Se cumplieron los pronósticos... ¿y ahora qué?

Ayer se celebraron las elecciones y el resultado ha sido el esperado: el Partido Popular ha ganado las elecciones con una mayoría absoluta, casi total y el PSOE se ha hundido de forma total con menos diputados que los que tuvo en 1977, en plena Transición. Esto era lo esperado, no ha habido sorpresas, pero lo importante ahora es qué va a suceder. Como decíamos hace unos días, lo importante es si llegamos a tiempo de salvar la situación de España. Porque llevamos mucho tiempo de interinidad, de un Gobierno que está deslegitimado socialmente. El mensaje que han/hemos dado los electores ha sido muy claro: mayoría absoluta al PP de Mariano Rajoy para que intente sacar a España de la delicada situación en la que se encuentra. Ya los sondeos desde hace meses (desde mayo del 2010, que fue cuando Zapatero se vio obligado a hacer lo contrario de lo que quería por decreto de Merkel, Sarkozy, Obama y Hu Jintao y se hundió en el favor popular) habían dejado claro que los españoles deseaban ya poner fin al zapaterismo. Las elecciones autonómicas y municipales ya fueron un calvario para el PSOE con la pérdida de casi todo el poder territorial... era una agonía lenta, pero inexorable. La campaña electoral, la elección de Rubalcaba, el alto el fuego de ETA... nada de eso ha cambiado ya el resultado. Y lo peor es que la situación de España con un Gobierno grogui no ha hecho sino empeorar.

Ahora ya hemos votado, pero resulta que el presidente saliente en el Decreto de disolución fijó el ¡plazo máximo! que deja la Constitución hasta la constitución de las Cámaras, consultas del monarca, etc. Eso significa que entre unas cosas y otras, nos vamos a mediados de enero... ¿puede España aguantar dos meses más cuando el resultado de las elecciones deja al Gobierno en funciones, en eso, en funciones pero sin capacidad de tomar decisiones? ¿O las decisiones las va a tomar Rajoy por persona interpuesta? Desde luego es una situación de locos. Con el resultado y la situación que tenemos, se puede acelerar todo para tener el nuevo Gobierno en dos semanas o tres a lo sumo. En Navidad, ya están los nuevos ministros sin vacaciones, currando a destajo. Pero no parece, en estas primeras horas, que los tiempos vayan a ir por acelerar el traspaso de poderes. ¿Por qué?

Supongamos que aceleramos, y que tenemos Gobierno en poco tiempo. Pues la primera medida ya fue anunciada por Rajoy: una ley que concrete el límite de gasto de las administraciones públicas y que deberá estar en el equilibrio fiscal si no en el superávit para ir enjuagando los desmanes de los últimos años. Y lo más importante y para lo cual no debe temblarle la mano a Rajoy: ¿qué pasará con aquellos que lo incumplan? Lo más lógico es que se les retiren las competencias y se pueda llegar a suspender la autonomía como indica la Constitución. Esto mandaría un mensaje de tranquilidad a los mercados y a nuestros acreedores, ya que nos comprometemos a pagar, y si antes fuimos díscolos, hoy ya somos ejemplares.

Las siguientes medidas tienen que ir en la misma línea: reforma laboral, reforma fiscal, agilización de trámites administrativos para la creación de empresas, defensa del mercado único español, modificación de las leyes educativas para que ya en el curso 2012/2013 se comience a primar el mérito, el esfuerzo y la capacidad por encima de la comprensividad... Y esto para antes de febrero... porque no tenemos tiempo, porque tenemos cinco millones de parados (y subiendo) y tenemos que trabajar para que España vuelva al lugar que le corresponde y eso sólo se logra con libertad, austeridad, trabajo y esfuerzo... no muy socialistas estos principios, pero ¿no hemos dicho ya los españoles que no queremos socialismo? Pues eso.

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