El avance de los 'maulets' y la dictadura nazi catalana

Ayer vivimos uno de esos actos lamentables que empiezan a ser costumbre en Cataluña: unos salvajes subvencionados acudieron al acto del PP en Martorell para boicotearlo y agredir a los dirigentes del Partido Popular. La Policía de Rubalcaba estaba presente con tres agentes de la Guardia Civil que fueron insuficientes para contener a los 'maulets' que intentaron agredir a Acebes y Piqué (en algún caso con cierto éxito).

Varias consideraciones al hilo de esto. Mientras en Sabadell el indigno presidente del gobierno de-lo-que-todavía-queda-de-España daba un mitin y decía sentirse 'cómodo en Cataluña, no como otros' (refiriéndose al PP). ¡Claro que se siente cómodo! ¡Como que es el jefe de la banda que envía Montilla y el resto de izquierdas nacionalistas para amedrentar a la sociedad que no quiere doblegarse al nacionalismo obligatorio! Es indigno que el responsable de mantener la seguridad se glorié de no hacerlo, de que una parte de aquellos a los que debe defender no puedan expresarse libremente. ¿Pero que podemos esperar de un señor que a estas alturas aún no ha condenado las agresiones que durante meses (incluyendo la jornada de refelxión de las elecciones) sufrió el principal adversario político?

Una segunda cuestión es el estado de terror, similar al que se vivía en la Alemania nazi durante los años 30: los judíos de entonces son los 'constitucionalistas' de hoy. Las imágenes de e-noticies hablasn pro sí solas. Es simplemente lamentable. ¿Qué hubiera pasado si esto le ocurre a Zapatero o Montilla o Carod en Madrid o en Valencia? Estaríamos hablando de los fachas, la ultraderecha y demás patulea (por otra parte igual de lamentables). Pero ha sido la 'santa izquierda', 'los demócratas de toda la vida', los 'dadores de carnets de demócratas'... los sinvergüenzas vestidos con cazadoras de Armani... y que van a comer en el restaurante más caro de Cataluña en helicóptero.

Cayetana Alvarez de Toledo lo ha relatado esta mañana:

'Al bajarnos de los coches vimos que había un grupo de unas 40 o 50 personas, ya preparadas, lo que llaman el comité de recibimiento, con palos, con piedras, huevos, banderas independentistas, cacerolas, gritando e insultando. El coche estaba bastante alejado. El acto era en un teatro y ya la entrada fue tremenda:

Insultos, zarandeándonos, llegaron a pegar a un hombre y le tiraron al suelo, al propio secretario general le pegaron en la clavícula. Una cosa impresionante. Durante el transcurso del acto, cuando estábamos dentro del auditorio unas 150 o 200 personas, cuyo merito quiero resaltar hoy porque es impresionante ejercer así la política, impresionante para acudir a un acto tener que atravesar ese muro de intolerancia y fanatismo, se iba poniendo peor, durante el transcurso del acto empezaban a llegar más. Al final eran como 90 o 100 personas las que estaban fuera gritando sin parar, insultando, y la Guardia Civil, que había un grupo, al principio de unos 8 ó 9, no podían con ellos.

Cuando acabó el acto, básicamente estuvimos secuestrados dentro de ese pabellón durante una hora unas 150 ó 200 personas. La Guardia Civil no nos dejaba salir porque nos decía: son violentos, son peligrosos, son cada vez mas. Vamos a llamar a un nueva dotación de Guardia Civil para ver si con eso podemos formar por lo menos un pequeño cordón, una cápsula para poder protegeros ahí dentro. La gente espontáneamente empezó a gritar libertad, libertad, libertad, una cosa impresionante, de ponerte los pelos de punta, dónde estamos viviendo, en qué país estamos viviendo. Y finalmente, cuando llegaron los refuerzos de la Guardia Civil una hora más tarde, conseguimos a duras penas salir. Están las imágenes, que muchas personas han visto en televisión, de un caos absoluto, porque efectivamente no había suficientes refuerzos, suficiente protección. No sé a quién estaba protegiendo pero es verdad que Zapatero dijo anoche en Sabadell que dice sentirse cómodo en Cataluña.

Yo lo que quiero decir es que lo que vimos ayer, yo que muchas veces había escrito de lo que pasaba en Cataluña desde la redacción de un periódico, donde vamos viendo el retroceso de las libertades, el profundo fanatismo, el odio que se está creando en la sociedad, pero una cosa es escribir desde una redacción y otra es vivirla en directo y ver lo que se está produciendo en Cataluña y a nivel nacional.

Es el resultado de 25 años de estar creando y buscando un enemigo exterior, haciendo de España un enemigo de Cataluña basado en falsedades, en un nacionalismo cada vez más radical, y muy concretamente de dos años y medio de Gobierno de Zapatero, que ha buscado la expulsión, la exclusión de un partido político de la vida publica española, y concretamente de la vida pública catalana. Eso son dos años de sembrar odios y ahí están las divisiones, los enfrentamientos que se recogen y la responsabilidad tiene nombres y apellidos en casos concretos como este'. Nada más que añadir.