Precisiones a comentarios

Si hay dos temas que parecen causar furor en esta bitácora son el cambio climático y los casos de pederastia por parte de algunos sacerdotes en el seno de la Iglesia Católica. Haremos sobre los dos algunas precisiones:

El cambio climático

Un comentarista pregunta si el mundo se va a acabar con el cambio climático. Le respondo: es posible, un cambio climático terminó con la vida de los dinosaurios, muchas especies perecieron en las glaciaciones... no tenemos porque ser una excepción. Ahora bien, en el cambio climático (supuesto calentamiento global) hay dos aspectos: primero si existe y segundo si el hombre puede hacer algo para evitar que ocurra. Con respecto a lo primero, los datos son más o menos contradictorios y no existe, pese a la propagando oficial, un pronunciamiento unánime de los científicos. Sólo llevamos unos cincuenta años midiendo las temperaturas y registrando datos suficientes como para comparar. Los datos que se tienen anteriores son por referencia indirecta (literatura, diarios, etc.). En cualquier caso, las referencias al denominado óptimo climático estarían aún lejos, y en ese caso, aún estaríamos helados. En ese periodo Groenlandia sería verde y no helada como hasta ahora...

Eso en cuanto a los datos, pero ¿puede el hombre cambiar el clima con su único esfuerzo? Pues no. Si al planeta le da por helarse, vayamos cogiendo un jersey de lana y si quiere calentarse, fabriquemos abanicos... Los propios calentólogos aceptan que de seguir todas sus indicaciones, sólo seríamos capaz de reducir la temperatura en 0.01ºC. En ese caso, aún aceptando que debamos hacerlo, la proporción entre medios y fines debe ser clara: no se puede condenar a la pobreza a grandes capas de la población, destruir el desarrollo que hemos alcanzado sólo para reducir esa ínfima cantidad de grado. Hay otras ciencias que entran en juego, como es la Economía. Pero es que además, entre los progres que nos propugnan el volver a la caverna, no hay ni coherencia: si queremos cambiar los combustibles fósiles más contaminantes, al menos hagámoslo por alguna alternativa barata, segura y limpia. Y esa es la energía nuclear, pero tampoco... entonces, ¿cuál es la alternativa que nos proponen? Pues energías mucho más caras, que lastrarán el desarrollo y por tanto, provocaran pobreza y crisis: energía solar, eólica...

Resumiendo: debemos cuidar el planeta, pero no a cualquier precio. La naturaleza está al servicio del hombre, no el hombre al servicio de la pachamama. Porque al final estamos pagando el planeta a un precio muy alto: nuestra libertad.

Los abusos de los sacerdotes

Los abusos cometidos por algunos sacerdotes, abusando de su autoridad y de la confianza que los fieles le otorgaron, sobre niños y adolescentes son pecados deleznables, crímenes nefandos (como bien ha indicado Benedicto XVI). Esa es la primera premisa de la que tenemos que partir. Luego hay comentaristas que nos muestran una historia de la Iglesia en la que hay Papas corruptos, abusadores, mujeriegos y sodomitas (hoy serían gays). ¡Y es cierto! Pero junto a esos indignos ministros de Dios están Gregorio, Agustín, Juan Pablo y Juan, Teresa de Ahumada y Juan de la Cruz, Pablo y Pedro, Juan María Vianney y el Padre Poveda, y tantos otros miles de sacerdotes y misioneros que dan su vida por amor a Dios y a sus hermanos los hombres. Pero es que además, la reacción de la Iglesia ante estos abusos ha sido, al menos hoy, ejemplar: el Papa se ha apresurado a pedir perdón, a instar a los superiores de esos países a llevar a los tribunales las pruebas y testimonios que tengan. La praxis aplicada ha sido la de la tolerancia cero con estos pecados y crímenes. No podía ser de otra manera. La justicia de Dios no exime de cumplir la justicia de los hombres.

Muchos se apresuran hoy a hacer de unos pocos (poquísimos en términos relativos y absolutos) casos una especie de generalidad. He ahí una tremenda falsedad:

de 1950 al 2002, 4.392 sacerdotes americanos (sobre un total de 109.000) fueron acusados de haber tenido relaciones sexuales con menores. De estos, poco más de un centenar fueron condenados por tribunales civiles. Este bajo número se explica porque las verdaderas o presuntas víctimas denunciaron a sacerdotes ya fallecidos o porque los delitos habían prescrito. En otros casos, la condena en la vía canónica no se correspondía con ninguna violación de la legislación civil, como, por ejemplo, en el caso de aquellos estados americanos donde la relación con una o un menor de más de 16 años que consiente no es un delito.” Pero también ha habido casos clamorosos de sacerdotes inocentes acusados. “Estos casos se han multiplicado en los años 1990, cuando algunos estudios de abogados han visto que podían obtener indemnizaciones millonarias también sobre la base de simples sospechas.”

“¿El estudio del John Jay College dice, como se lee a menudo, que el 4% de los sacerdotes americanos son “pedófilos”?, se pregunta Introvigne. “En absoluto. Según la investigación, el 78,2% de las acusaciones se referían a menores de edad que habían alcanzado la pubertad. Por lo tanto, los sacerdotes acusados de efectiva paidofilia en los EE.UU. son 958 en 42 años, es decir, 18 anuales. Y las condenas han afectado a 54.”
(Aceprensa, 'Un caso de pánico moral')
Pero un solo caso bastaría ya para emitir una condena sobre ese pecado abominable, pero no para generalizar sobre toda la Iglesia. De hecho, la mayor parte de los casos de pederastia denunciados en estos países vienen por parte de maestros (antes de estos incluso padres y, sobre todo, padrastros), pero no podemos concluir que todos los maestros son unos pederastas. Seamos justos.

Es bueno leer la carta que Benedicto XVI envió a los católicos de Irlanda, en la que el Papa explica las posibles causas de estos casos de pedofilia:
Ciertamente, entre los factores que han contribuido a ella, podemos enumerar: los procedimientos inadecuados para determinar la idoneidad de los candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa, la insuficiente formación humana, moral, intelectual y espiritual en los seminarios y noviciados, la tendencia de la sociedad a favorecer al clero y otras figuras de autoridad y una preocupación fuera de lugar por el buen nombre de la Iglesia y por evitar escándalos cuyo resultado fue la falta de aplicación de las penas canónicas en vigor y de la salvaguarda de la dignidad de cada persona. Es necesaria una acción urgente para contrarrestar estos factores, que han tenido consecuencias tan trágicas para la vida de las víctimas y sus familias y han oscurecido tanto la luz del Evangelio, como no lo habían hecho siglos de persecución.
En el fondo, una falta de rigor en la disciplina eclesiástica que llevó a que casi cualquiera pudiera optar al sacerdocio, los seminarios no eran disciplinados, sino lo más parecido a un colegio mayor... El Papa y la Iglesia no se han quedado quietos. Se impone una renovación, es cierto, pero algunos que nunca han condenado los crímenes de las ideologías más sanguinarias de la historia de la humanidad dan hoy lecciones a la Iglesia Católica que, sin necesidad, pide perdón por los pecados que pudieran cometer en el pasado algunos de sus fieles. Condena de los pecados y crímenes cometido, sí, pero generalizar sobre la Iglesia o bien afirmar que es intrínseca a ella es, simplemente, falso.

En fin, espero haber aclarado algo estos temas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me hago eco del primer comentario: el cambio climático puede que esté sucediendo, no tenemos datos para afirmarlo o negarlo, pero desde luego el hombre no tiene nada que ver en esto: El sol, los volcanes, ... incluso las vacas, pueden tener más que ver que el hombre. La progresía tiene tan poca base teórica detrás que se agarra a cualquier cosa para seguir adelante. Además de que hay gente literalmente se está "forrando" a costa de los "crédulos".
Felicidades por el blog y saludos.
http://mairenadelalcorporelcambio.blogspot.com/

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