Good, o lo que ocurre si no luchas contra el mal

Ayer estuvimos viendo la película protagonizada por Viggo Mortensen, Good. Es una película interesante, sutil en la forma, donde el personaje principal, el profesor John Halder es un profesor de literatura con unas circusntancias familiares complicadas y que en una pequeña novelita había defendido la eutanasia. Muchos nazis usan esta mediocre novela para defender la eutanasia y piden colaboración al profesor para esto. Halder no es nazi, su psicoanalista es un judío amigo al que intentará ayudar en todo momento. Su situación familiar es caótica: su madre enferma absorbe el poco tiempo que tiene, su mujer es una pianista psicótica, y su suegro un nazi convencido que le anima a unirse al partido para mantener su cátedra en la universidad.

Y ahí comienza su declive moral. Porque toda la película muestra a un hombre que no podemos definir como malvado. No es un Goebbels o un Hitler (de hecho los despreciaba), pero unas veces por conveniencia (mejoras personales) y otras por miedo y apocamiento, Halder no hace nada para oponerse al mal. No colabora entusiásticamente, pero no se opone. Halder va cayendo poco a poco en una pendiente. Llega a decir que 'nunca supuse que llegaran tan lejos'. No cuento el final porque aconsejo verla, pero es impresionante el ver como una persona va destruyéndose a sí misma sin hacer grandes maldades.

En otra película sobre el nazismo, Los juicios de Nüremberg, en el diálogo entre el juez americano y el otrora gran profesor de derecho alemán, éste le dice 'nunca pensé que la cosa llegara a los campos de concentración' y le responde el juez: 'eso comenzó el primer día que envió a un inocente a prisión'. La degradación moral, la destrucción de los resortes éticos de una sociedad no se produce de repente, no es cosa de un día, sino el fruto de pequeñas cesiones, aparentemente sin importancia, pero finalmente llega el mal en estado puro.

Y esto vale para la sociedad que tenemos hoy. Son lecciones que nos da la historia. Hemos ido admitiendo el mal en nuestra vida de forma natural. Así, la destrucción de la familia se ve como algo 'inevitable', el aborto como un 'derecho', el pseudo-matrimonio homosexual como una muestra de 'tolerancia', la complacencia con la violencia islámica como 'multiculturalismo' y la censura impuesta por pequeños lobbies (como el homosexual o el de la ideología de género) como 'libertad de expresión'. Poco a poco vamos viendo como el mal avanza, y no nos oponemos a él, unas veces por cansancio, otras porque pensamos que no llegará a tanto, otras por no 'complicarnos la vida' y las más por miedo. Y así, en toda Europa, se va imponiendo una visión que no es la de la mayoría de la población (esa mayoría silenciosa de ciudadanos comunes), sino la de pequeños grupos sin representación (actores y artistas sin arte, políticos de casta y masones varios). Porque no nos engañemos, la mayoría de los ciudadanos se preocupa por la destrucción de la familia en su entorno cercano, ve el aborto como una monstruosidad que no quiere para sus hijas, el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer ('lo otro es otra cosa', dicen los más progres de ellos), el islam como algo que no nos es propio y la censura de los lobbies como una violencia injustificable. Pero no se da el paso adelante para oponerse de frente al mal... Esperemos que el espejo del profesor Halder anime a muchos a actuar...

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