¿Qué queda de tanto ruido?

Hay entre los enemigos (que no adversarios) del PP se ve una espacial inquina hacia la presidenta de Madrid Esperanza Aguirre. Si nos fijamos, las dos últimas tramas urdidas al unísono entre El País y el juez cazador han tenido como objetivo tumbar a Aguirre. Así, tenemos abiertos dos frentes: el caso de los espionajes y el caso Gürtel sobre la trama para hacerse con favores que dirigía presunamente Correa. Pues bien, más de un mes después de que todo esto fuera sacado a luz, y cuando parecía que esto podría afectar a la presidenta de Madrid, es tiempo de ahcer balance:

1. Operación Gürtel: los diversos nombres que han ido apareciendo en la trama, y antes de que un juez pueda decir si son o no culpables, han desaparecido de la escena pública. Así, la reacción del PP de Madrid, con su presidenta a la cabeza, ha sido espectacular. Dejando claro que hasta que no haya una sentencia cree en la inocencia de sus compañeros de partido, les ´invita´ a ´dejar sus cargos mientras dure la instrucción. De este modo, puede presentar al PP como un partido implacable ante casos de corrupción posibles, obliga a sus rivales políticos del PSOE a actuar de la misma forma ante casos similares para no quedar en evidencia (¿cuánto podrá aguantar la número 2 de Tomás Gómez imputada ya por prevaricación, o el alcalde de IU de Rivas Vaciamadrid, imputado a su vez por el mismo delito?) y además se afianza como uno de los barones con más poder en el PP. Ahora mismo, el caso Gürtel, con las dimisiones que ya se han producido, con la torpeza del juez cazador y prevaricador, el ex-ministro Bermejo y demás imágenes más propias de la Escopeta Nacional que de un país moderno, y la endeblez del caso (las imputaciones a Camps por trajes de Milano es simplemente de chiste), hacen que sea ya un dimple azucarillo que se disolverá en cuanto llegue a la Audiencia de Madrid y Valencia, volviendo a demostrar que el juez Garzón es un pésimo instructor y que actuaba con su habitual estilo sectario.

2. Los ´espionajes´: lo de este presunto caso que se inventó en la redacción de El País es de lo más chusco. Todo se crea en torno a unos papeles sin membrete, sin apoyatura en los que parece que se ha podido realizar seguimientos a algunos miembros del PP, curiosamente rivales internos de la presidenta Aguirre. Eso le sirve al diario en decadencia para apuntar a Aguirre y su equipo. El que además estuviera entre los espiados su mano derecha Ignacio González no impedía que se cumpliera el viejo y cínico aforismo: ´no dejes que la verdad te arruine un buen titular´. Ahora vamos sabiendo que los partes eran falsos, que todo era una invención, que era humo, que Prada dio por buenos partes de vigilancia cuando no concuerdan con su agenda... en fin, lo normal en los casos de El País, como el lino, mucho humo, pero no hay bosque detrás de la hojarasca.

Al final, quien va a acabar beneficiada de todo esto va a ser Aguirre, que terminará por reforzar su posición dentro del partido al ser investigada de arriba a abajo, se cargará a algún rival interno (¿qué cara se le quedará al alcalde gallardonita que afirmó que existía una trama parapolicial en la CAM -sería en su época-?) y se postulará como sucesora de Rajoy si éste no loga imponerse a ZP en las próximas elecciones.

Ya se sabe, ´Dios escribe recto sobre renglones torcidos´...

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