Se repite la historia: ahora en Mexico

La izquierda (de claro corte masón) es muy similar en todas las latitudes y longitudes. Es el caso de Mexico, donde después de un resultado muy ajustado, el derechista Calderón y el izquierdista López Obrador estaban separados por muy pocos votos (pero muy pocos). Finalmente ha sido la Corte Suprema de Mexico la que ha decidido que el conteo de votos fue correcto y ha proclamado vencedor a Calderón. Lo normal en cualquier demócrata sería aceptar la derrota una vez agotadas todas las vías legales, y prepararse para una oposición feroz y dar la vuelta a ese corto marcador en las siguientes elecciones. Eso es lo que haría un demócrata.

Pero hablamos de la izquierda, enemiga de la democracia y del estado de derecho desde su creación. Con el agravente muy fuerte en latinoamérica del componente masónico y por tanto de estar legitimados por 'ese conocimiento' para dirigir los destinos de los hombres. Igual que en 1933 en España, sólo la izquierda está legitimada para gobernar, e igual que entonces, la izquierda se pone fuera de la ley (en 1934 un levantamiento armado, hoy en Mexico la creación de un gobierno paralelo, fuera de la ley y sedicioso), poniendo en riesgo de guerra civil al país.

Y ahora como entonces, la derecha (también acomplejada en todas las latitudes) busca el acuerdo con quien no lo quiere. Esperemos que al final reine la cordura en este país hermano y López Obrador vea (o alguien a su lado le haga ver) que por el bien de su país. Pero declaraciones al modelo Zapatero, Chavez, etc. nos dejan pocas esperanzas (un gobierno "que cuente con la legitimidad para refundar la República y el orden constitucional" ha dicho - ¡pero que ganas de cambiar la democracia en su favor tienen todos estos izquierdistas, allí y aquí!-) de que esto pueda ocurrir. Rezaremos por ello.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Si es que, como dije en mi blog, el sistema electoral mexicano es lo que tiene: puedes gobernar en minoría y las únicas coaliciones válidas son las establecidas antes de las elecciones. Si el señor Obrador no está de acuerdo debería esforzarse por cambiar la ley, pero desde el marco del Estado de Derecho, y no incitando a la revolución.

Y sí, yo también espero que las aguas en el país hermano vayan por buen cauce. México no se merece un Chávez o un Castro cualquiera.

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