Rajoy responde a los ciudadanos



Ayer Mariano Rajoy apareció en el programa Tengo una pregunta para usted, como ya había hecho el presidente Zapatero hace unas semanas. Pues bien, estuvo interesante hasta donde puede estarlo un programa de este tipo. En algunas cuestiones rehuyó la pregunta, aunque en otras estuvo bastante bien. Analicemos algunos temas que se trataron:

1. Crisis económica: aunque apeló a la necesidad de decir la verdad a los españoles, de decirles que la situación es y se va a poner muy complicada, le faltó la valentía final de expresar si va a tomar medidas y aplicar reformas a la economía española, aunque resulten impopulares. Apelaciones a que España saldrá de esta, que los españoles ya lo hemos demostrado, que es duro pero en unos años saldremos... todo eso lo dice también Rodríguez, pero si nadie hace nada, ¿cómo se supone que saldremos? Nos faltaron ahí respuestas, aunque esbozó algunas que tienen buena pinta: bajada de impuestos, reforzamiento del Estado Central frente a las taifas autonómicas, cambio en el modelo educativo... pero, quizá porque los asesores no le dejan, le faltó esa valentía para decirnos que o se hacen reformas en profundidad o no saldremos de esta tan fácilmente.

2. Terrorismo: no se puede separar el terrorismo del acuerdo que acaban de firmar Patxi López y Basagoiti en el País Vasco. La cobertura que el nacionalismo, mal llamado democrático porque no es sino soporte del otro, ha prestado a los terroristas durante estos años ha hecho que sea muy difícil el terminar con el terrorismo. Porque los terroristas y su entorno encontraban el apoyo de un gobierno vasco que les subvencionaba sus visitas a los presos, dejaba parte de la educación en manos de los filoterroristas, permitía que la burla y el escarnio se cebaran en lo que, despectivamente, llamaban maketos. Y si el PSOE hubiera seguido su política de alianzas que sigue en otros sitios como Cataluña o Galicia o Baleares, el acuerdo habría sido con el PNV, aunque creo que le hubiese sido muy gravoso al PSOE en cuanto a imagen. De modo que están haciendo, unos y otros, de la necesidad virtud y veremos como va evolucionando la cosa. Ahí Rajoy estuvo como hombre de Estado, afirmando que mientras el Gobierno siga el sentido común (no negociar con terroristas, y poner todos los medios al alcance del estado de derecho para derrotarles), nada tendrá que reprocharle. No quiso recordar los errores del pasado a Zapatero... estuvo caballero.

3. Aborto: aquí estuvo muy previsible, pese a que la pregunta la hacía una chica que comenzó diciendo que con la ley actual (no con la que hará Aído) ella, probablemente, no habría nacido. Apeló Rajoy al Tribunal Constitucional y al consenso que puede tener la ley actual, aunque matizó que debe cumplirse. Aunque algunos negamos la legitimidad de la actual ley y abogamos por la abolición de la pena de muerte de inocentes que supone el aborto, es cierto que nos daríamos con un canto en los dientes si la ley actual se cumpliese. Al menos es de agradecer que afirmara que votará en contra y que recurrirá al Constitucional en su caso. Hay que entender, como dijo, que se trata de una cuestión muy compleja y que quizá encontrar los suficientes puntos de encuentro sea difícil. Que al menos esté dispuesto a ponerse delante del proyecto estrella de Zapatero es de agradecer. Pero, y esto es un inciso, no confiemos en los políticos para esta lucha: seremos los ciudadanos los que lograremos abolir esta pena de muerte que se ceba con los más inocentes.

4. La corrupción: intentaron Cercar aquí a Rajoy con la operación Gürtel de Garzón, y aunque no estuvo mal, le faltó el pasar al ataque: un político tiene que ser ejemplar, y ser más cuidadoso que otros en lo referente a los bienes que adquiere y al tren de vida que muestra, pero esa no debe ser razón para que no se resorte su honor y buen nombre. Y ahí es donde Rajoy debió pasar al ataque: Garzón es un juez indigno de ese nombre, y lo único que ha hecho es un espectáculo de su instrucción para mayor beneficio de sus amigos políticos. Debió Rajoy ser ahí más incisivo, aunque deje muy claro que el PP no es el PSOE y que aquí no se acompaña a los conmilitones a la puerta de la prisión.

En resumen, buena intervención de Mariano Rajoy que parece querer despertar del letargo valenciano: esperemos que le dure.


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