Montilla y el 'pozo de Jacob'
Los nacionalismos suelen tener un cierto carácter mesiánico. La idea del dirigente nacionalista es conducir al 'pueblo oprimido' (siempre debe haber un opresor al que culpar de las mil desgracias del pueblo elegido) a la tierra prometida de la independencia. Así, cada uno de ellos se convierte en un moisés iluminado para guiar al pueblo. En España hemos conocido casos auténticamente paradigmáticos como Franco (caudillo por la Gracia de Dios), o Arzallus o el mismo Pujol que se creían designados por el dedo del Altísimo para liberar a los heróicos vascos y catalanes el yugo de mil años de historia junto a los españoles.
Heredero directo de todos estos caudillos de la Historia (desde Abraham hasta Franco, pasando por los libertadores americanos), José Montilla, el libertador de Iznajar - que como todo el mundo sabe se encuentra en el Baix Llobregat de Córdoba- , va a traer los manantiales del agua al sediento pueblo catalán que vaga por el desierto hacia la tierra prometida de la independencia. Como Josué y David, Pepe Montilla ha lanzado sus huestes del PSC a la conquista de los filisteos madrileños cuyas mesnadas dirige el rey Zapatero. Tras heróica lucha, el Ebro se ha rendido sin resistencia.
Pero no creamos que Pepe y el marido de Sonsoles (iluminados ambos por la luz fulgurante de la modernidad) iban a hacer algo tan carca y facha como un trasvase. Lo que van a hacer se llama 'captaciones puntuales de agua' y si alguien pensaba que se trataba de coger agua de un sitio para llevarla a otro, nada de eso. Esa nueva Ruth de la política que se llama Elena Espinosa ha aclarado que 'no se restará ni una gota más de agua del río y no se menoscabará su caudal'. O sea que sale de la nada, agua que aparece allí donde no la hay. Lo que técnicamente denominaríamos 'milagro': si la energía ni se crea ni se destruye, los socialistas han logrado crearla.
Así, Pepe Montilla pasa a ser 'como nuestro padre Jacob que excavó este pozo y bebieron de él su familia, sus ganados y el pueblo'. Montilla es el nuevo Jacob del pueblo catalán. Como los samaritanos, imagino que rendirán culto en Montserrat junto al abad catalanista.
Heredero directo de todos estos caudillos de la Historia (desde Abraham hasta Franco, pasando por los libertadores americanos), José Montilla, el libertador de Iznajar - que como todo el mundo sabe se encuentra en el Baix Llobregat de Córdoba- , va a traer los manantiales del agua al sediento pueblo catalán que vaga por el desierto hacia la tierra prometida de la independencia. Como Josué y David, Pepe Montilla ha lanzado sus huestes del PSC a la conquista de los filisteos madrileños cuyas mesnadas dirige el rey Zapatero. Tras heróica lucha, el Ebro se ha rendido sin resistencia.
Pero no creamos que Pepe y el marido de Sonsoles (iluminados ambos por la luz fulgurante de la modernidad) iban a hacer algo tan carca y facha como un trasvase. Lo que van a hacer se llama 'captaciones puntuales de agua' y si alguien pensaba que se trataba de coger agua de un sitio para llevarla a otro, nada de eso. Esa nueva Ruth de la política que se llama Elena Espinosa ha aclarado que 'no se restará ni una gota más de agua del río y no se menoscabará su caudal'. O sea que sale de la nada, agua que aparece allí donde no la hay. Lo que técnicamente denominaríamos 'milagro': si la energía ni se crea ni se destruye, los socialistas han logrado crearla.
Así, Pepe Montilla pasa a ser 'como nuestro padre Jacob que excavó este pozo y bebieron de él su familia, sus ganados y el pueblo'. Montilla es el nuevo Jacob del pueblo catalán. Como los samaritanos, imagino que rendirán culto en Montserrat junto al abad catalanista.
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