¡Danzad, danzad, malditos!

Para los que no somos socialistas, ver lo que está pasando con el PSOE tras las elecciones del domingo, es francamente gratificante. No es que uno se alegre del mal ajeno, pero es que uno ama a su país y la libertad, y el socialismo es enemigo de lo uno y de lo otro (al menos este socialismo zapateril que padecemos). Desde que llegó a la secretaría general del PSOE una de sus misiones ha sido irse cargando a cualquiera que pudiera hacerle sombra en el poder. Es muy bueno para esto leer (con sus imperfecciones, claro) el libro de Pepe García Abad, El Maquiavelo de León. De la vieja guardia de González, del PSOE histórico, nada queda. De los llamados en su día los tres tenores (Chaves, Bono e Ibarra), ninguno ostenta poder real en la actualidad, y en cuanto alguno se ha movido un poco, curiosamente, algún escándalo le ha alejado de las posibilidades de enfrentarse al todopoderoso secretario general: Bono y sus hípicas, Chaves y su hija Paulita... el único que, inteligentemente, optó por el retiro, fue Ibarra. Pero no sólo se ha limitado a los históricos socialistas (Guerra, Almunia, Solbes, etc.), es que no ha dudado en acabar con sus propios compañeros de viaje cuando eso ha sido imprescindible para lograr sus fines: pueden dar fe de ello personajes tan diversos como Jordi Sevilla, Jesús Caldera, Fernández Aguilar, Muñoz Molina o Bibiana Aido. A todos ellos los ha ido laminando según sus intereses. En eso, Rodríguez Zapatero es implacable. Los que en su día le bautizaron Bambi, hoy se arrepienten de las mofas y befas que hicieron sobre el sonriente diputado de León.

Pero esto tiene una pega... terminas teniendo enemigos distribuidos por todas partes. Los resentidos por su política de interés terminan siendo legión. Personas que sólo están esperando un paso en falso para lanzarse a la yugular del líder que les arrinconó. Y Zapatero ha cosechado un enorme fracaso. Y ya salen las voces de los Leguina, Fernández Vara, Ibarra, Patxi López, etc. que piden su cabeza. Ver cómo se navajean es un espectáculo digno de la telebasura de los diversos canales generalistas. Propongo que cambien supervivientes y en su lugar pongan cámaras en Ferraz... apasionante. 

Si no fuera porque estamos ante la crisis económica más salvaje que hemos vivido en años, la cosa sería para tomarla a guasa. Pero no podemos reírnos demasiado, ya que cinco millones de parados, un Estado en quiebra y la ETA en los ayuntamientos nos lo impiden. ¡Hay que fastidiarse, para algo divertido que había!

Pero no puede ser: España necesita un cambio. Quizá hace unos meses hubiera bastado con que ZP desapareciera de la escena política dejando a otro socialista al frente del gobierno. Pero hoy ya no: no podemos permitirnos ahora que, además de tener a un inútil al frente del Gobierno, el partido que gobierna se dedique a buscar un mirlo blanco que les saque de la crisis a la que le ha llevado el iluminado nieto del capitán Lozano. Si el PSOE quiere de verdad recuperarse, volver a tener crédito ante los ciudadanos debe forzar la salida de su secretario general: del partido y del Gobierno. Solución: este sábado anuncia su renuncia a la secretaría general y la convocatoria de un Congreso, y elecciones generales (con un nuevo secretario en el PSOE) para primeros de octubre. ¿Un sueño? Quizá, el PSOE es hoy, más que nunca, una jaula de grillos. Para los que no somos socialistas, lo mejor es sentarnos a ver alguna película.

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