Reflexiones tras el verano (I): La JMJ

Os he tenido abandonado unas semanas, lo sé, pero todo el mundo merece su descanso y entre JMJ y unos días de asueto, pues uno ha desconectado un poco disfrutando de la familia que ya tocaba. Pero ya estamos con nuevas fuerzas, que siempre vienen bien. Y vamos a comentar las que creo, en mi opinión (esto me decían en la Facultad que no hay que decirlo, ya que si uno escribe es la opinión de uno, digo yo, pero ahí queda en homenaje a mis profesores), son las dos noticias del verano: la Jornada Mundial de la Juventud y la reforma de la Constitución. Otras cosas han ocurrido, pero creo que estas dos son las de más calado. Vamos pues a ello.

La JMJ, un soplo de aire fresco para la fe

España es un país curioso. De honda tradición católica, se cumple permanentemente ese dicho ya antiguo: 'en España siempre con los curas, o delante con un cirio o detrás con un palo'. Y es que ha resultado sorprendente la inquina con la que se ha recibido al Santo Padre en algunos sectores de la sociedad aunque fueran muy minoritarios. Eran pocos, pero muy virulentos. Y digo que sorprende porque siempre ha habido quienes criticaban la visita del Papa (el anterior y este) pero nunca habían llegado a dar el paso hacia la violencia física como fue el caso esos días. Los laicistas diversos (y supuestas 'redes cristianas' y 'cristianos de base' -¿eso qué es?-) buscaron provocar a los jóvenes que de más de 190 países pululaban por las calles de Madrid. Y evidentemente, hubo enfrentamientos. Hay imágenes que, como español, me avergüenzan: unos tipos inyectados en odio los ojos insultan a unos jóvenes que por respuesta dan vivas al Papa o se ponen a rezar el Rosario (como si de los mártires romanos se tratara). Pero hay una imagen que es simplemente terrible: un joven, visiblemente irritado, insulta hacia el frente donde la cámara está enfocándole en primer plano. No se entiende lo que dice, pero su expresión es de odio, de alguien que si pudiera, si no estuvieran los policías frenando su paso, mataría a los jóvenes que tiene enfrente. ¿De dónde salía tanto odio? Pues dejando de lado el misterio de la libertad y el mal, lo que parece claro es que esta Jornada Mundial de la Juventud era un objetivo claro del Diablo (ya sé que no está de moda hablar del Príncipe de las tinieblas, pero existe y actúa). Y es lógico. Durante esos días hacía el cálculo de las personas que han podido pasar a confesarse, a ponerse en paz con Dios sólo en el Retiro. Y el dato era apabullante: supongamos que una persona tarde en confesarse unos 10 minutos de media, en una hora un sacerdote confesaría a 6 personas, en un día por confesionario pasarían 72 personas, en todos los confesionarios... ¡¡¡18.000 personas por día!!! en los seis días en los que estuvo abierto... ¡¡¡108.000!!! Y luego estarán los que se confesaron en parroquias, con los sacerdotes que les acompañaban... La Iglesia no publica estadísticas (y bien que hace) de estas cosas, pero el de los cuernos tenía que estar echando humo ante tanta conversión, tantos deseos de entrega, y tanta fe pública. Y debía actuar. Y se valió de aquellos que odian la fe, de aquellos que no pueden soportar la presencia de los cristianos en la calle, haciendo profesión de lo que creen. 

Pero fue un éxito arrollador. Si hay una imagen espectacular en esos días es la adoración al Santísimo en Cuatro Vientos: el mayor acto de Adoración a la Eucaristía de la historia: dos millones de personas, bajo la lluvia, en silencio, muchos de rodillas, rezando. Silencio alrededor, sólo oración. Os puedo asegurar a los que no estuvisteis allí, que era emocionante. Más que los discursos y homilías, que eran importantes, mucho más lo era el ejemplo de fe recia y de oración de los jóvenes.

Más cosas se pueden decir de esos jóvenes: ni un altercado, ni una borrachera, ni una mala palabra de queja o reproche a los errores de organización que había... desde luego tendremos mucho que comentar, pero una primera reflexión...

Continuará...

Comentarios

Liberalismo Radical ha dicho que…
Un Estado que respete el liberalismo es una Utopia. Todo Estado tiende a crecer y más si es repúblicano, lea al anarcocapitalista Hans-Herman Hope en su defensa de la monarquía absoluta como un sistema superior y más libre que toda degeneracion republicana y democratica. Y peor aun si promovemos un estado bajo el Papismo, el catoliscismo es una religión intervencionista que defiende un estado el Estado del Vaticano. JMJ eso es muy antiliberal.

Por cierto estoy promoviendo el anarcocapitalismo entre los liberales y conservadores de España
mi blog es liberalismoradical.blogspot.com

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