Nuevo gobierno, viejos sectarismos

Los discursos iniciales de Zapatero apuntaban a que esta legislatura sería una legislatura de consenso, alejada del sectarismo ideolñogico del que hizo gala en la primera legislatura. Además, el PP (aún bajo los influjos de una 'derrota dulce') se dejaba -y se deja- querer para buscar esos 'consensos'. Cierto que después llegaban los 'muñidores' de los acuerdos y ya no concretaban, se perdían en 'climas de entendimiento' y vaguedades varias, pero muchos creían que el marido de Sonsoles había enocntrado su particular 'camino de Damasco'. Muchos dudamos desde el principio, aunque pensábamos que el PP debía hacer el gesto con el PSOE para limar aristas en su discurso, porque lo propio de la víbora es morder.

Pero, evidentemente, al final se descubre 'el pastel' y esto pasó ya este sábado y se ha visto aumentado y corregido ayer mismo. Los ministros más sectarios continúan. Lo peor de lo peor del anterior Gobierno se mantiene y además se añaden nuevos síntomas de ese sello tan zapaterino que es 'cambiar la sociedad'. Así, a los Moratinos (con mucho el peor ministro de exteriores de España en siglos), Maleni Alvarez o Bermejo se mantiene otro genio del sectarismo ideológico como es Mercedes Cabrera (a la que se suma como Secretaria de Estado Eva Alumnia, que es, si cabe, más enemigad e la libertad de educación que la propia ministra). Y si esto fuera poco, la creación del 'Ministerio de Igualdad' no augura nada bueno. ¿A qué puede dedicarse un ministerio completo (con sus secretarios -y sobre todo secretarias, aquí no habrá paridad-, subsecretarios, directoras generles, etc.) cuya definición es que no se discrimine? Pues inspecciones en las empresas, en las casas, en los centros de educación, en todos los sitios. Es de nuevo un intento de dirigir la vida de los ciudadanos y sus decisiones privadas. Porque si el Ministerio este de Bibiana se dedicara a velar porque las leyes no discriminaran a los ciudadanos (por su origen, religión, sexo, etc.), pues tampoco, porque para eso están los tribunales de Justicia en un estado de derecho donde la constitución consagra ese valor. Pero pretender que los políticos sustituyan a los jueces en esta misión, vigilar a toda la sociedad... eso es orweliano.

Pero hay más, este gobierno de nuevo cuño y viejas costumbres no defrauda: Carmen Chacón, nacionalista catalana ella, será la ministra de defensa. O sea, la zorra (sin segundas) a guardar a las gallinas. Pero es que la señora está de siete meses, y su segundo será ¡¡¡Constantino Méndez!!! el que detenía a los militantes del PP y despreciaba a los ciudadanos que nos manifestábamos en Madrid. Con este tipo, esencia del sectarismo zapateril, nos podemos encontrar con que la Brunete cerque a Mariano en Génova...

En fin, que si a todo esto sumamos el que hay un tipo tan siniestro como Sebastián al frente de Industria... echaremos de menos a Montilla, seguro. Ahora bien, este gobierno no nos va a defraudar, nos va a dar grandes tardes de gloria y de comentarios.

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