¿Habrá crisis de Gobierno?
Esta es la gran pregunta que circula por los mentideros políticos madrileños. Zapatero no quería hacer ningún cambio durante la presidencia de turno de la Unión Europea. Esa presidencia ha terminado con un fracaso estrepitoso: ninguna decisión importante, el presidente en total desprestigio y el país que preside en ruina e intervenido. Además, el PSOE se hunde en las encuestas y muchos presidentes autonómicos temen por sus cargos (y,ojo, todos los del partido que en cada taifa viven de la mamandurria autonómica y municipal con sus empresas públicas, cajas de ahorro...). Desde su propio partido se le pide que recupere la iniciativa política. Y una de esas posibilidades es hacer una crisis de Gobierno que dé impulso a un Gobierno desgastado. Todo ello aceptando que Zapatero siga siendo presidente... claro. ¿Y qué ministros deberían salir del Gobierno? Ahí van algunas ideas:
María Teresa Fernández de la Vega: Vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno. Es el soporte del presidente, la que se parte la cara literalmente para defender las cuestiones más espinosas. Muchos dicen que está quemada, pero tiene predicamento entre la población (que valora su capacidad de trabajo). Seguirá.
Elena Salgado: Vicepresidenta segunda y Ministra de Economía. Ya su nombramiento fue cuanto menos curioso. En un momento de crisis se nombra, no a un técnico sino a una persona claramente ideologizada y con conocimientos escasos aunque muy fiel al presidente. Desde su nombramiento se ha convertido, junto a Corbacho, en la cara de la crisis y ha demostrado su clara incapacidad. No debería seguir en ningún caso.
Manuel Chaves: Vicepresidente tercero. Jugada maestra de Zapatero, un aunténtico killer de la política: no podía cargarse a Chaves (como ya lo había logrado con Bono e Ibarra) mientras dominara el patio andaluz. Aplicando la máxima de la patada hacia arriba, le nombra vicepresidente, se lo trae a Madrid y un año después lo deja en la estacada y sin posibilidad de volver a Andasulia. No seguirá y ZP se apuntará otra muesca en la pluma.
Miguel Ángel Moratinos: Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación. El peor canciller que ha tenido España nunca. El prestigio internacional de España ha sido arrastrado por los suelos por este sujeto que nunca debió presidir ni una comunidad de vecinos. Pero es fiel al que le nombró (más que al proyecto socialista) y puede ser que se mantenga en el cargo.
Francisco Caamaño: Ministro de Justicia. Tiene un perfil bajo, pero es un técnico y masón que le viene de perlas a Zapatero después del perfil rudo de Rodríguez Bermejo. Seguirá ya que hay proyectos como la Ley de Libertad Religiosa (¿sic?) que debe sacar adelante.
Carme Chacón: Ministra de Defensa. Fue uno de los golpes de efecto de Zapatero en 2008 (mujer y embarazada como ministra de Defensa). Es muy criticada en el ejército, pero es uno de los soportes y hooligans del presidente. La duda es si será la apuesta de Zapatero para dirigir el PSC tras el descalabro que se pegará Montilla. Con Carme en la dirección del PSC se garantiza Zapatero una cierta paz. Es una incógnita.
Alfredo Pérez Rubalcaba. Ministro del Interior. Sin duda uno de los fijos. Está bien valorado por la población (¿será que entre tanta mediocridad hasta un mentiroso conocido como Rubalcaba -si te descuidas te la clava- es de lo mejorcito?) y brega en todas las luchas dando una imagen de seriedad a un Gobierno de guasa. Seguirá salvo que el presidente se vuelva loco.
José Blanco. Ministro/a de Fomento. Ha sido siempre el fiel escudero de Zapatero desde sus años de León. Que seguirá en el Gobierno no lo duda nadie, pero puede que cambie de cartera o que se sitúe mucho más cerca del presidente. Es, desde luego, uno de los pesos pesados del gabinete ante la que está cayendo. Ha pasado de Pepiño a don José desde su llegada al Gobierno.
Ángel Gabilondo. Ministro de Educación. Partiendo del principio de que el ministerio (estando todo transferido a las CCAA) no tiene mucho sentido, Angel Gabilondo tiene el suficiente sectarismo para poder impulsar el cambio social que persigue el presidente. Además es un hombre capaz (sectario, pero capaz) y un guiño a esa izquierda ilustrada. Seguirá probablemente salvo que él decida otra cosa.
Celestino Corbacho. Ministro de Trabajo e Inmigración. Como Salgado es la viva imagen de un cadáver político. Ni sabe nada ni nadie espera nada de él. Ha fracasado en el diálogo social, tiene las cifras de paro más altas de la OCDE, por lo que saldrá del Gobierno hacia su Cataluña de adopción. No tendría sentido seguir quemando un ministro abrasado, aunque la dificultad será encontrar alguien de peso dispuesto a asumir los recortes sociales que se avecinan. Veremos...
Miguel Sebastián. Ministro de Industria, Turismo y Comercio. El caso de Sebastián es similar al de Blanco. Siempre sonó como ministro de Economía, pero en muchos aspectos es demasiado ortodoxo (léase que sabe algo de economía) para la izquierda radical. El cambio de política económica obligado por la intervención sobre nuestra economía puede catapultarle a esa cartera: al menos será capaz de creerse lo que dice. Seguirá con más fuerza.
Elena Espinosa. Ministra de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino de España. Con ese pomposo título se esconde el antiguo ministerio de Agricultura. La gran incógnita es si Zapatero se acuerda de que Elena Espinosa sigue en el Gabinete. Nadie conoce de ella ni una decisión, ni una ley (la de economía sostenible, otro pufo, la defendieron otros ministros). ¿Seguirá? Sinceramente, da lo mismo...
Ángeles González Sinde. Ministra de Cultura. Se pidió su dimisión desde el día de su nombramiento por incompatibilidad con sus actividades privadas (es curioso que la oposición no siga ese flanco: le da subvenciones a sus propias empresas o las del novio, Ray Loriga). Se ha caracterizado por ser una plaga para el avance de internet y de nuevas formas de negocio cultural. Su cometido era ser la cuota del sindicato de titiriteros que tanto apoyaron a Zapatero en las elecciones del 2008 (los de la zeja). Es probable que salga si Zapatero decide unir los ministerios de Cultura y Educación como le piden tantos.
Trinidad Jiménez: Ministra de Sanidad y Política Social. Otra hooligan del presidente. Lo mismo vale para un ministerio que para otro. Ahora tiene que lidiar con recortes en pensiones, dependencia y seguramente en sanidad. Es desde luego una fija para el presidente ya que tiene fama de trabajadora. Seguirá en el Gobierno
Beatriz Corredor: Ministra de Vivienda. Otro ministerio florero. No debería ni existir semejante despilfarro. Además se puede postular como candidata a la alcaldía de Madrid, a la CAM frente a Aguirre o incluso ser la próxima secretaria general del PSM tras el seguro batacazo de Tomás Gómez (y mira que Simancas era malo, pues este le supera). No creo que siga.
Cristina Garmendia: Ministra de Ciencia e Innovación. Otro florero del presidente. El ministerio no tiene ni competencias. Si existiera el sentido común desaparecería el Ministerio y su desaparecida titular. No seguirá.
Bibiana Aído: Ministra de Igualdad. Muchos apuestan por su salida, pero demuestran no conocer a Zapatero. Para él este Ministerio es tan o más importante que el de Economía. Es el eje ideológico del Gobierno. No duden de que pueda hasta coger más competencias de otros ministerios como Sanidad o Trabajo o... Es la niña de sus ojos para Zapatero, la que más carga ideológica tiene. Seguirá seguro y cuanto más se pida su cese, más posibilidades de seguir y aumentar su peso en el Gobierno.
Estas son mis apuestas para salir del Gobierno, ¿Acertaré? Con Zapatero nunca se sabe...
María Teresa Fernández de la Vega: Vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno. Es el soporte del presidente, la que se parte la cara literalmente para defender las cuestiones más espinosas. Muchos dicen que está quemada, pero tiene predicamento entre la población (que valora su capacidad de trabajo). Seguirá.
Elena Salgado: Vicepresidenta segunda y Ministra de Economía. Ya su nombramiento fue cuanto menos curioso. En un momento de crisis se nombra, no a un técnico sino a una persona claramente ideologizada y con conocimientos escasos aunque muy fiel al presidente. Desde su nombramiento se ha convertido, junto a Corbacho, en la cara de la crisis y ha demostrado su clara incapacidad. No debería seguir en ningún caso.
Manuel Chaves: Vicepresidente tercero. Jugada maestra de Zapatero, un aunténtico killer de la política: no podía cargarse a Chaves (como ya lo había logrado con Bono e Ibarra) mientras dominara el patio andaluz. Aplicando la máxima de la patada hacia arriba, le nombra vicepresidente, se lo trae a Madrid y un año después lo deja en la estacada y sin posibilidad de volver a Andasulia. No seguirá y ZP se apuntará otra muesca en la pluma.
Miguel Ángel Moratinos: Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación. El peor canciller que ha tenido España nunca. El prestigio internacional de España ha sido arrastrado por los suelos por este sujeto que nunca debió presidir ni una comunidad de vecinos. Pero es fiel al que le nombró (más que al proyecto socialista) y puede ser que se mantenga en el cargo.
Francisco Caamaño: Ministro de Justicia. Tiene un perfil bajo, pero es un técnico y masón que le viene de perlas a Zapatero después del perfil rudo de Rodríguez Bermejo. Seguirá ya que hay proyectos como la Ley de Libertad Religiosa (¿sic?) que debe sacar adelante.
Carme Chacón: Ministra de Defensa. Fue uno de los golpes de efecto de Zapatero en 2008 (mujer y embarazada como ministra de Defensa). Es muy criticada en el ejército, pero es uno de los soportes y hooligans del presidente. La duda es si será la apuesta de Zapatero para dirigir el PSC tras el descalabro que se pegará Montilla. Con Carme en la dirección del PSC se garantiza Zapatero una cierta paz. Es una incógnita.
Alfredo Pérez Rubalcaba. Ministro del Interior. Sin duda uno de los fijos. Está bien valorado por la población (¿será que entre tanta mediocridad hasta un mentiroso conocido como Rubalcaba -si te descuidas te la clava- es de lo mejorcito?) y brega en todas las luchas dando una imagen de seriedad a un Gobierno de guasa. Seguirá salvo que el presidente se vuelva loco.
José Blanco. Ministro/a de Fomento. Ha sido siempre el fiel escudero de Zapatero desde sus años de León. Que seguirá en el Gobierno no lo duda nadie, pero puede que cambie de cartera o que se sitúe mucho más cerca del presidente. Es, desde luego, uno de los pesos pesados del gabinete ante la que está cayendo. Ha pasado de Pepiño a don José desde su llegada al Gobierno.
Ángel Gabilondo. Ministro de Educación. Partiendo del principio de que el ministerio (estando todo transferido a las CCAA) no tiene mucho sentido, Angel Gabilondo tiene el suficiente sectarismo para poder impulsar el cambio social que persigue el presidente. Además es un hombre capaz (sectario, pero capaz) y un guiño a esa izquierda ilustrada. Seguirá probablemente salvo que él decida otra cosa.
Celestino Corbacho. Ministro de Trabajo e Inmigración. Como Salgado es la viva imagen de un cadáver político. Ni sabe nada ni nadie espera nada de él. Ha fracasado en el diálogo social, tiene las cifras de paro más altas de la OCDE, por lo que saldrá del Gobierno hacia su Cataluña de adopción. No tendría sentido seguir quemando un ministro abrasado, aunque la dificultad será encontrar alguien de peso dispuesto a asumir los recortes sociales que se avecinan. Veremos...
Miguel Sebastián. Ministro de Industria, Turismo y Comercio. El caso de Sebastián es similar al de Blanco. Siempre sonó como ministro de Economía, pero en muchos aspectos es demasiado ortodoxo (léase que sabe algo de economía) para la izquierda radical. El cambio de política económica obligado por la intervención sobre nuestra economía puede catapultarle a esa cartera: al menos será capaz de creerse lo que dice. Seguirá con más fuerza.
Elena Espinosa. Ministra de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino de España. Con ese pomposo título se esconde el antiguo ministerio de Agricultura. La gran incógnita es si Zapatero se acuerda de que Elena Espinosa sigue en el Gabinete. Nadie conoce de ella ni una decisión, ni una ley (la de economía sostenible, otro pufo, la defendieron otros ministros). ¿Seguirá? Sinceramente, da lo mismo...
Ángeles González Sinde. Ministra de Cultura. Se pidió su dimisión desde el día de su nombramiento por incompatibilidad con sus actividades privadas (es curioso que la oposición no siga ese flanco: le da subvenciones a sus propias empresas o las del novio, Ray Loriga). Se ha caracterizado por ser una plaga para el avance de internet y de nuevas formas de negocio cultural. Su cometido era ser la cuota del sindicato de titiriteros que tanto apoyaron a Zapatero en las elecciones del 2008 (los de la zeja). Es probable que salga si Zapatero decide unir los ministerios de Cultura y Educación como le piden tantos.
Trinidad Jiménez: Ministra de Sanidad y Política Social. Otra hooligan del presidente. Lo mismo vale para un ministerio que para otro. Ahora tiene que lidiar con recortes en pensiones, dependencia y seguramente en sanidad. Es desde luego una fija para el presidente ya que tiene fama de trabajadora. Seguirá en el Gobierno
Beatriz Corredor: Ministra de Vivienda. Otro ministerio florero. No debería ni existir semejante despilfarro. Además se puede postular como candidata a la alcaldía de Madrid, a la CAM frente a Aguirre o incluso ser la próxima secretaria general del PSM tras el seguro batacazo de Tomás Gómez (y mira que Simancas era malo, pues este le supera). No creo que siga.
Cristina Garmendia: Ministra de Ciencia e Innovación. Otro florero del presidente. El ministerio no tiene ni competencias. Si existiera el sentido común desaparecería el Ministerio y su desaparecida titular. No seguirá.
Bibiana Aído: Ministra de Igualdad. Muchos apuestan por su salida, pero demuestran no conocer a Zapatero. Para él este Ministerio es tan o más importante que el de Economía. Es el eje ideológico del Gobierno. No duden de que pueda hasta coger más competencias de otros ministerios como Sanidad o Trabajo o... Es la niña de sus ojos para Zapatero, la que más carga ideológica tiene. Seguirá seguro y cuanto más se pida su cese, más posibilidades de seguir y aumentar su peso en el Gobierno.
Estas son mis apuestas para salir del Gobierno, ¿Acertaré? Con Zapatero nunca se sabe...
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