El 'bebé-medicamento' y la hipocresía progre

El pasado sábado me 'enganché' (en el pecado llevo la penitencia) al debate que realizan en La Noria de Tele5. Allí, junto a una mesa se sentaban unos periodistas varios a hablar sobre algo que desconocen: la posición de la Iglesia con respecto a los bebés-medicamento y el barco abortista que se pitorrea de nuestra legislación en las costas de Valencia. Y digo que la desconocen porque se sorprendían de que la Iglesia se declarara contraria a la generación de un bebé con el único propósito de que sea compatible con su hermano gravemente enfermo. La posición de la Iglesia ante la manipulación genética ha sido siempre la misma: va contra la dignidad de la persona el ser manipulado en un tubo de ensayo o ser seleccionado en una especie de eugénesis de la que el médico se convierte en un Dios que todo lo puede. Porque lo que aquí se discute no es si estamos todos muy tristes ante la posibilidad de que un niño muera, ni siquiera si no debemos hacer todo lo posible para salvarlo, sino en qué momento comienza la vida y si todo lo que la técnica permite es lícito que se haga.

Lo que nadie sabe, y la prensa se encarga debidamente de ocultarlo, es que para seleccionar al hermano compatible hemos tenido que crear un número de hermanos que poseerán la enfermedad o que bien no serán compatibles con el hermano enfermo y, por tanto, no cumplirían su misión en la vida. Si aceptamos, como la Ciencia ya sabe hoy, que la vida comienza en el preciso momento que un espermatozoide fecunda un óvulo, cada uno de esos embriones son un ser humano completo, sujeto de derechos, uno de nuestra especie, aunque muy pequeño, eso sí; si aceptamos esto, manipularlo, seleccionarlos y eliminar a los que no son válidos, se convierte en un crimen. Si hablamos de seres humanos, hablamos de una dignidad humana.

Esta es la razón por la que algunos nos oponemos a la selección de embriones aunque sea para salvar al otro hermano. Es la misma razón por la que me opondría a que se cogiera a niños con síndrome de Down para experimentar con ellos la cura del cáncer... muchos morirían por esa noble causa, pero curaríamos el cáncer. ¡¡Qué gran causa la del cáncer!! Pero, ¿tenemos derecho a hacer esto con unos niños inocentes? es lo mismo que se ha hecho en este caso: se han desechado unos cuantos hermanos defectuosos para que salven a su hermano. Si tuvieran 5 años y a un padre se le ocurriera hacer esto con ellos, ¿no consideraríamos que no es lícito? Supongamos que tiene 2 años, ¿tampoco lo aceptamos? Supongamos que son recién nacidos que deben ser sacrificados, ¿aceptamos su muerte para salvar al hermano' ¿Tampoco? Que poca comprensión tenemos. Vayamos más allá, tienen unos pocos días de vida, aún no han desarrollado el pelo, ni los huesos, pero su ADN es diferente del de su madre o del de su padre, ¿podemos ahora sacrificarlos en aras del progreso de la medicina? ¿Ahora sí? ¿Por qué? ¿No será quizá que es porque nuestros oídos no tienen que oír sus gritos, nuestros ojos que ver la sangre y las lágrimas a la hora de la comida? ¡¡Qué hipócritas somos!!

Comentarios

Mike ha dicho que…
¡Hola! Me gustaría animarte para participar en una campaña importante para el futuro de nuestros hijos.

Tan solo te pido un pequeño esfuerzo.

Muchísimas gracias.

http://elrepublicanodigital.blogspot.com
Republica Rojigualda ha dicho que…
Eso, eso, creemos bebés a la carta para poder utilizarlos de despensa humana. Esa es la mejor muestra de la máxima de la ideología de género: hacer con tu cuerpo lo que quieras.

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