jueces han comenzado a condenar las prácticas de policía cultural que se gastan colándose en fiestas privadas (bodas y eso), acaban de declarar inocente a Federico Jiménez Losantos (como antes a tantos otros) por las críticas que éste vertió en su programa contra la SGAE. Y como las desgracias nunca le vienen solas al malvado, acaban de exonerar a un internauta que había descargado más de tres mil películas. El juez afirma que el internauta no ha cometido delito ya que no ha habido ánimo de lucro. Y parece lógico, ya que si yo adquiero un bien, puedo prestarlo a quien quiera. Un fichero de música no es sino un bien que puede un amigo prestarme (lo mismo que una camisa o un libreo. ¿Se imaginan que si mi madre le dejase a mi mujer un bolso de Channel debiese o bien mi madre o bien mi mujer pagar por cada uso? ¡¡Sería de locos!!), o yo prestárselo a ellos. Si yo cobro por ello, estoy haciendo un uso impropio de ese bien que era para uso privado...
Lo hemos dicho ya varias veces aquí: la tecnología ha hecho que el modelo de negocio deba cambiar. No tiene sentido el empeñarse en mantener un modelo de negocio que está muerto. Hoy la cultura es ya universal, ponerle puertas al campo no tiene ningún sentido ya. Y mucho menos con esa formas seudo-mafiosas.
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