Turquía no es Europa: no a su entrada en la UE
Europa es más que un trozo de tierra con límites difusos. Europa es una cultura, una forma de entender la vida y la sociedad. Europa asienta sus raíces en tres ejes (que aunque muchas veces los hemos repetido, no nos cansaremos de insistir) fundamentales: el pensamiento griego, el derecho romano y la tradición judeo-cristiana. Estos tres elementos son comunes a lo que podemos conocer por Europa: la democracia, el derecho, la moral, una visión determinada del hombre... Y nada de esto lo cumple Turquía. La inclusión de un Estado con más de cien millones de musulmanes en el seno de Europa supone una pérdida de identidad, supone el riesgo de extensión del Islam en un país donde el presidente es un extremista peligroso, donde los derechos humanos son una quimera, donde la mujer vale menos que un camello. Permitir la libre movilidad de cien millones de musulmanes es meter al enemigo en casa (¡despertemos, el Islam aspira a destruirnos o a que nos convirtamos!). Debemos ayudar a los turcos, pero hay otras fórmulas antes que hacerles miembros de pleno derecho, que teneidno en cuenta el reparto de peso en la UE que se aprobó en ese engendro (gracias a Dios olvidado) de Constitución el control será de Turquía en unos años, lo que implica la pérdida de libertades a medio plazo (que tiemblen los caricaturistas daneses, por ejemplo).
Hay muchas razones más para decir No a Turquía en la UE. Podéis firmar esta iniciativa francesa aquí.
Hay muchas razones más para decir No a Turquía en la UE. Podéis firmar esta iniciativa francesa aquí.
Expansión del Imperio Otomano (¿y vamos a dejar que lo vuelvan a intentar desde dentro?)
Comentarios
Creo que cualquier amante de la libertad debe alejarse de esa posibilidad: podemos llegar a acuerdos económicos con países islámicos, pero no podemos hacerles partícipes de algo que se pretende unión política.
Hombre, pero es que antes de entrar hay que respetar ciertas condiciones y lo mismo que Serbia no las cumple, tampoco Turquía y mientras el caso de Serbia se analiza si su Gobierno cumple una serie de condiciones, en el caso turco los problemas no son de índole política (que pueden ser resueltos de forma más o menos fácil) sino cultural y no es fácil cambiar toda una sociedad.
Es que no veo el sentido de admitir en la Liga Árabe a Israel por ejemplo. ¿De qué va a hablar Israel con unos países que lo que dicen públicamente es que hay que acabar con el estado de Israel? Del mismo modo, ¿de qué vamos a hablar con un país que no acepta nuestra forma de vida y que nos considera 'infieles' y a nuestras mujeres unas 'depravadas'? Podemos llegar a acuerdos económicos, pero de ahí a admitirlo como uno dentro del club de una forma de ver el mundo totalmente antagónica a la suya y que además por su volumen puede hacerse dueño del invento... media un abismo.