Una semana es mucho tiempo...

Bueno, ya estamos aquí de nuevo. La verdad es que no puede uno irse ni unos días. La de cosas que pasan en esta España nuestra. Hay cosas curiosas, leves, graves y hasta catastróficas... resumamos por partes...

Risto Mejide expulsado por el lobby gay

Esta encabeza la categoría de las curiosas. Risto Mejide fue el último invento de GestMusic para resucitar un concurso de música que en sus primeras ediciones dio algunas buenas voces y artistas de cierto criterio. Pero del mismo modo que no todos los años salen un Messi o un Cristiano Ronaldo de las canteras de los clubes de fútbol, España no genera Davidesbisbal cada año. Y evidentemente, el programa decae. Los chicos son cada vez más mediocres (dicho con todo cariño) y se hace necesario el tener nuevos alicientes para que funcione el formato. Así, el histriónico Angel Llácer pasa a ser el director de la Academia (aunque ya empieza a ser repetitivo el ver las mismas poses en varios programas, pero ¡mientras el cuerpo y la audiencia aguanten!) y se incorpora al borde publicista Risto Mejide. Enfundado en sus gafas de sol, este políticamente incorrecto personaje zahiere un día sí y otro también a los concursantes, hasta hacerles derramar el llanto o lograr en enfrentamiento. Incluso se atreve a criticar a la misma dirección del programa o a los profesores... todo sea por la audiencia. Si se trata de un simple personaje que Risto representa o si es que él es así, es lo de menos. Las webs se llenan de defensores y detractores, se comentan sus valoraciones de los concursantes, sus vídeos son los más descargados y vistos de Tele5... un éxito. Pues bien, el otro día Risto fue expulsado del programa por la dirección del mismo. El motivo, este:



Que entre los profesores y el mismo presentador hay varios homosexuales, es algo conocido. El chiste de Risto puede o no gustar, considerarse grosero o no... pero no es diferente a otros comentarios que ha hecho ya en años anteriores. Pero la nueva religión laica no admite blasfemias. Uno puede ridiculizar a los curas, a los políticos, a la derecha en general, pero hay una serie de tabúes que nunca pueden tocarse: mujeres, musulmanes, negros y, por supuesto, homosexuales. Hace unas semanas leía yo un artículo de Eduardo Torrico referido a la polémica del himno en la final de la Copa del Rey. Decía Eduardo que lleva tiempo pidiendo que todos los políticos sean hombres, heterosexuales y blancos. De esta manera uno puede criticarlos sin ser tachado de machista, homófobo o xenófobo. Porque cuando uno critica a una mujer por lo que hace (no por ser mujer, como por ejemplo la ministra Aido, que es la ministra menos preparada que ha tenido España nunca), es que uno es un machista recalcitrante. Si uno critica a un homosexual (¿a mí que me importa con quien se lo monta o lo montan?) que ocupa responsabilidades públicas, o simplemente lleva la contraria a lo que ese lobby defiende (la homosexualidad como normalidad y elección), desde luego es que se es un simple homófobo que no merece más que el ostracismo. Hacer chistes de negros está totalmente prohibido, criticar a Obama es un pecado contra ese nuevo papado multriracial y multicultural que el advenimiento de Barack nos trae. Y si hablamos de criticar el Islam, es que queremos que vuelva la Inquisición (curiosamente en estas críticas se unen los homosexuales y aquellos que los cuelgan en los países islámicos, ¡todo sea por acabar con ese peligro histórico que es el cristianismo y su cultura retrógrada!).

Al final a Risto Mejide le ha pasado lo mismo que a otros antes que a él: ser políticamente incorrecto en esta sociedad tan falsa trae como consecuencia la persecución. Pues nada, Risto, en las catacumbas nos vemos...

Ya tenemos financiación... para Cataluña

Rodríguez Zapatero tiene un muy difícil equilibrio en el Parlamento. Y además, su socio catalán (el PSC) tiene también un equilibrio difícil con tres partidos en el Gobierno... Y la pata que lo equilibra todo es Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Para ZP, contentar a los chicos de la Esquerra es primordial. Se ha pasado durante años intentando mostrar que el PP está solo, que está aislado (aunque esté acompañado por 10 millones de españoles), que no puede ponerse de acuerdo con nadie... Si eso le ocurriera a él, sería, siguiendo sus palabras, un fracaso. Necesita, además de para superar las leyes, tener aliados con los que pactar. Y así, busca una vez con uno, otra vez con otro, pero necesita conseguir el pacto. Y lo ha buscado usando, otra vez, nuestro dinero. Porque se ha llegado a un acuerdo bilateral con Cataluña (como si de un país soberano se tratara) y después, se ha repartido lo que queda entre el resto, colocando el orden de la manera siguiente: primero los viveros de votos socialistas (Andalucía y Castilla-La Mancha), después las comunidades gobernadas por el PSOE y por último las comunidades donde el PP gana, y a más diferencia con el PSOE, peor tratadas. Así, Madrid y Valencia son claramente perjudicadas en el reparto de fondos con respecto a Cataluña (todo el mundo acepta que comunidades más pobres reciban más, como puede ser el caso de Andalucía, pero no que comunidades ricas pasen de donantes netos a receptores netos). Más cerca de la independencia (de momento económica), ERC ya ha afirmado que este es el primer paso para la independencia... gracias a ZP:

Pero tampoco el PP ha sabido estar a la altura. Con la excusa de que si no lo aceptan (votando en contra) no recibirán el dinero extra que Zapatero nos va a sacar de los bolsillos para enviarlos a Cataluña (con lo que al pufo vasco tendremos que sumar el pagar la independencia de los catalanes), el partido de Rajoy a obligado a sus comunidades a abstenerse críticamente. Vamos que Zapatero nos vende que su modelo de financiación no tiene a nadie en contra. Un nuevo error del pasteleo al que nos tiene acostumbrado de vez en cuando el PP... Porque aquí se abstiene, en Cataluña lo medio apoya, en el Congreso votará en contra y en... no se sabe.

Y mañana, más...

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