El Cardenal Ruini advierte sobre los matrimonios con musulmanes


El cardenal vicario de Roma, Monseñor Camilo Ruini, ha llamado la atención de su diócesis y de toda la Iglesia sobre las implicaciones existenciales y eclesiales de la uniones mixtas entre musulmanes y cristianos, desaconsejando el que se fomenten dichas uniones. Dichas uniones requieren prudencia y firmeza y exigen una conciencia reafirmada de la identidad cristiana y de la visión católica sobre el matrimonio y la familia, ya que en la mayoría de estos matrimonios se optado por el matrimonio musulmán, prevaleciendo sobre la religión del católico. Además, se ha recordado a los católicos que firmar la Shahâda o "profesión de fe musulmana", imprescindible para que el matrimonio tenga validez en los países islámicos, no se limita a un trámite burocrático, sino que es un acto de apostasía de la fe católica para abrazar el Islam. Desde ese momento la persona está sujeta al Islam como un musulmán y se regirá por las leyes musulmanas en el país del musulmán.

Es importante el recordar lo que a tales efecto dice el Código de Derecho Canónico, y copio:

  • 1124 Está prohibido, sin licencia expresa de la autoridad competente, el matrimonio entre dos personas bautizadas, una de las cuales haya sido bautizada en la Iglesia católica o recibida en ella después del bautismo y no se haya apartado de ella mediante un acto formal, y otra adscrita a una Iglesia o comunidad eclesial que no se halle en comunión plena con la Iglesia católica.
  • 1125 Si hay una causa justa y razonable, el Ordinario del lugar puede conceder esta licencia; pero no debe otorgarla si no se cumplen las condiciones que siguen:

    1 que la parte católica declare que está dispuesta a evitar cualquier peligro de apartarse de la fe, y prometa sinceramente que hará cuanto le sea posible para que toda la prole se bautice y se eduque en la Iglesia católica;

    2 que se informe en su momento al otro contrayente sobre las promesas que debe hacer la parte católica, de modo que conste que es verdaderamente consciente de la promesa y de la obligación de la parte católica;

    3 que ambas partes sean instruidas sobre los fines y propiedades esenciales del matrimonio, que no pueden ser excluidos por ninguno de los dos.

Por tanto, la Iglesia, consciente de las dificultades de un matrimonio que por su propia naturaleza está llamado a ser para siempre, lo desaconseja. En este caso, y dado que el musulmán no puede aceptar que sus hijos sean bautizados, la prevención por parte de la Iglesia, Madre siempre para velar por sus hijos, es necesaria y razonable.

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