En apoyo de Robert Redeker: ¿dónde está la progresía europea?
Y os preguntaréis ¿quien es Robert Redeker? Pues es un profesor de filosofía de un liceo francés que ha tenido la osadía de publicar un artículo en el que recuerda la historia de Mahoma. Pues bien, ha sido amenazado de muerte por los adoradores de la religión-de-la-paz y lo peor siempre viene de los progres (de los mahometanos ya sabemos lo que podemos esperar -el cuchillo-): ni los sindicatos de enseñanza, ni los intelectuales, ni los partido políticos han salido en defensa de la libertad de este profesor mientras los musulmanes se han dedicado a repartir su foto por internet, su dirección y lanzado diversas fatwas contra él. Al menos la policía le protege (¿qué sería de Europa sin Sarkozy?). ¿Y que ha dicho?
Como sucedía con el comunismo, el Occidente se encuentra bajo vigilancia ideológica. El islam se presenta, a imagen del difunto comunismo, como una alternativa al mundo occidental. A semejanza del comunismo de antaño, el islam, para conquistar los espíritus, toca la cuerda sensible. Se engríe con una legitimidad que perturba la conciencia occidental, pendiente del otro: ser la voz de los pobres del planeta. Ayer, la voz de los pobres pretendía venir de Moscú, ¡hoy vendría de La Meca! Hoy de nuevo los intelectuales encarnan este ojo vigilante del corán, como ayer encarnaron el ojo vigilante de Moscú. Excomulgan por ‘islamofobia’ como ayer lo hacían por ‘anticomunismo’.
Y eso es cierto: los comunistas de antes, son los islamófilos de hoy. Totalitarios siempre.
Y añade lo que es el Islam: Exaltación de la violencia: jefe guerrero despiadado, saqueador, masacrador de judíos y polígamo, tal se revela Mahoma a través del corán.
A la pregunta de donde está la progresía europea que me hago en el título, creo adivinarlo: orando hacia La Meca y haciendo las ablaciones.
Como sucedía con el comunismo, el Occidente se encuentra bajo vigilancia ideológica. El islam se presenta, a imagen del difunto comunismo, como una alternativa al mundo occidental. A semejanza del comunismo de antaño, el islam, para conquistar los espíritus, toca la cuerda sensible. Se engríe con una legitimidad que perturba la conciencia occidental, pendiente del otro: ser la voz de los pobres del planeta. Ayer, la voz de los pobres pretendía venir de Moscú, ¡hoy vendría de La Meca! Hoy de nuevo los intelectuales encarnan este ojo vigilante del corán, como ayer encarnaron el ojo vigilante de Moscú. Excomulgan por ‘islamofobia’ como ayer lo hacían por ‘anticomunismo’.
Y eso es cierto: los comunistas de antes, son los islamófilos de hoy. Totalitarios siempre.
Y añade lo que es el Islam: Exaltación de la violencia: jefe guerrero despiadado, saqueador, masacrador de judíos y polígamo, tal se revela Mahoma a través del corán.
A la pregunta de donde está la progresía europea que me hago en el título, creo adivinarlo: orando hacia La Meca y haciendo las ablaciones.
Comentarios
Una casualidad: hoy también he hablado de Robert Redeker en mi bitácora.
Un saludo.
Por supuesto que tenemos derecho a tener miedo (yo mismo lo tengo y por eso lucho, porque no estoy dispuesto a permitir el vivir siempre asustado), pero tenemos el deber de exigir a nuestros gobernantes que sean valientes o que abandonen sus cargos y los coches oficiales. Un señor que se levanta cada día para acudir a la oficina puede permitirse el lujo de tener miedo y estar atenazado, pero los líderes de una sociedad no. En caso contrario debemos elegir otros.
Acepto la crítica sobre las ablaciones y los turbantes, pero iba referido (si es que vale como excusa) a estos progres que abominan del cristianismo y que ponen el grito en el cielo el día que un obispo opina sobre el aborto o sobre el matrimonio y que ante las amenazas de los islamistas desaparecen por completo y hablan de comprender, el mal del mundo y las alianzas de civilizaciones.
Vaya esa defensa desde la discrepancia.
"¡a tí que te importa¡". La mierda de la religión fermenta y cobra vida el esqueleto de hormigón.
ojo que considero a todos los fundamentalismos aberrantes.Católicos o judíos.