Más sobre la educación pública: ¿es el dinero lo más importante?

Esta pregunta es una de las que uno se hace cuando analiza las discusiones que a propósito de los recortes en el sistema educativo público se están produciendo en casi todas las comunidades autónomas. Digo que podemos llamarlos recortes porque si entendemos que el gasto será (debido a la no-contratación, que no despido, de unos miles de interinos) menor en unos millones de euros, sería técnicamente un recorte. Lo que hay que definir es si esos recortes influyen o no en la calidad del sistema educativo o no. Y es que, como ya hemos comentado en otros posts, existe una creencia generalizada de que a más dinero por alumno, la calidad de la educación aumenta de forma directa. Es una creencia puramente marxista, que une el éxito social al hecho de tener dinero o bienes (el odio hacia el derecho de propiedad, la sucesión, etc. está fundado en esta creencia), no a otros factores como puedan ser el esfuerzo personal, la educación recibida en casa, las aptitudes innatas para el aprendizaje, etc. Es una reducción simplemente a aspectos económicos. El hecho de que haya experiencias en contrario, personas de extracción muy humilde y que con su esfuerzo y estudio han logrado salir adelante con enorme brillantez, no termina de convencer a aquellos que aseguran que el éxito es fruto directo de la capacidad económica.

Pero los datos que hoy aporta Libertad Digital en Las claves del fracaso educativo, vienen a darnos la razón. La clave del proceso educativo está fundamentalmente en los profesores. Son ellos los principales actores en el proceso de aprendizaje de los alumnos. Si ellos están bien formados, tienen motivación y están apoyados por la dirección de los centros y las familias, la calidad de la educación subirá como la espuma. Y eso en independiente de lo que ganen, de las horas de clase que impartan. Hay muchos (la mayoría, no nos engañemos) que se quejan de que el problema que tienen es que los alumnos están asilvestrados, que no pueden ejercer la autoridad porque ni la administración ni las familias les dejan y que, de hecho, a veces descubres cómo están los críos con conocer a sus padres... No se puede exigir porque los chavales saben que pasarán de curso aunque no hagan nada, y que es mejor no hacer nada antes que trabajar (ahí está el ejemplo andaluz y sus becas para vagos y malos estudiantes). Nadie motiva al buen estudiante.

En ese artículo que citaba se indica otro elemento común a todos los sitios donde hay calidad educativa: devolver el poder a los colegios y capacidad de elección de los padres. Ambos temas son tabúes para los 'socialistas de todos los partidos'. En Madrid Esperanza Aguirre ha comenzado dando este año capacidad a los centros escolares para decidir que hacer con un porcentaje de las horas lectivas, qué materias destacar más... y a eso seguirá el distrito único en educación al modo que lo ha hecho en Sanidad: se podrá elegir cualquier colegio de la Comunidad de Madrid, sin estar limitado por cercanía al mismo. Si a eso le unimos las pruebas externas al sistema educativo y a los centros, tenemos las claves para obtener calidad educativa. Pero estas medidas con criticadas por los sindicatos de docentes. ¿Por qué? Pues porque de lo que se trata es de evaluar si los niños aprenden o no, dar autoridad a los directores (ese cuerpo que Felipe González hizo desaparecer) para organizar el centro (como representantes de la Administración y no la elección del mismo como si de una asamblea se tratara, ¿dónde se ha visto que al jefe lo elijamos democráticamente?), dar peso a los padres para elegir el colegio que deseen (normalmente el que más calidad posea, ahí donde los alumnos aprenden de verdad será más demandado y el que no pueda competir... cerrará), y todo eso a nuestros progres, a esos maestros sin alumnos (liberados sindicales les llaman) no les gusta. Se trata de vivir del cuento, de defender, so capa de la calidad educativa, sus prebendas feudales. La lástima es que muchos profesores no se dan cuenta de esto y secundan a los sindicatos y la izquierda en lo que será su ruina: más comprensividad, menos calidad. Muchos países, el Reino Unido entre otros y con Blair, ya lo han hecho y han comenzado a remontar. Aquí seguimos adorando al dios pedagogo... así nos va.

Otra cosa es que se haga una huelga porque unos compañeros se van a quedar sin empleo, porque los pobres interinos no ven renovados sus contratos este año... ahí puedo entender que se trate de una huelga laboral en solidaridad con ellos... pero la calidad de la educación no tiene nada que ver con esto.

Comentarios

Luis ha dicho que…
Si es que las cosas no son blancas o negras...¡hay grises! Por supuesto que no solo es dinero lo que hace falta para mejorar la educación, es imprescindible la motivación del profesorado, pero fíjate qué cosas, el profesorado se motiva más en una clase con 20 alumnos que en una con 35...es como si se asilvestraran menos cuando la multitud es más pequeña. Y para eso hace falta algo de dinero. Te lo dice alguien con 20 años de experiencia docente a repartir entre centros públicos y concertados.

Un saludo

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