Así no, Esperanza, así no
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Aclaremos, otra vez, este punto: la escuela tiene un valor subsidiario en el proceso educativo. El detentador del derecho a la educación son los padres y son estos los que ceden ciertas competencias a la escuela y profesores porque ellos no pueden realizarlas (en mi caso enseñar integrales a mis hijos es como un poco imposible, lo reconozco). La escuela pública debe instruir a los niños (el actual Ministerio de Educación se llamó en el XIX y comienzo del XX Ministerio de Instrucción Pública) en las diversas ciencias, pero no debe transmitirles valores fuera de lo que sería el ordenamiento jurídico básico. No es su competencia. Los valores, las creencias, la educación afectiva son responsabilidad de los padres, no de la escuela u otras asociaciones.
Porque, imaginemos que en lugar de alguna asociación de estas pro-ideología de género, quien enseñase educación afectivo-sexual fuese un grupo evangélico a favor de la castidad antes del matrimonio. Grandes algaradas en la puerta de los colegios, intolerable intromisión en la escuela democrática de grupos ultraconservadores religiosos... Ahora bien, si lo que le enseñan a mis hijos es a masturbarse o a montárselo con el/la/le compañero/a/e de pupitre, eso está muy bien y es muy moderno. Nuestra derecha tiene el problema de que no es capaz de quitarse los complejos. Todos esos grupos entraron en la escuela durante la transición, muchos de ellos de la mano de curas progres y obreros que en lugar de celebrar misa y confesar se dedicaban a otros menesteres, y nuestra derecha maricomplejines no se atreve a mandar a su casa. Yo estoy de acuerdo en que la religión sea optativa, que sólo aquellos que quieran la acepten. Yo elegiré para mis hijos la religión católica porque creo que es lo mejor para ellos, y si otros quieren esto de la mastrubación grupal para sus hijos, estarán en su derecho, pero con mis hijos no.
Esperanza, así no vamos bien. No se puede ser liberal sólo en lo económico, hay que serlo en todo, y la libertad de educación es fundamental. Esperemos que el Gobierno de Aguirre rectifique, porque si no nos tendrá enfrente en este asunto. Es mucho lo que nos jugamos, la felicidad de nuestros hijos.
Comentarios
Están en cuarto de carrera y cometen faltas de ortografía a diestro y siniestro, no saben dónde situar Mozambique, y para de contar si se les pregunta por quien era Felipe II, por poner un ejemplo.
Estoy totalmente de acuerdo con usted en que las instituciones educativas han de ceñirse a enseñar contenidos (usando su ejemplo, yo no voy a ser quien enseñe a mis hijos a hablar francés), y no valores, educación afectiva, etc. Esa labor es mía y de mi pareja. Somos los padres quienes debemos inculcar nuestras creencias y valores, y no el Estado que ahora es pro - marxista y luego pro - conservador, etc.
Basta ya. Estamos cansados de este sucio juego que trata de adoctrinar para el voto, de crear nuevas mentes y hacer ingeniería social.
En Andalucía el problema es aún mayor que en Madrid. Los alumnos de primaria, por lo general, no saben qué existe más arriba de Despañaperros. Andalucía es una nación, se vitorea su himno y nos tenemos que tragar una "semana cultural" llega de mentiras, justo antes de celebrar el acto final: la fiesta nacional de Andalucía. Los niños vienen pintados de verde y blanco y traen todo tipo de consignas nacionales ( regionales). Me niego.
Gracias por la entrada y un saludo.