La revuelta de los concejales dignos

Las servidumbres a la secta tienen estas cosas. Y al 'glosador' de las excelencias de Polanco (fue impresionante ver en el mismo escenario a Gabilondo, Felipe González y Cebrían junto a 'la ambición sin límites' que puebla el Palacio de Correos y la Casa de la Villa -todo es poco para tan gran ego-) se le han rebelado sus concejales. Todo a cuento de dedicarle una calle al mayor enemigo de su partido (pero también su -del alcalde- gran valedor) en la ciudad que gobierna. Claro, los concejales no tienen ese gusto masoca del Alcalde y lo de que les llamen 'partido guerracivilista', 'franquista' y demás lindezas pues no es algo que les ponga precisamente.

Gallardón ha sido siempre el instrumento en el que la izqueirda sectaria se ha basado para usar de excusa contra la derecha democrática. Y él se ha dejado siempre. Su ambición, que es legítima, no conoce límites. Lo que ya no es legítimo es abandonar a tus propios correliginarios a las faldas del mayor enemigo de ese mismo partido que te acoge y te presenta cada vez a un cargo público. El grupo PRISA tiene como objetivo perpeturarse, él y no una ideología, en el poder. Tiene un candidato en el PSOE (al menos lo tenía hasta que ZP se ha montado el chinringuito Media Pro) y busca uno en la derecha que haga de España una apariencia de democracia... en el fondo, don Jesús era como su mentor (y con quien comenzó a hacerse rico): 'usted haga como yo y no se meta en política'.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Cada día me alegro más de no seguir viviendo en la ciudad de Madrid, y así evitar el tener que dar mi voto a este impresentable progre.

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