Nazionalsocialismo en estado puro

Dos imágenes comparables: niños asesinados por el comunismo en China y un feto de seis meses: si gana el PSOE ya no será un niño, sino un 'resto orgánico'

Mucho se está discutiendo estos días sobre las rebajas fiscales, la crisis económica que se nos avecina, los diversos números doses de los diferentes partidos. Y así no se discute de cuestiones de fondo. España es un país que ante las cuestiones fundamentales prefiere mirar para otro lado. Sólo así se explica que ante los asesinatos en masa del Dr. Morín, las trituradoras de restos humanos de las clínicas (¡qué sarcasmo que compartan nombre con los lugares donde se ejerce el noble arte de la Medicina!) abortistas y el cúmulo de irregularidades y delitos allí descubiertos hayan pasado tan rápidamente al olvido.


De este olvido nos saca de repente la propuesta socialista para que los restos humanos de bebés de ¡¡¡siete meses de gestación!!! dejen de ser restos humanos para ser considerados 'restos orgánicos' sin más calificación de forma que ya puedan ser echados al vertdero más próximo. El esquema es siempre el mismo: conformar la realidad a golpe de legalismo. El matrimonio ya no es la unión de un hombre y una mujer, porque lo dice la ley. ANV es 'izquierda abertzale y no un grupo terrorista, porque lo dice la ley. Un 'concebido y no nacido' ya no es un ser un humano, porque lo dice la ley. El Estado se arroga el derecho a educar a los niños en su adoctrinamiento ideológico sin que los padres tengamos nada que decir, porque lo dice la ley.





Y la ley puede ser, como demuestra la historia reciente de Europa, inicua. Pueden ser leyes que sólo tienen apariencia de leyes, pero que no cumplen los requisitos de la misma: ordenamiento de la recta razón hacia el bien común.





En los juicios de Nüremberg contra la cúpula judicial nazi, muchos de los antiguos jueces alegaron que ellos se limitaron a cumplir la ley y que no podían hacer otra cosa. La ley les obligaba a condenar a millones de seres humanos a la cámara de gas. Era la ley. La sentencia lod ejo claro ya para la Historia: ninguna ley, ningún poder humano puede estar por encima de los sagrados derechos humanos y el primero de ellos es la vida. Podrán hoy estos nuevos nazis disfrazados de médicos, de juristas y de políticos legislar lo que les plazca. Esa ley no será ley sino simple abuso de los poderosos contra el más débil e indefenso, contra el que no puede protestar, contra aquel que no tiene voz.





Algunos seguiremos prestando nuestra voz a los que no la tienen, para que, como dice el encabezado de este blog, no llegue un día en que 'fueron a por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara por mí'.

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