Garzón al banquillo por prevaricador y no por justiciero
Baltasar Garzón Real es, todavía, magistrado-juez instructor de la Audiencia Nacional. Este juez tiene actualmente tres procesos abiertos por presunta prevaricación (DRAE: Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario): solicitó dinero, y lo cobró, por escrito a un banquero para financiar un negocio privado de conferencias en Nueva York, y luego ese banquero pasó por su juzgado y sobreseyó la causa; decidió declararse competente para juzgar al anterior Jefe del Estado pese a las leyes de amnistía y al hecho de que está muerto desde hace más de treinta años y por autorizar las escuchas entre abogado y cliente en el caso Gürtel. Según la ley del poder judicial, cuando un magistrado está imputado por un delito en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, debe ser apartado (al menos temporalmente) de la carrera hasta que se aclare la situación.
Pues bien, después de que el Tribunal Supremo haya decidido imputar en firme a Baltasar Garzón por declararse competente para investigar a Francisco Franco y los posibles crímenes que se cometieron durante su mandato, muchos diarios que apoyan al magistrado han titulado cosas como Garzón se sentará en el banquillo por investigar los crímenes del franquismo. Y es falso. No se juzga a Baltasar Garzón por esto, sino por declararse competente en un caso donde no podía serlo. ¿Y porqué no podía serlo? Pues porque existe una ley de amnistía del año 1977 que impide ese juicio. Además, el propio juez había aplicado, correctamente, dicha ley cuando un grupo de ciudadanos presentó una querella contra Santiago Carrillo Solares, responsable político de las matanzas de Paracuellos durante la Guerra Civil española. Garzón, entonces, afirmó que la estimación de la querella no tenía sentido ya que la ley de amnistía de 1977 había dejado los posibles delitos como no juzgables.
Baltasar Garzón no es un justiciero, sino que se excede de sus competencias. Un juez está sometido a la ley y únicamente a la ley. Puede no gustarle la ley, pero del mismo modo que un juez no puede negarse a tramitar una adopción de una pareja de homosexuales o no puede juzgar a un médico por practicar un aborto legal, no puede juzgar los delitos de la Guerra Civil o del franquismo, ni en el caso de los comunistas vivos ni en el caso de los franquistas muertos. Y si eso lo hiciese un juez, sería un prevaricador, y si lo hace Garzón, y se prueba, pues sería un prevaricador. Por tanto, miente la izquierda cuando afirma que se juzga a Garzón por parte de los fachas y por querer juzgar los genocidios del franquismo: no, a Garzón se le juzga por dictar una resolución injusta a sabiendas de que es injusta, o sea, por prevaricar.
Pues bien, después de que el Tribunal Supremo haya decidido imputar en firme a Baltasar Garzón por declararse competente para investigar a Francisco Franco y los posibles crímenes que se cometieron durante su mandato, muchos diarios que apoyan al magistrado han titulado cosas como Garzón se sentará en el banquillo por investigar los crímenes del franquismo. Y es falso. No se juzga a Baltasar Garzón por esto, sino por declararse competente en un caso donde no podía serlo. ¿Y porqué no podía serlo? Pues porque existe una ley de amnistía del año 1977 que impide ese juicio. Además, el propio juez había aplicado, correctamente, dicha ley cuando un grupo de ciudadanos presentó una querella contra Santiago Carrillo Solares, responsable político de las matanzas de Paracuellos durante la Guerra Civil española. Garzón, entonces, afirmó que la estimación de la querella no tenía sentido ya que la ley de amnistía de 1977 había dejado los posibles delitos como no juzgables.
Baltasar Garzón no es un justiciero, sino que se excede de sus competencias. Un juez está sometido a la ley y únicamente a la ley. Puede no gustarle la ley, pero del mismo modo que un juez no puede negarse a tramitar una adopción de una pareja de homosexuales o no puede juzgar a un médico por practicar un aborto legal, no puede juzgar los delitos de la Guerra Civil o del franquismo, ni en el caso de los comunistas vivos ni en el caso de los franquistas muertos. Y si eso lo hiciese un juez, sería un prevaricador, y si lo hace Garzón, y se prueba, pues sería un prevaricador. Por tanto, miente la izquierda cuando afirma que se juzga a Garzón por parte de los fachas y por querer juzgar los genocidios del franquismo: no, a Garzón se le juzga por dictar una resolución injusta a sabiendas de que es injusta, o sea, por prevaricar.
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