EpC: el recurso del abogado del Estado desvaría

Nos lo cuenta en este artículo The Family Watch. Es interesante el ver cuál es la ideología que rezuma todo el escrito: el más puro totalitarismo. Vemos la frase en la cuál se basaría el Abogado del Estado (del Gobierno hay que decir más claramente) para pedir que no se admita el recurso de unas familias contra la asignatura de EpC. Ahí va la perla:

[El derecho constitucional de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que estén de acuerdo con sus propias convicciones no supone] que la implicación en las virtudes cívicas deba considerarse monopolio de los padres, aunque ciertamente éstos pueden y deben tener un importante papel en la formación de buenos ciudadanos. Pero también la escuela ha de contribuir a ello.

Si uno la ley, aparentemente no parece haber nada malo en ello, además de ser cierto en la práctica: la escuela contribuye a la formación de la persona, como la hace, en primera instancia y fundamentalmente, la familia, la Iglesia que sea, los clubes deportivos, etc. Todo lo que rodea a un niño contribuye a formar su personalidad, los valores en los que cree, etc. Pero de esa realidad no se deriva un derecho jurídico positivo: la Iglesia (sea católica, protestante o musulmana -no existe ese concepto, vale, pero nos sirve de ejemplo-) no tiene ningún derecho sobre la educación de mis hijos, soy yo quien decide que acuda a una u otra, y de hecho, en el caso de la Iglesia Católica y su derecho canónico, son los padres los que se hacen responsables en el momento del Bautismo de la formación moral de sus hijos: 'Al pedir el bautismo para vuestro hijo, ¿sabéis que os obligáis a educarlo en la fe, para que este niño, guardando los mandamientos de Dios, ame al Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio?' Somos los padres los que nos obligamos libremente a ello, no la Iglesia la que se arroga ese derecho que es inalienable. Nadie tiene derecho a imponer a los hijos unos valores morales en los que los padres no crean. Y esto me vale para mí que soy cristiano como para los musulmanes, los hindúes y los comunistas recalcitrantes: sus hijos son suyos y son los padres los que tienen que educarles en los valores/virtudes en los que crean (siempre con un respeto a las leyes de convivencia marcadas por todos, claro).

Pero el abogado del Estado va más allá:

la educación no es sólo la transmisión de conocimientos, sino la formación de las emociones y los sentimientos. No es tanto la persuasión intelectual cuanto el compromiso emocional lo que crea el hábito de la virtud cívica.

Y lo dice sin que le tiemble el pulso. Por favor, releed: la educación (se supone que la que se imparte en la escuela) no es sólo la transmisión de conocimientos, sino la formación de las emociones y los sentimientos. O sea, la escuela se arroga el derecho a formar los sentimientos y emociones de mis hijos. Volvamos a dejarlo claro: la escuela es una transmisora de aquellos conocimientos que los padres no pueden aportarles. Las virtudes, sentimientos y emociones no deben ser educadas ni por el Estado ni por nadie fuera de la familia y aquellos a los que los padres deleguen esa misión. La escolarización en España es obligatoria (como ya hemos visto por desgracia en el caso del homeschooling) y además es la administración educativa la que regula el número de plazas en un colegio, cuáles son concertados o no, y finalmente decide a qué colegio va un niño dependiendo de los anteriores factores... Por tanto, no hay una delegación voluntaria de los padres en la escuela, sino una asignación obligada y por tanto si esa escuela se arroga el derecho de educar los sentimientos y afectos de los niños, lo hace de forma ilegal. La única manera en la que la escuela puede y debe ser formadora de ciudadanos será en un ámbito total de libertad y control por parte de los padres para la elección de centro (por eso algunos defendemos el cheque escolar y el contrato privado entre escuela y familia y no la imposición actual por parte de los políticos de un modelo único de escuela e instrucción).

Como vemos, avanzamos claramente hacia un Estado Totalitario, donde la administración controlará todo, incluida y sobre todo, la educación de nuestros hijos.

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