Gracias, Oriana, tu sacrifico no será en balde
Ha muerto Oriana Fallaci. Desde hoy todos somos un poco más huérfanos. Os dejo este video de homenaje que ha hecho el Movimiento anti ZP.
En La rabia y el orgullo escribía a los políticos italianos (de los que tenía una opinión muy mejorable): Llamé también al alcalde, que tuvo la amabilidad de venir a mi casa. Me escuchó y me dio la razón: «Tiene razón, toda la razón...». Pero no hizo levantar la tienda. Se olvidó del tema o no fue capaz de conseguirlo. Llamé incluso al ministro de Exteriores, que era un florentino, un florentino de esos que hablan con acento muy florentino y, por lo tanto, perfecto conocedor de la situación. También él me escuchó. Y me dio la razón: «Sí, sí, tiene usted toda la razón». Pero no movió un dedo para quitar la tienda. Y no sólo eso sino que, además, rápidamente contentó a los hijos de Alá que orinaban en el Bautisterio y cagaban en San Salvatore del Obispo. [...] Entonces cambié de sistema. Llamé a un simpático policía que dirige la oficina de seguridad de la ciudad y le dije: «Querido agente, no soy un político. Por eso, cuando digo que voy a hacer una cosa, la hago. Además conozco la guerra y hay ciertas cosas que me son familiares. Si mañana por la mañana no levantan la jodida tienda, la quemo. Juro por mi honor que la quemo y que ni siquiera un regimiento de carabineros conseguirá impedírmelo. Y por esto que acabo de confesarle, quiero, además, ser arrestada, llevada a la cárcel esposada. Así termino saliendo en todos los periódicos». Pues bien, siendo más inteligente que todos los demás, al cabo de pocas horas hizo levantar la tienda. En el lugar de la tienda quedó sólo una inmensa y repugnante mancha de suciedad.
Esperanza Aguirre glosaba su figura con admiración: ha sido una de las voces que con más coraje y más fuerza dialéctica ha defendido los valores de nuestra civilización occidental: la libertad, la dignidad de las personas, la igualdad de derechos de hombres y mujeres y la ley como norma de convivencia.
Algunas frases más:
Para el que sepa italiano, su último artículo en El Corriere de la Sera.
Tienes que hacerte mayor para no tener nada que perder. Tienes cierta respetabilidad, más o menos. Pero te importa un carajo. Es el non plus ultra de la libertad. Hay en cada uno de nosotros una forma de timidez, de precaución, pero yo ahora abro mi gran boca y digo: ¿qué me vaís a hacer a mí? Que os jodan, yo digo lo que me da la gana.
Mira a los musulmanes; en Europa van con sus chador y sus burka. Continúan con los hábitos predicados por el Corán y continúan maltratando a sus mujeres y sus hijas. Rechazan nuestra cultura e intentan imponer la suya. Yo les rechazo y es mi deber no sólo para con mi cultura, sino para con mis valores, principios y mi civilización. También lo es hacia mi libertad y hacia la luchadora por ella que soy desde que era pequeña y luchaba contra el fascismo. El islamismo es el nuevo nazismo. Los que no entiendan esta simple realidad están alimentando el suicidio de Occidente.
Lo mostraré [a Mahoma] rodeado de sus nueve esposas, incluyendo la niña con la que se casó a los 70 años, sus 16 concubinas y un camello llevando una burka (hacía referencia a un cuadro que estaba pintando en solidaridad con los caricaturistas daneses).
Me siento menos sola cuando leo los libros de Ratzinger. (De máxima actualidad ahora que quieren 'crucificar' a Benedicto XVI por su análisis de la violencia religiosa propia del Islam)
El comunismo prohibe a la gente rebelarse, gobernarse, expresarse y coloca a Su Majestad el Estado en el trono que antes habían ocupado los reyes. «El comunismo es un régimen monárquico, una monarquía de viejo cuño. Por eso, le corta los cojones a los hombres. Y cuando a un hombre se le cortan los cojones, ya no es un hombre», decía mi padre. Decía también que, en vez de rescatar a la plebe, el comunismo convertía a todos en plebe y mataba a todos de hambre.
Estoy hablando a las personas que, sin ser estúpidas ni tontas, están sumidas todavía en la prudencia y en la duda. Y a esas les digo: ¡Despertaos, por favor, despertaos de una vez! Intimidados como estáis por el miedo de ir a contracorriente, es decir de parecer racistas (palabra totalmente inapropiada, porque el discurso no es sobre una raza, sino sobre una religión), no os dais cuenta o no queréis daros cuenta de que estamos ante una cruzada al revés.
¿No os dais cuenta de que los Osama bin Laden se creen autorizados a mataros a vosotros y a vuestros hijos, porque bebéis vino o cerveza, porque no lleváis barba larga o chador, porque vais al teatro y al cine, porque escucháis música y cantáis canciones, porque bailáis en las discotecas o en vuestras casas, porque veis la televisión, porque vestís minifalda o pantalones cortos, porque estáis desnudos o casi en el mar o en las piscinas y porque hacéis el amor cuando os parece, donde os parece y con quien os parece? ¿No os importa nada de esto, estúpidos? Yo soy atea, gracias a Dios. Pero no tengo intención alguna de dejarme matar por serlo.
Qué sentido tiene respetar a quien no nos respeta? ¿Qué sentido tiene defender su cultura o su presunta cultura, cuando ellos desprecian la nuestra? Yo quiero defender nuestra cultura y les informo que Dante Alighieri me gusta más que Omar Khayan.
¡Por Jesucristo! No le niego a nadie el derecho a tener miedo. El que no tiene miedo a la guerra es un cretino. Y el que quiere hacer creer que no tiene miedo a la guerra, tal y como he escrito mil veces, es un cretino y un estúpido a la vez. Pero en la vida y en la historia hay casos en los que no es lícito tener miedo. Casos en los que tener miedo es inmoral e incivil. Y los que, por debilidad o falta de coraje o por estar acostumbrados a tener el pie en dos estribos se sustraen a esta tragedia, a mí me parecen masoquistas.
Creo que es suficiente: Dios la tendrá en su seno, le habrá dado un abrazo y le habrá dicho: Oriana, tanto me buscabas, tanto me defendiste sin quererlo que al final me encontraste. Descansa, otros seguirán la lucha por tí. Y junto a esas otras grandes mujeres -Juana de Arco, Catalina de Siena, Teresa de Jesús, Mónica...- que descanse en paz
En La rabia y el orgullo escribía a los políticos italianos (de los que tenía una opinión muy mejorable): Llamé también al alcalde, que tuvo la amabilidad de venir a mi casa. Me escuchó y me dio la razón: «Tiene razón, toda la razón...». Pero no hizo levantar la tienda. Se olvidó del tema o no fue capaz de conseguirlo. Llamé incluso al ministro de Exteriores, que era un florentino, un florentino de esos que hablan con acento muy florentino y, por lo tanto, perfecto conocedor de la situación. También él me escuchó. Y me dio la razón: «Sí, sí, tiene usted toda la razón». Pero no movió un dedo para quitar la tienda. Y no sólo eso sino que, además, rápidamente contentó a los hijos de Alá que orinaban en el Bautisterio y cagaban en San Salvatore del Obispo. [...] Entonces cambié de sistema. Llamé a un simpático policía que dirige la oficina de seguridad de la ciudad y le dije: «Querido agente, no soy un político. Por eso, cuando digo que voy a hacer una cosa, la hago. Además conozco la guerra y hay ciertas cosas que me son familiares. Si mañana por la mañana no levantan la jodida tienda, la quemo. Juro por mi honor que la quemo y que ni siquiera un regimiento de carabineros conseguirá impedírmelo. Y por esto que acabo de confesarle, quiero, además, ser arrestada, llevada a la cárcel esposada. Así termino saliendo en todos los periódicos». Pues bien, siendo más inteligente que todos los demás, al cabo de pocas horas hizo levantar la tienda. En el lugar de la tienda quedó sólo una inmensa y repugnante mancha de suciedad.
Esperanza Aguirre glosaba su figura con admiración: ha sido una de las voces que con más coraje y más fuerza dialéctica ha defendido los valores de nuestra civilización occidental: la libertad, la dignidad de las personas, la igualdad de derechos de hombres y mujeres y la ley como norma de convivencia.
Algunas frases más:
Para el que sepa italiano, su último artículo en El Corriere de la Sera.
Tienes que hacerte mayor para no tener nada que perder. Tienes cierta respetabilidad, más o menos. Pero te importa un carajo. Es el non plus ultra de la libertad. Hay en cada uno de nosotros una forma de timidez, de precaución, pero yo ahora abro mi gran boca y digo: ¿qué me vaís a hacer a mí? Que os jodan, yo digo lo que me da la gana.
Mira a los musulmanes; en Europa van con sus chador y sus burka. Continúan con los hábitos predicados por el Corán y continúan maltratando a sus mujeres y sus hijas. Rechazan nuestra cultura e intentan imponer la suya. Yo les rechazo y es mi deber no sólo para con mi cultura, sino para con mis valores, principios y mi civilización. También lo es hacia mi libertad y hacia la luchadora por ella que soy desde que era pequeña y luchaba contra el fascismo. El islamismo es el nuevo nazismo. Los que no entiendan esta simple realidad están alimentando el suicidio de Occidente.
Lo mostraré [a Mahoma] rodeado de sus nueve esposas, incluyendo la niña con la que se casó a los 70 años, sus 16 concubinas y un camello llevando una burka (hacía referencia a un cuadro que estaba pintando en solidaridad con los caricaturistas daneses).
Me siento menos sola cuando leo los libros de Ratzinger. (De máxima actualidad ahora que quieren 'crucificar' a Benedicto XVI por su análisis de la violencia religiosa propia del Islam)
El comunismo prohibe a la gente rebelarse, gobernarse, expresarse y coloca a Su Majestad el Estado en el trono que antes habían ocupado los reyes. «El comunismo es un régimen monárquico, una monarquía de viejo cuño. Por eso, le corta los cojones a los hombres. Y cuando a un hombre se le cortan los cojones, ya no es un hombre», decía mi padre. Decía también que, en vez de rescatar a la plebe, el comunismo convertía a todos en plebe y mataba a todos de hambre.
Estoy hablando a las personas que, sin ser estúpidas ni tontas, están sumidas todavía en la prudencia y en la duda. Y a esas les digo: ¡Despertaos, por favor, despertaos de una vez! Intimidados como estáis por el miedo de ir a contracorriente, es decir de parecer racistas (palabra totalmente inapropiada, porque el discurso no es sobre una raza, sino sobre una religión), no os dais cuenta o no queréis daros cuenta de que estamos ante una cruzada al revés.
¿No os dais cuenta de que los Osama bin Laden se creen autorizados a mataros a vosotros y a vuestros hijos, porque bebéis vino o cerveza, porque no lleváis barba larga o chador, porque vais al teatro y al cine, porque escucháis música y cantáis canciones, porque bailáis en las discotecas o en vuestras casas, porque veis la televisión, porque vestís minifalda o pantalones cortos, porque estáis desnudos o casi en el mar o en las piscinas y porque hacéis el amor cuando os parece, donde os parece y con quien os parece? ¿No os importa nada de esto, estúpidos? Yo soy atea, gracias a Dios. Pero no tengo intención alguna de dejarme matar por serlo.
Qué sentido tiene respetar a quien no nos respeta? ¿Qué sentido tiene defender su cultura o su presunta cultura, cuando ellos desprecian la nuestra? Yo quiero defender nuestra cultura y les informo que Dante Alighieri me gusta más que Omar Khayan.
¡Por Jesucristo! No le niego a nadie el derecho a tener miedo. El que no tiene miedo a la guerra es un cretino. Y el que quiere hacer creer que no tiene miedo a la guerra, tal y como he escrito mil veces, es un cretino y un estúpido a la vez. Pero en la vida y en la historia hay casos en los que no es lícito tener miedo. Casos en los que tener miedo es inmoral e incivil. Y los que, por debilidad o falta de coraje o por estar acostumbrados a tener el pie en dos estribos se sustraen a esta tragedia, a mí me parecen masoquistas.
Creo que es suficiente: Dios la tendrá en su seno, le habrá dado un abrazo y le habrá dicho: Oriana, tanto me buscabas, tanto me defendiste sin quererlo que al final me encontraste. Descansa, otros seguirán la lucha por tí. Y junto a esas otras grandes mujeres -Juana de Arco, Catalina de Siena, Teresa de Jesús, Mónica...- que descanse en paz
Comentarios
Estamos dirigidos por unos politicos cobardes y complacientes con el Islam.
Estamos en guerra, nosotros no la hemos declarado han sido ellos. Y nuestros politicos no se han dado cuenta todavía.
Yo pondré la otra mejilla y amaré a mi prójimo, pero como San Pablo no me dejaré azotar sin agotar la ley y amaré al que viene contra mí, pero defenderé a los míos.
No es venganza, es defensa.
escupirles. Les escupo a todos ellos."
"Cuanto más democrática y
abierta es una sociedad, más expuesta está al terrorismo. Cuanto más libre
es un país y menos gobernado está por un régimen policial, más sufre o se
arriesga a sufrir las matanzas"
"Yo soy atea,
gracias a Dios."
"Si mañana por
la mañana no levantan la jodida tienda, la quemo. Juro por mi honor que la
quemo y que ni siquiera un regimiento de carabineros conseguirá
impedírmelo"
"raza de hipócritas"