Esperanza debe resistir
Los sindicatos son necesarios en las relaciones laborales. Cualquier poder omnímodo es perjudicial por su propia naturaleza. Debe existir quien vigile y haga respetar las leyes, llegue a acuerdos satisfactorios para todos. En las empresas son necesarios los sindicatos porque de otro modo la coacción sobre los trabajadores podría ser insoportable. Además, deben vigilar por el cumplimiento de las normas de seguridad, el cobro a tiempo de los salarios, pactar en función de la marcha de la empresa las retribuciones, etc. Desde luego, es necesario que existan representantes de los trabajadores en las empresas que defiendan a los mismos.
Pero la labor sindical que es un derecho tiene sus límites. En una empresa privada esos límites vienen fijados por el sentido común de evitar causar un perjuicio mayor a la empresa (y por tanto a los que la forman, incluidos los trabajadores) que lo que se quiere conseguir. Paralizar la producción de la construcción de un barco cuando eso puede hacer que el número de despidos de una empresa en quiebra sea un 20% menor al generar el ingreso... es desde luego una locura. Por eso el mayor peso de unos sindicatos irresponsables está en las empresas públicas y en el funcionariado. Son empresas que no quiebran, que sus pérdidas van contra nuestros bolsillos, por lo que sale gratis. Los que trabajamos en empresas privadas no nos lo podemos permitir. No podemos poner en riesgo a la empresa no prestando nuestros servicios, aunque tengamos el sueldo congelado o incluso disminuido. Nuestro vecinos se están quedando sin empleo, nosotros aún lo mantenemos. Pero la casta de sindicalistas que viven de nuestro esfuerzo y las subvenciones de ZParo vive en su matrix particular. Hoy han cogido como rehenes a todos los madrileños, negándose a cumplir los servicios mínimos en el Metro de Madrid. Todos hemos llegado hoy tarde a nuestros trabajos. La ciudad era un caos. Ni ambulancias ni servicios de emergencia podían desplazarse por unas calles atestadas de vehículos.
¿Tienen derecho a tomarnos como rehenes de sus problemas laborales? Pues no. Estamos sin Metro, pero nos queda la dignidad. Las primeras noticias apuntan a que Esperanza Aguirre se mantendrá firme y comenzará por despedir a los que han incumplido los servicios mínimos. Suponemos que la respuesta de estos sindicatos será más madera y convocar más huelga. Pues Esperanza debe mantenerse firme y exigir al Gobierno de la nación que cumpla con su obligación y mandé si es preciso al ejército a conducir los trenes. Es la solución, porque si cede, mañana tendrá otra exigencia. España no se lo puede permitir. Cinco millones de desempleados exigen otros sindicatos que les defiendan. Sindicatos modernos, no de clase (¿existe la clase obrera en el siglo XXI?) que procuren mejorar las condiciones de trabajo en cada empresa, adaptándose a la realidad de la misma...
Esperanza puede ser nuestra Thatcher que acabe con unos sindicatos irresponsables. Esperemos que así sea... Con mi apoyo cuenta.
Pero la labor sindical que es un derecho tiene sus límites. En una empresa privada esos límites vienen fijados por el sentido común de evitar causar un perjuicio mayor a la empresa (y por tanto a los que la forman, incluidos los trabajadores) que lo que se quiere conseguir. Paralizar la producción de la construcción de un barco cuando eso puede hacer que el número de despidos de una empresa en quiebra sea un 20% menor al generar el ingreso... es desde luego una locura. Por eso el mayor peso de unos sindicatos irresponsables está en las empresas públicas y en el funcionariado. Son empresas que no quiebran, que sus pérdidas van contra nuestros bolsillos, por lo que sale gratis. Los que trabajamos en empresas privadas no nos lo podemos permitir. No podemos poner en riesgo a la empresa no prestando nuestros servicios, aunque tengamos el sueldo congelado o incluso disminuido. Nuestro vecinos se están quedando sin empleo, nosotros aún lo mantenemos. Pero la casta de sindicalistas que viven de nuestro esfuerzo y las subvenciones de ZParo vive en su matrix particular. Hoy han cogido como rehenes a todos los madrileños, negándose a cumplir los servicios mínimos en el Metro de Madrid. Todos hemos llegado hoy tarde a nuestros trabajos. La ciudad era un caos. Ni ambulancias ni servicios de emergencia podían desplazarse por unas calles atestadas de vehículos.
¿Tienen derecho a tomarnos como rehenes de sus problemas laborales? Pues no. Estamos sin Metro, pero nos queda la dignidad. Las primeras noticias apuntan a que Esperanza Aguirre se mantendrá firme y comenzará por despedir a los que han incumplido los servicios mínimos. Suponemos que la respuesta de estos sindicatos será más madera y convocar más huelga. Pues Esperanza debe mantenerse firme y exigir al Gobierno de la nación que cumpla con su obligación y mandé si es preciso al ejército a conducir los trenes. Es la solución, porque si cede, mañana tendrá otra exigencia. España no se lo puede permitir. Cinco millones de desempleados exigen otros sindicatos que les defiendan. Sindicatos modernos, no de clase (¿existe la clase obrera en el siglo XXI?) que procuren mejorar las condiciones de trabajo en cada empresa, adaptándose a la realidad de la misma...
Esperanza puede ser nuestra Thatcher que acabe con unos sindicatos irresponsables. Esperemos que así sea... Con mi apoyo cuenta.
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