A propósito de los 'calentólogos'

Se acaba de celebrar en Copenhague una conferencia a propósito del cambio climático. Uno sigue recibiendo entradas en este blog sobre la cuestión y sobrel la opinión que mantengo de que el cambio climático no es sino una manera como otra cualquiera de cobrarnos más impuestos y de ampliar el control gubernamental sobre nuestras vidas, además de ser caro, carísimo, para nuestros maltrechos bolsillos. Cada uno es muy libre de creer en lo que quiera (no seré yo quien se lo niegue), pero no pretender hacerlo pasar por científico. No existen datos concluyentes sobre el origen humano del calentamiento. El palo de hockey es una mentira debidamente manipulada.Luego habría dos cuestiones a discutir: si existe calentamiento global y si la respuesta fuese afirmativa si el origen es el hombre o no.

Sobre la primera ya hay climatólogos que afirman que estamos desde hace tres años en un nuevo periodo de enfriamiento, mientras que en la anterior década lo era de calentamiento (lo probaría la disminución de la temperatura media de estos años). Pero si aceptáramos que se trata de un simple paréntesis entre fases de calentamiento, el problema es acusar al hombre como el causante del mismo. Una de las épocas más calurosas de historia (lo que se ha denominado el óptimo climático) estaría situada en la Edad Media (sin que se ahogaran los holandeses) y sería aún más calurosa que la actual. Si fue más calurosa que esta y, que sepamos, no tenían motor de explosión, ni bolsas de plástico ni energías fósiles... parece que la actual época de calentamiento tendría un origen diferente del humano.

Se me dirá que si influimos aunque sea un poco, pues hagamos lo que esté de nuestra parte... Parece una postura sensata de origen (ponerse en lo peor y actuar así previniendo)... pero no lo es. Y no lo es por el coste que tiene el asumir esas medidas (y el poco impacto que lograríamos sobre la temperatura). Muchos economistas han evaluado el coste de aplicar Kyoto... y es descorazonador: millones de personas perderían su empleo, caída de la riqueza, hambre... y para nada, o para muy poco.

Insistimos, el hombre no es el centro del universo, es un pequeño punto en el cosmos y hay fuerzas que están muy por encima nuestro. No podemos evitar que la Tierra, si así le place, se caliente o se enfríe, que los ríos desciendan por donde quieran, que los terremotos se produzcan... Lo más que podemos es prevenirlos para minimizar los daños de la Naturaleza... pero poco más. Asumamos nuestro papel.

Así que Copenhague ha sido otro fracaso más, pero los calentólogos no pararán: hay todo un objetivo totalitario en ello. Impuestos, controles y prohibiciones, funcionariado y policía climática... Un sólo ejemplo este trozo del discurso de nuestro líder supremo. Sin más comentarios: vergüenza de que nos represente semejante hortera:

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