El caso Rouco o el peligro del totalitarismo

No es el primer caso, y ya hemos hablado de ello, pero pasó el otro día con el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, y quizá sea necesario el hacer una reflexión, sobre todo tras la visita del Papa y sus polémicas palabras de que España se deslizaba peligrosamente hacia el año 31. Los hechos son simples: el cardenal iba a impartir una conferencia en la universidad Autónoma de Madrid. Grupos de ultraizquierda reparten durante los días anteriores pasquines y pintadas varias descalificando y amenazando al Obispo Rouco, afirmando que en la Universidad no hay sitio para la religión, etc. Ante el cariz que toman los acontecimientos, la delegación del Gobierno afirma no poder garantizar la seguridad del conferenciante. La Universidad opta por suspender el acto académico.

Esto ya ha pasado en la Universidad de Barcelona con otros conferenciantes (siempre conservadores o liberales, claro), y supone un síntoma muy preocupante. La Universidad, si por algo se ha caracterizado desde que fue fundada (por cierto, por órdenes religiosas u obispos) en la Edad Media ha sido siempre por la búsqueda de la verdad, por ser un reducto donde todo pensador exponía sus ideas, se refutaban en discusiones sin cuento y así la ciencia avanzaba. De esa universidad que buscaba el saber universal (de ahí su nombre) en personajes como Tomás de Aquino, Spinoza, Heidegger y tantos otros, hemos pasado a esta especie de gueto de ordinariez y falta de criterio y rigor que es la universidad actual, donde un doctor en Derecho canónico, uno de los fundadores de la Escuela de Munich, licenciado en teología y derecho y una de las mentes más preclaras de la Iglesia católica (que te gustará o no, pero algo tiene que decir en el mundo del saber y de la cultura ya que la ha conformado durante al menos veinte siglos), donde un intelectual, digo, no puede hablar porque una panda de energúmenos no le deja hablar. Y la autoridad competente, por desgracia, no puede hacer nada para proteger los derechos del que quiere hablar y de los que quieren escucharle.

El deslizamiento, por ese camino, hacia el totalitarismo, ya está dado. Una ideología dominante que todo lo abarca, la estigmatización del que piensa diferente, ,la imposibilidad de expresar diferencias con respecto a lo que esa nomenklatura impone... un calco de la Unión soviética, del régimen nazi... o de la España que la izquierda radical quería imponer en 1936. Es contra este estado de cosas contra el que hemos de luchar. Porque de las crisis económicas se sale de una u otra forma, con un esfuerzo quizá duro, pero podemos salir. De las dictaduras y totalitarismos se sale con mucha mayor dificultad (cuarenta años y tuvo que ser la muerte para Franco y más de setenta para la mayor dictadura y más criminal de la historia, el comunismo de la URSS, una guerra para terminar con el nazismo...). En esas estamos y lo de Rouco es ya un síntoma. El Papa lo advirtió hace un mes. No digamos que no estamos avisados!!

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