Cuándo las barbas del vecino veas pelar...

Portugal está ahora mismo sin Gobierno. Su presidente, Sócrates, ha tenido que dimitir tras el varapalo que le ha propinado el parlamento portugués rechazando su tercer plan de austeridad, tras el fracaso de los dos primeros. (Nota: la situación es prácticamente idéntica a la que se ha producido en España con varios fracasos y anuncios de recuperación que quedan en nada. La diferencia es que allí el parlamento ha cumplido su función, y si no está de acuerdo, pues lo rechaza; mientras en España se aprobaba todo después de echar sapos y culebras.) Portugal ha estado colocando las últimas emisiones de deuda con un interés del 8% (Grecia se intervino cuando estaba en el 7), lo que indica que nadie se fía de su capacidad de recuperación. La intervención es el siguiente paso lógico. La duda es si será antes o después de la elección del nuevo gobierno, pero parece evidente que dada la división, la imposibilidad de aprobar un plan definitivo de austeridad que reduzca el déficit y haga comenzar a crecer al país vecino, la intervención es prácticamente inevitable.

Pero el problema no lo tiene sólo Portugal. La primera medida que nos ha afectado es la bajada de rating de la agencia Moody's a algunos de nuestros bancos y cajas que podrían tener comprometidos cerca de ochenta mil millones de euros en deuda lusa. Como la posibilidad de cobrarlos sin quita (esa que lo que hace es que si pagó usted 10, le devuelven 8 y dé gracias al modelo del administrador inicuo del evangelio) es nula si hacemos caso a las declaraciones de 'quien lleva los pantalones' en Europa que es Rottenmeyer Merkel que ya ha dicho que vayan las entidades financieras haciéndose a la idea de que pueden perder dinero.

Pero es que Portugal era el dique que estaba delante de nosotros (quizá junto a Italia el más grande de los PIIGS -Portugal, Ireland, Italy, Greece and Spain) para evitar que nos intervengan los que están financiando nuestro tren de vida. El problema que tenemos es que somos too big to fall, pero esta situación puede ser ya la puntilla para que nos obliguen aún más a apretarnos el cinturón. Y decisiones como la última de permitir que sigan los agentes sociales negociando ad aeternum no parece que nos ayuden. La decisión de ligar salarios a productividad no es 'opinable', viene impuesta desde Europa y por más que Méndez y Toxo se empecinen, será así... y será mejor para todos, aunque eso será materia de otro post.

De momento lo que tenemos que tener claro es que las barbas de nuestro vecino las están pelando... y eso puede ser un signo para que nos espabilemos de una vez, o no que diría el gallego universal.

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