¿Por qué el PSOE defiende el burka?
Es este uno de esos misterios que uno no puede entender. El partido socialista (la progresía en general) siempre se ha manifestado contra el machismo y ese concepto, llamemos tradicional, de la familia según el cual el hombre es la cabeza de la misma y existe un cierto patriarcado y la mujer en un segundo plano. Aunque uno no esté de acuerdo (porque hay una persona más en esa ecuación con la que nadie cuenta, el niño), la frase de las feministas radicales del nosotras parimos, nosotras decidimos tenía ese sentido: ningún hombre puede sojuzgar a la mujer que es persona autónoma y con libertad para decidir su futuro. Cuando algún fiscal o juez ha colocado negro sobre blanco (en una muestra de machismo arcaico) que una violación o maltrato venía provocado por el tipo de vestimenta de la víctima, provocando la lujuria en el varón, las feministas, con razón, han saltado al cuello del susodicho.
Pero llega el uso de las vestimentas denigrantes islamistas (burkas, nijab...) y, oh misterio, nuestras feministas se vuelven multiculturalistas. Como uno no puede creer que esa defensa de la sumisión de la mujer al varón sea de tipo 'convencimiento intelectual' (cosa por otra parte harto dudosa en el caso de Leire Pajín), sólo queda la posibilidad de que sea o por desconocimiento o por simple mala fe de algún tipo...
Desconocimiento porque es no entender el sentido que tienen esas prendas en el Islam: di a las mujeres creyentes que deben bajar su mirada y proteger su pudor, y que no deben mostrar su belleza y adornos, excepto lo que sea visible por si mismo, que deben colocar sus velos sobre su pecho y no mostrar su belleza, excepto a sus maridos (Sura 24, aleya 31). Por tanto, la mujer debe cubrirse y sólo mostrarse a sus maridos. Cierto que estos principios regían entonces en todas las religiones de entonces, y aún se mantiene en el protocolo vaticano, por ejemplo (aunque cada vez sea menos empleado el uso de la mantilla española en las recepciones papales). Pero en el Islam se mantiene, y así, el comentarista del Corán Abu Dawud (uno de los recolectores de las Suras de Mahoma) afirma: Aisha la esposa del profeta narra:: “ `Asma’, hija de Abu Bakr - vino a ver al Mensajero de Dios (s.a.s) llevando un vestido delgado, de modo que el Mensajero de Dios (s.a.s)- se giró y le dijo: ‘oh Asma’, una vez la mujer alcanza la edad de la menstruación, ninguna parte de su cuerpo debe ser vista a excepción de esto’, y señaló su cara y sus manos. Aunque es cierto que en algunas cartas de San Pablo se mantienen posturas muy semejantes (Corintios por ejemplo) afirmando que la mujer calle en la Asamblea, o que cubra su cabeza al orar o que se someta a su marido como la Iglesia a Cristo Jesús, la tradición y magisterio de la Iglesia ha ido interpretando las palabras de San Pablo poniéndolas en el contexto histórico en el que fueron pronunciadas. Esa es una de las principales diferencias: un exégeta bíblico debe siempre encuadrar la obra dentro del contexto histórico para entender las palabras del autor bíblico y su sentido, mientras que el Corán es directamente dictado por Dios y no inspirado, por lo que no puede interpretarse. Ahí hay una enorme diferencia que provoca que sigan en el siglo VIII.
¿Mala fe? Supongamos que algunas de las feministas radicales ha leído al menos un par de libros en su vida, algunos diputados socialistas incluso son catedráticos universitarios, otros hasta han escrito unas letras. Si conocen todo lo del párrafo anterior, ¿por qué apoyan el uso de estas prendas denigratorias para la mujer? Por sectarismo. Si hay algo que un progre odia es la civilización juedeocristiana de la que nace el liberalismo, y si hay algo que odia un islamista es Occidente y lo que significa (librepensamiento, libertad religiosa. democracia...). Y aquí siguen la máxima de 'los enemigos de mis enemigos son mis amigos'. Sólo desde un odio hacia lo que significa Occidente que esté por encima de las defensa de ideas concretas puede entenderse que un progre defienda al Islam o que un islamista sea progre... Pero es que en el caso del PSOE hay cosas aún más curiosas: está dispuesto a prohibir el uso de crucifijos en colegios y lugares públicos, limita los honores militares a símbolos religiosos (algunos con más de doscientos años de tradición en nuestra cultura), agrede a los católicos a la primera ocasión, pero defiende el uso de burkas, pañuelitos y tal que cubren a la mujer, la sumisión al hombre o la sharia (ley islámica). Sólo desde el sectarismo más atroz puede entenderse esto.
Pero no sólo el PSOE, sino ahí está Montse Nebrera, lo que demuestra que la estupidez no es patrimonio de la izquierda...
Pero llega el uso de las vestimentas denigrantes islamistas (burkas, nijab...) y, oh misterio, nuestras feministas se vuelven multiculturalistas. Como uno no puede creer que esa defensa de la sumisión de la mujer al varón sea de tipo 'convencimiento intelectual' (cosa por otra parte harto dudosa en el caso de Leire Pajín), sólo queda la posibilidad de que sea o por desconocimiento o por simple mala fe de algún tipo...
Desconocimiento porque es no entender el sentido que tienen esas prendas en el Islam: di a las mujeres creyentes que deben bajar su mirada y proteger su pudor, y que no deben mostrar su belleza y adornos, excepto lo que sea visible por si mismo, que deben colocar sus velos sobre su pecho y no mostrar su belleza, excepto a sus maridos (Sura 24, aleya 31). Por tanto, la mujer debe cubrirse y sólo mostrarse a sus maridos. Cierto que estos principios regían entonces en todas las religiones de entonces, y aún se mantiene en el protocolo vaticano, por ejemplo (aunque cada vez sea menos empleado el uso de la mantilla española en las recepciones papales). Pero en el Islam se mantiene, y así, el comentarista del Corán Abu Dawud (uno de los recolectores de las Suras de Mahoma) afirma: Aisha la esposa del profeta narra:: “ `Asma’, hija de Abu Bakr - vino a ver al Mensajero de Dios (s.a.s) llevando un vestido delgado, de modo que el Mensajero de Dios (s.a.s)- se giró y le dijo: ‘oh Asma’, una vez la mujer alcanza la edad de la menstruación, ninguna parte de su cuerpo debe ser vista a excepción de esto’, y señaló su cara y sus manos. Aunque es cierto que en algunas cartas de San Pablo se mantienen posturas muy semejantes (Corintios por ejemplo) afirmando que la mujer calle en la Asamblea, o que cubra su cabeza al orar o que se someta a su marido como la Iglesia a Cristo Jesús, la tradición y magisterio de la Iglesia ha ido interpretando las palabras de San Pablo poniéndolas en el contexto histórico en el que fueron pronunciadas. Esa es una de las principales diferencias: un exégeta bíblico debe siempre encuadrar la obra dentro del contexto histórico para entender las palabras del autor bíblico y su sentido, mientras que el Corán es directamente dictado por Dios y no inspirado, por lo que no puede interpretarse. Ahí hay una enorme diferencia que provoca que sigan en el siglo VIII.
¿Mala fe? Supongamos que algunas de las feministas radicales ha leído al menos un par de libros en su vida, algunos diputados socialistas incluso son catedráticos universitarios, otros hasta han escrito unas letras. Si conocen todo lo del párrafo anterior, ¿por qué apoyan el uso de estas prendas denigratorias para la mujer? Por sectarismo. Si hay algo que un progre odia es la civilización juedeocristiana de la que nace el liberalismo, y si hay algo que odia un islamista es Occidente y lo que significa (librepensamiento, libertad religiosa. democracia...). Y aquí siguen la máxima de 'los enemigos de mis enemigos son mis amigos'. Sólo desde un odio hacia lo que significa Occidente que esté por encima de las defensa de ideas concretas puede entenderse que un progre defienda al Islam o que un islamista sea progre... Pero es que en el caso del PSOE hay cosas aún más curiosas: está dispuesto a prohibir el uso de crucifijos en colegios y lugares públicos, limita los honores militares a símbolos religiosos (algunos con más de doscientos años de tradición en nuestra cultura), agrede a los católicos a la primera ocasión, pero defiende el uso de burkas, pañuelitos y tal que cubren a la mujer, la sumisión al hombre o la sharia (ley islámica). Sólo desde el sectarismo más atroz puede entenderse esto.
Pero no sólo el PSOE, sino ahí está Montse Nebrera, lo que demuestra que la estupidez no es patrimonio de la izquierda...
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