¿Por qué no unas Primarias?
Hoy mismo ha salido a la palestra la proposición del concejal del Barrio de Salamanca de que en el PP se elijan a los cargos mediante unas Primarias adaptadas a la realidad española. Pues bien, sólo Aguirre y Arístegui se han manifestado a favor mientras el resto están entre el silencio y la negativa. Algunas negativas son curiosas: González Pons dice que eso supondría deslegitimar al Congreso que ha elegido a un líder. ¿Acaso ya da por hecho que si dejasen a los militantes votar no votarían a Mariano? Lo mismo hasta estaría más legitimado.
Pero chascarrillos búlgaros aparte, parece evidente que la época de los partidos que salió de la Transición ha terminado. Aquello estuvo bien para sacar adelante una democracia que no tenía estructura tras cuarenta años de dictadura, pero hoy España ha cambiado. Lo hemos visto en la legislatura pasada, donde han sido líderes sociales los que han llevado la voz cantante en la calle y han movilizado a los españoles: Alcaraz y la AVT, Foro Español de la Familia, la COPE y algunos medios más... Los políticos han ido a remolque de los acontecimientos. Y eso es bueno. Eso significa que la sociedad está viva y que funciona independientemente de los partidos. Hay vida más allá de estos. Que dos partidos políticos hayan sido capaces de hacerse un hueco en la vida pública es algo que no pasaba en España desde 1978: Ciutadans y UPyD. Y eso es bueno también.
Los españoles estamos hoy preparados para ser nosotros quienes elijamos a nuestros representantes, no que sean las cúpulas de los partidos quienes nos 'cocinen' nuestro futuro. Y esto vale para los partidos políticos. Pese a que el PP es un partido con una gran implantación, los militantes tienen muy poco que decir. Son las cúpulas, elegidas en procesos asamblearios que eran necesarios tras la refundación de Aznar, pero que hoy no son precisas. Que en cada agrupación se vote a los diferentes candidatos, que estos hagan campaña, convenzan a los suyos de que es el mejor para ser presidente y defender el proyecto compartido...
¿Acaso no vemos lo bien que les va a los americanos?
Pero chascarrillos búlgaros aparte, parece evidente que la época de los partidos que salió de la Transición ha terminado. Aquello estuvo bien para sacar adelante una democracia que no tenía estructura tras cuarenta años de dictadura, pero hoy España ha cambiado. Lo hemos visto en la legislatura pasada, donde han sido líderes sociales los que han llevado la voz cantante en la calle y han movilizado a los españoles: Alcaraz y la AVT, Foro Español de la Familia, la COPE y algunos medios más... Los políticos han ido a remolque de los acontecimientos. Y eso es bueno. Eso significa que la sociedad está viva y que funciona independientemente de los partidos. Hay vida más allá de estos. Que dos partidos políticos hayan sido capaces de hacerse un hueco en la vida pública es algo que no pasaba en España desde 1978: Ciutadans y UPyD. Y eso es bueno también.
Los españoles estamos hoy preparados para ser nosotros quienes elijamos a nuestros representantes, no que sean las cúpulas de los partidos quienes nos 'cocinen' nuestro futuro. Y esto vale para los partidos políticos. Pese a que el PP es un partido con una gran implantación, los militantes tienen muy poco que decir. Son las cúpulas, elegidas en procesos asamblearios que eran necesarios tras la refundación de Aznar, pero que hoy no son precisas. Que en cada agrupación se vote a los diferentes candidatos, que estos hagan campaña, convenzan a los suyos de que es el mejor para ser presidente y defender el proyecto compartido...
¿Acaso no vemos lo bien que les va a los americanos?
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