Depardieu y Garoña: Laffer tenía razón

Dos noticias han hecho que me acuerde de la famosa curva de Laffer que hemos citado en este blog en varias ocasiones. Según este economista, no basta con subir los impuestos de forma lineal para que los ingresos del Estado lo hagan de la misma forma. Así, si con una tasa del 10 % de impuestos se recauda 100, con un 20% no se recaudaran 200 sino que puede ocurrir que caigan por debajo de ese 100 anterior. Eso debe a que una subida de impuestos puede hacer que cierta actividad económica deje de ser interesante para el que la presta debido a que no hay beneficio tras el pago de impuestos. Si usted tras pagar impuestos gana 5 y la subida de impuestos le obliga a pagar 6 y una subida de precios hace que el servicio no sea adquirido por los clientes... cerrará el servicio y ya no hay ni impuesto, ni beneficio, ni servicio a prestar (con lo que aumenta el paro y los costes del Estado por subsidios que se ve obligado a solicitar más recursos para ello... ¿con más impuestos?).

Algo de esto le ha sucedido al actor francés (¿ahora belga?) Gérard Depardieu. El presidente Hollande ha decidido que las grandes fortunas (nunca los políticos son grandes fortunas) paguen impuestos de hasta el 85% entre impuestos y tasas varias. Evidentemente, el actor ha decidido que dar al Estado esa cantidad del fruto de su trabajo y su talento es inadmisible y fija su fiscalidad un poco más allá en Bélgica. De este modo se cumple la curva de Laffer y el Estado francés ya no tendrá esos ingresos en su haber. Se ha desincentivado la actividad económica.

Pero no sólo en España hay socialistas. En España tenemos unos socialistas de derechas que ríete tú de Hollande. Ahí están Montoro y Soria para dejar a los franceses en meros aprendices de brujo. ¿La penúltima de estos lumbreras de la economía? Una tasa sobre las nucleares que ha llevado a la central de Garoña a anunciar su cierre por no poder hacer frente a los 150 M. de euros anuales de la nueva tasa. Conclusión: menos energía disponible -por lo que aumentará el precio de la actual al tener que importarla-, más paro -todos los empleados y puestos indirectos a la calle, con lo que tendremos más prestaciones que pagar- y ningún ingreso por la tasa de reciente creación -lo que llevará a que intenten sacar el dinero de otro sitio... más impuestos al acecho-.

Es evidente que la actividad económica la hacen los agentes privados y que el dinero pertenece a quien lo gana de forma honesta trabajando con su talento, levantando una empresa y pagando con ella a sus trabajadores, proveedores... e impuestos. Pretender que el Estado sea el dueño (como entienden Hollande, Montoro o Soria) de los bienes y que por su graciosa benevolencia dejan que nos quedemos con algo en nuestros bolsillos es, además de una estupidez, una inmoralidad manifiesta. De hecho, cada subida de impuestos que se está realizando esta ahondando más en la crisis. Se empeñan en lograr el equilibrio presupuestario vía ingresos pero tocando muy poco el gasto. Eso provoca que la actividad económica se retraiga, y que el propio Estado colapse. La experiencia del socialismo real de la Unión Soviética debería habernos enseñado esto ya. Pues parece que no...

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