¿Se puede terminar con la corrupción?

Parece un mal de imposible solución. Debe estar en la naturaleza humana y como tal tenemos que aceptarlo. Que surjan Urdangarines, Bárcenas y Mulas es consustancial al hombre. Nos tenemos que rendir a la evidencia de que es imposible evitar la corrupción en la vida pública...

Pero, ¿de verdad es imposible minimizar esto? ¿En todos los países la corrupción alcanza los grados de España o Europa en su conjunto? ¿Hay quizá algunas condiciones que hagan más fácil esa corrupción? Uno mira EEUU, por ejemplo, y habiendo corrupción, una efectiva separación de poderes, y una 'cultura ética' muy diferente, la corrupción tiene mucho menos predicamento. Seamos claros, en otros países, pillar a un estudiante copiando no es motivo de que te suspendan el examen, es motivo para que te expulsen de la Universidad y lo lleves como baldón toda la vida. En España, el que no copia es un idiota, y al que copia se le considera un listo. ¿Cómo nos va a extrañar que la gente robe o mienta? Pero es que además en España se da una situación curiosa, aunque no única: no existe separación de poderes: nosotros votamos a unos partidos (no a unos representantes, sino a unas listas cerradas) que conforman el poder legislativo, pero ese poder legislativo (partidos) elige al Ejecutivo y al Judicial, por lo que tenemos una dictadura de partidos. ¿A alguien le extrañará que haya que acudir al partido (como antes al Rey) en busca de ayuda en complicaciones judiciales o necesidades con el gobierno de turno?

Pero es que además, la corrupción es directamente proporcional al poder del Estado en la economía. En España, para abrir cualquier negocio, realizar cualquier operación en muchos sectores, reestructurar tu compañía en época de crisis, es necesario acudir al estado en busca de un permiso. Hay sectores (sanidad, dependencia, transporte, hidrocarburos, farmacias, educación...) donde es preciso el Estado para poder operar. Y en otros donde teóricamente esto no es así, es necesario que un montón de funcionarios tramiten papeles y papeles hasta lograr operar. De este modo, siempre hay que engrasar la maquinaria del Estado para no perder dinero. Si yo pudiera, por ejemplo, abrir un colegio sin más permiso que una declaración jurada de que se cumplen las condiciones (luego serían verificadas por el inspector y en caso de no hacerlo esa declaración iría en mi contra como delito de perjurio) y su financiación fuera directa al número de alumnos (cheque escolar o similar) que posee... ¿qué necesidad tengo yo de acudir a engrasar al conseguidor del partido, ministerio, dirección general, etc.?


Cierto que siempre existirá quien se salte la ley, quien soborne o mienta o robe, pero si somos capaces de execrar de la sociedad civil a aquellos que tienen esos comportamientos, algo se conseguirá. Pero informaciones como la de esta semana que modifican la ley de entidades bancarias para que condenados en sentencia firme puedan seguir dirigiendo un banco, no ayudan precisamente a que los ciudadanos veamos ejemplaridad y la exijamos. Pero esa parte está en nuestra mano.

Resumiendo: si queremos minimizar la corrupción necesitamos una efectiva separación de poderes, un Estado reducido que no centralice toda la actividad económica y una cultura ética que rechace la corrupción y a los corruptos.

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