Un presidente fuera de la Ley y la lealtad


El presidente del Gobierno ha anunciado que el 'diálogo político' con ETA-Batasuna -no hay que olvidar que hay una sentencia que afirma tajantemente que Batasuna es parte de ETA. No está ilegalizada por sus ideas, sino por ser una banda terrorista- se va a producir por parte de su partido en el País Vasco, con su autorización y su beneplácito. Lo ha hecho en el Debate de 'Eso que queda de España' cuando el líder de la oposición ya no podía hablar (es muy valiente nuestro presidente. Eso me recuerda un dicho: 'para las cuestas arriba yo quiero un burro que las cuestas abajo yo me las subo').

Lo que ha dicho Rodríguez ha sido: que 'primero la paz, luego la política', para añadir inmediatamente que 'alcanzar el fin de la violencia' será una tarea que 'lleve tiempo', pero que no impedirá 'que el dialogo político comience'. De la misma manera, cuando el portavoz del PNV le preguntaba por el derecho de autodeterminación, el presidente, primero de afirmar que 'no hay ningún anclaje del sistema constitucional que permita hablar del derecho de autodeterminación' para ñadir inmediatamente que 'hay un camino para ensanchar el autogobierno de Euskadi, en donde los ciudadanos vascos podrán decidir su futuro'.

En el caso de las conversaciones ETA-PSOE, el Partido Socialista incumple varias cosas: una sentencia del Supremo al dar caracter político 'oficial' a un partido que está fuera de la ley, incumple la Ley de Partidos al dar caracter de Partido político a una 'partida de asesinos', e incumple el Pacto Antiterrorista por el cual los firmantes se comprometían a no conversar con los terroristas y sus aliados.

Por lo tanto, además de desleal, el Partido Socialista, con su Secretario General a la cabeza se encuentra fuera de la ley, incumpliendo el juramento que hicieron al ocupar sus cargos (como diputados, como senadores, como Gobierno) de 'cumplir y hacer cumplir las leyes'.

En el segundo caso, el Código Penal es muy claro en lo referente al delito de rebelión y sedición:

'Declarar la independencia de una parte del territorio nacional' (Art.472 del CP)

'Los que, induciendo a los rebeldes, hayan promovido o sostengan la rebelión, [...] serán castigados con la pena de prisión de quince a veinticinco años e inhabilitación absoluta' (Art. 473 del CP)

'Son reos de sedición los que, sin estar comprendidos en el delito de rebelión, se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales la aplicación de las leyes' (Art. 545 del CP)

Ya no soy capaz de delimitar si el delito de Alta traición es aplicable o no, ya que se suele aplicar con potencias extranjeras, pero es claramente una traición a su juramento sobre la Constitución, ya que no cabe la posibilidad de que 'los ciudadanos vascos decidan su futuro', ya que el futuro de la nación lo delimita la propia nación y nunca una parte.

Sea o no delitos, que creo que sí, lo que desde luego es vergonzoso es la deslealtad ante los ciudadanos, el asco que produce a la gente de bien el que el Gobierno de mi país dé carta de legalidad a una banda de mafiosos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Usted no es un verdadero cristiano.
Usted más bien es un militante de la política.Un cruzado. Cristo jamás habló de naciones, ni de política, ni de unidades territoriales.

Mi reino no es de este mundo dijo.
Cristo no habló de política, pero no dijo que los cristianos no participáramos de la vida pública. Es más, el magisterio de la Iglesia (desde Pedro a Pablo, pasando por San Agustín y su 'ciudad de Dios') ha hablado siempre de la obligación de los cristianos seglares en participar de la vida pública en la medida de sus posibilidades.

Lo que propones es del laicismo más rancio: la vida religiosa y moral no tiene nada que decir sobre lo público. Mi reino no es de este mundo, por tanto, lo que dijera Cristo de aplicación a la vida toda del hombre no puede usarse.

En cualquier caso, un cristiano habla en su nombre, no en el de la Iglesia. Puedo ser cristiano y tener, sobre los más diversos asuntos temporales, la opinión que me plazca, sin ser por ello menos cristiano... ni sin ser por ello menos ciudadano.

¿O no?

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