Más madera. Ahora a las Cajas

Después de repartir dinero los bancos, de comenzar a dar dinero a fábricas ineficientes, de repartir dinero para maquillar las cifras del paro gracias al Plan E, ahora toca repartir dinero a los chiringuitos de los políticos autonómicos: las cajas. Como si se tratara del tren de los Hermanos Marx, los socialistas de todos los partidos (aquí los del PP siguen la estupidez progre), van destrozando los vagones (los sufridos ciudadanos) mientras alimentan la caldera bancaria. Pero es que encima estamos pagando la mala gestión de los bancos varias veces. Y me explico: gracias a los suelos de las hipotecas, a las revisiones y al Euribor mucho más alto que el precio real del dinero, y las comisiones mil que te cobran (acaban de cobrarme 16,50 € por ¡¡¡mantenimiento de la cuenta!!! cuando ya todo lo hacemos vía internet), los clientes sufragamos las pérdidas que están teniendo. Además les damos dinero vía impuestos ahora (curiosamente, si van bien en el futuro no nos lo repercutirán). Y súmale una legislación favorable que hace que el deudor deba responder con todos sus bienes (y no sólo el hipotecado) a la deuda. De forma que no hay riesgo en la banca... si hace falta se lo cobran en carne.

Lo hemos reiterado ya varias veces: los bancos y cajas fueron temerarios prestando dinero sin las debidas garantías de que pudiera ser devuelto. Y en el caso de las cajas, además se hacia a los partidos, siendo corresponsables de la corrupción. Y ahora tenemos que sacarles de los problemas. De acuerdo, pero todos a la calle: los bancos que no vayan bien deben ser intervenidos (como se hizo en su días con Banesto y Mario Conde), revisadas sus cuentas y los directivos que hayan podido incurrir en irregularidades pasen por el banquillo, caminito de Jerez que diría el juez Bermúdez. Y los que simplemente hayan sido mal gestores, también debe saberse, ya que la sociedad tiene derecho a saber quiénes son un cáncer para el sistema financiero y librarse de ellos (pueden dedicarse a picar piedra, por ejemplo).

Y esos bancos intervenidos deberán ser luego revendidos para que el Estado (los ciudadanos que pagamos) recupere parte de su inversión y no tenga que aumentar los impuestos a la clase media para pagar los desaguisados de los banqueros de turno.

Lo que ocurre es que la idiocia es un mal general: desde EEUU nos llega este afán intervencionista. ¿Por qué no pueden quebrar los bancos y cajas? Hasta ahora llevamos pagados y avalados más de 300.000 millones de euros... sin que nos aseguremos de que en el futuro esto no va a volver a suceder. Y encima algunos siguen dando beneficios, ¿contra nuestro dinero? ¡¡Vaya cara!!

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