Zaplana hace un discurso histórico

Hoy se ha aprobado en Comisión el Estaut de Cataluña, verdadera constitución que termina con la nación española y crea, sin soporte histórico ni legal, la nación catalana. Al final, sólo el PP, con casi 10 millones de votos y muchos más que ven en él al único capaz de reconducir esta situación, se ha opuesto a la aberración que se ha cometido. Zaplana, portavoz del PP en el Congreso ha realizado hoy un discurso histórico, que vamos a comentar, entresacando algunas de sus afirmaciones. Pese a todo, podéis leerlo aquí.

Ustedes saben que este es un Estatuto para una sociedad que no existe porque Cataluña no es excluyente, y ni siquiera es nacionalista en buena parte de sus ciudadanos. Este es un Estatuto elaborado a espaldas de muchos, de demasiados catalanes. A espaldas del 53% de catalanes que tienen como primera lengua el castellano. A espaldas del 71% de catalanes que no considera a Cataluña como la nación que se consagra en este Estatuto. A partir de ahora serán ellos los que deberán amoldar sus opiniones a la nueva Cataluña oficial.

Y es que es así, no había ni un 5% de catalanes preocupados por el Estatut, lo han aprobado los políticos, nacionalsocialistas, para medrar, para romper España con el apoyo de un presidente débil, que no merece ocupar el cargo que ocupa. Normalmente las leyes se hacen por políticos para los ciudadanos, para regular lo que existe. Pero esta vez, los políticos hacen una norma, no sólo a espaldas, como dice Zaplana, de los ciudadanos de Cataluña, sino contra ellos. Esos españoles que viviendo en Cataluña van a verse obligados a expresarse en catalán por decreto, que no podrán afirmar que Cataluña no es una nación so pena de ser tachados de 'antisistema'...

¿Podrá negar alguien en esta sala que el preámbulo tiene un valor interpretativo determinante? Si el preámbulo no tiene apenas valor, como se ha dicho, ¿por qué ha cambiado el que propuso el Parlamento de Cataluña en el texto original? Si no sirve para nada ¿Por qué no mantenemos el que aprobó más del 90% de catalanes en 1979?. Si no sirve para nada, ¿por qué y para qué tanta discusión? Señorías, seamos serios. En la propia jurisprudencia del Tribunal Constitucional encontramos decenas de sentencias fundamentadas en preámbulos de textos legislativos, estatutarios, directivas europeas y en la propia Constitución.

Por parte de los perpretadores de esta aberración se ha afirmado "que el preambulo es como el prólogo y que no sirve para nada", y se sabe que no es cierto. El preámbulo es el que define cómo debe interpretarse la ley posterior. Es en el preámbulo dónde se define en la Constitución americana los derechos del hombre, es en ese mismo preámbulo donde lo definía la francesa. Pero hay que deshacer España y sólo con un objetivo: dejar fuera al Partido Popular de la política y para ello crear un nuevo Estado con los nacionalistas, y para ello se destruye una nación, la más antigua de Europa, y se entrega en manos de las fieras.

En este Preámbulo que hoy debatimos, se ha reconocido un acto de soberanía del Parlamento de Cataluña al margen de nuestra Constitución. Se dice textualmente: “El Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido, de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación”. Se reconoce un acto de soberanía paralela a la que constitucionalmente representa esta Casa. Y yo me pregunto, señorías, a propósito de esta soberanía reconocida al Parlamento Catalán, ¿qué hay de esencialmente diferente entre este acto de soberanía paralela y el que, por ejemplo, nos planteaba la norma del Parlamento Vasco conocida como Plan Ibarretxe?

Y esta es la cuestión: ¿por qué se le dijo no a Ibarretxe que en su plan no llegaba ni siquiera tan lejos como Mas, Maragall y Carod en el suyo? Pues porque este está bendecido por el señor que okupa la Moncloa y sirve a sus intereses. No existe más soberanía que la de la nación española. Eso es lo que dice la Constitución y eso es lo que aquí se niega. Se le permite a una parte cambiar el todo, ya que el articulado de la Constitución Española afirma que España es una 'nación única e indivisible', hasta hoy. Además, los parlamentos autonómicos no son soberanos, su soberanía emana de la Constitución y del conjunto de la nación española. El parlamento andaluz no es el parlamento de los andaluces, sino el medio que los españoles nos hemos dado para organizarnos y ese parlamento sólo puede legislar sobre aquello para lo que los españoles le hemos dado potestad, no para definir derechos, no para definirse asímismos. Se sale de sus competencias y eso se llama... sedición.


¿Quien puede decir, sin violentar la verdad, que la propia Constitución “reconoce la realidad nacional de Cataluña como una nacionalidad”?
¿Dónde se declara eso en la Constitución? ¿Por qué se manipula la realidad de nuestra Ley de Leyes, de nuestra Constitución?
Que nadie se engañe. A partir de ahí, es lógico y coherente también que, de un preámbulo que reconoce la nación catalana, luego en el articulado se detallen los símbolos nacionales de dicha nación. Como es lógico y coherente que también tenga una relación bilateral con el Estado, unas competencias exclusivas insumisas a la legislación básica, y unas relaciones exteriores propias. A partir del Preámbulo es consecuente violentar la Constitución que era nuestro modelo de convivencia política. Y es lógico y coherente que, como nueva nación, realice su aportación a la solidaridad común una vez que tenga garantizada por ley la gestión tributaria y su cuota de inversiones del Estado.


Es evidente que es el preámbulo el que permite que, si Cataluña es nación, pueda tener derechos propios, símbolos nacionales, no cooperen al bien común de la nación española, ya que ellos han dejado de ser España, para ser otra cosa. Primero ellos, después, ya veremos. Extrapolando este esquema (que no dejarán hacerlo, ya que ellos tienen que ser 'diferentes'), la solidaridad entre comunidades, entre ciudadanos, queda rota. ¿Van a permitirme a mí, soberano al fin y al cabo, que decida cuánto y bilateralmente aporto al Estado una vez sufragadas mis necesidades? Un viaje al Caribe de vez en cuando, ¿forma parte de esas necesidades como para Cataluña gastarse el oro y el moro en periódicos que sólo leen en la Generalitat (Avui) y eso extorsionando a los empresarios para que pongan la 'tela'?

Podrán seguir refugiándose, y sin duda lo harán, en el “No Pasa Nada” e incluso, como sueña el Presidente Rodríguez Zapatero, que no se note demasiado antes de las próximas elecciones, pero es evidente que esta reforma se plantea para que pasen cosas y las que nos esperan no son nada buenas.

Es lo único que le importa, y por eso se mediga de ETA una tregua, porque hay que llegar a las próximas elecciones 'como sea'. Y ganar por mayoría absoluta o al menos que con sólo los despojos de Izquierda Hundida se pueda gobernar. De esta manera se hace esa revolución que en lo social ya ha comenzado y que seguirá en lo económico, en lo político... en todas las efereas de la vida, que a eso aspira la totalitaria izquierda y su hijo, lo políticamente correcto.

La reaparición de los derechos históricos en el estatuto catalán es una vuelta atrás, hacia el privilegio fiscal, los jueces propios -más próximos siempre al gobierno que al justiciable-, la lengua impuesta desde las instancias educativas oficiales y la cultura monolingüe. Es el federalismo asimétrico a favor de una supuesta nación en la que según las encuestas solo cree uno de cada 4 catalanes. Los otros tres, sin duda, son malos catalanes. Solo los catalanes que colaboran ahora en este presunto destino histórico, son para ustedes buenos catalanes.

Se deja fuera a aquellos catalanes (a Prat, a Serrat, a Tarradellas, a Boadella, a...) que se sienten españoles, que creen que Cataluña es una parte entrañable de la misma España. Esos, y tantos andaluces, extremeños, murcianos, españoles al fin que han hecho de Cataluña una región próspera, esos están ahora fuera, son ciudadanos de segunda, como los judíos en la Alemania nazi, como los cristianos en los países árabes... ciudadanos de segunda, condenados a estar marcados por no ser 'catalanes de pedigrí'.


“El diálogo es el instrumento del acuerdo. Pero hay una regla de oro inviolable en toda negociación: no pedir lo que no se puede entregar. Respetándola todo es posible”. Saben sus señorías que me estoy refiriendo a Adolfo Suárez. Hace más de siete años, el 30 de octubre de 1998, tuve la fortuna de coincidir en la Universidad de Valencia, donde pronunció estas palabras. Me vienen con fuerza hoy estas palabras, como colofón a cuánto aquí hemos oído y expresado. Pues bien, en éste Estatuto se ha pedido lo que no se podía dar y se ha entregado lo que no se podía ceder. Esta regla de oro ha sido entendida hasta la fecha por todas las Cámaras en las anteriores 7 legislaturas, y por todos los Presidentes de Gobierno. Suárez, Calvo-Sotelo, González y Aznar supieron encauzar las pretensiones rupturistas que siempre nos han acompañado. A éstos, la historia les agradecerá haber mantenido embridadas esas presiones con las que convivimos, porque quisimos que así fuera, al diseñar un sistema electoral que, bajo la responsabilidad de todos los partidos implicados, determinara un razonable equilibrio entre las sensibilidades políticas y territoriales.

Un sistema electoral que deja de ser útil cuando se permite que se utilice en defensa de intereses particulares y partidistas y en detrimento del interés de la Nación española. Aquí se ha pedido lo que no se podía constitucionalmente entregar y el Sr. Rodríguez Zapatero ha concedido lo que no tenía el mandato de ceder. Engrosará la lista de gobernantes que mal interpretaron su papel, faltando a su deber de velar por el interés general. Gobernantes mal preparados, incapaces de ver mas allá de la duración de su mandato electoral.


Y es que Zapatero ha dado, efectivamente, aquello que no está autorizado a entregar. Pasará a la historia como Azaña (aunque intelectualmente no le llega ni a la suela de los zapatos) que no supo frenar a los revolucionarios Largo Caballero y Cambó. Pasará a la historia como Godoy que vendió su país a los franceses. Pasará a la historia como Witiza que nos vendió al moro para derrocar a Don Rodrigo. Rodríguez Zapatero es un gobernante sin personalidad, incapaz de decir que no a nada de lo que le piden, incapaz de hacer valer su cargo en España y en Europa. Como dice Eduardo Zaplana, 'gobernantes mal preparados', pero es que Zapatero no dejó nada escrito en su paso como diputado, nada reseñable, ni una idea, nada, la nada más absoluta, de lo que está llena su cabeza, de ideas vacías, de frases hechas, de solemnidad huera.

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