Ya lo dijimos: se disparan los 'matrimonios gays' por conveniencia
Algunos ya lo preveíamos cuando se aprobó el pseudo-matrimonio entre personas del mismo sexo. Tocar las instituciones fundamentales de una sociedad sólo puede llevar al desastre. Y como tenemos al marido de Sonsoles de 'aprendiz de brujo', pues como al Mickey de Fantasía se le han revelado las 'escobas'.
Los datos son de Aceprensa, y son claros: en los matrimonios en los que los contrayentes son del mismo sexo, el porcentaje en el que uno de ellos es extranjero duplica a los matrimonios entre personas de diferente sexo. Este dato, teniendo en cuenta los pocos matrimonios entre homosexuales que se han producido en España ha provocado que el registro dependiente del Ministerio de Justicia haya tomado unas precauciones.
Pero dan un dato de lo más interesante, y que demuestra hasta que punto el 'brujito' ha creado un problema donde no lo había: un periodista hizo la prueba de hacerse pasar por un ecuatoriano en busca de pareja para un matrimonio de conveniencia. Pues bien, de las veinte proposiciones que obtuvo para hacer el negocio, catorce eran de personas de su mismo sexo.
España, con estas leyes anti-natura, y si otros países europeos (siguiendo la estela 'giliprogre' que siempre se extiende, no así el sentido común) lo secundan, puede convertirse (unido a las regulaciones masivas de inmigrantes) en el paraíso de las mafias. El negocio del matrimonio de conveniencia se ha ampliado mucho: ahora puede usted hacerlo no sólo con la mitad de la población, sino con toda. Esperemos que el Tribunal Constitucional (que tiene que resolver varios recursos sobre la materia) devuelva a la lógica de las cosas al matrimonio, institución esencial de la sociedad.
Los datos son de Aceprensa, y son claros: en los matrimonios en los que los contrayentes son del mismo sexo, el porcentaje en el que uno de ellos es extranjero duplica a los matrimonios entre personas de diferente sexo. Este dato, teniendo en cuenta los pocos matrimonios entre homosexuales que se han producido en España ha provocado que el registro dependiente del Ministerio de Justicia haya tomado unas precauciones.
Pero dan un dato de lo más interesante, y que demuestra hasta que punto el 'brujito' ha creado un problema donde no lo había: un periodista hizo la prueba de hacerse pasar por un ecuatoriano en busca de pareja para un matrimonio de conveniencia. Pues bien, de las veinte proposiciones que obtuvo para hacer el negocio, catorce eran de personas de su mismo sexo.
España, con estas leyes anti-natura, y si otros países europeos (siguiendo la estela 'giliprogre' que siempre se extiende, no así el sentido común) lo secundan, puede convertirse (unido a las regulaciones masivas de inmigrantes) en el paraíso de las mafias. El negocio del matrimonio de conveniencia se ha ampliado mucho: ahora puede usted hacerlo no sólo con la mitad de la población, sino con toda. Esperemos que el Tribunal Constitucional (que tiene que resolver varios recursos sobre la materia) devuelva a la lógica de las cosas al matrimonio, institución esencial de la sociedad.
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