Bárcenas dimite, al fin
La presión ha podido con él y tras la publicación del sumario del caso Gürtel, Luis Bárcenas ha presentado su dimisión definitiva como Tesorero del PP y ha solicitado su baja temporal como militante del partido. Se mantendrá como senador. Lo primero que podemos decir es que ¡ya era hora! pero llega tarde. Sobre todo porque la derecha española tiene el don de la inoportunidad. Ayer mismo María Dolores de Cospedal decía que se tomarían medidas cuando hubiera un cambio. Y La Razón nos dice hoy (y hay que recordar que Maluenda fue jefe de gabinete de Rajoy y está bien informado) que Rajoy le pidió ayer a Bárcenas que reflexionara... y al día siguiente dimite.
Ahora, lo hace tarde y parece que motivado por la presión mediática. Victoria de la prensa. Ya lo dijimos, aquí quien ha actuado mejor ha sido Esperanza Aguirre: en cuanto salieron los primeros nombres los destituyó a todos. Nadie puede decirle que ha amparado a un posible corrupto. Ahora Rajoy intenta poner el dique en Bárcenas... cuando aparece Ana Mato y Gallardón. Y es que el problema es no tomar decisiones cuando se debe. Si Rajoy hubiera exigido a Bárcenas y a Mato que mientras esto dure dejen sus responsabilidades, y soliciten su baja temporal de militancia, se ahorraría problemas y se hubiera ahorrado problemas. Porque mientras Bárcenas dimite, vemos que Mato (vicesecretaria del PP nacional) tenía, aún cuando estaba separada de él, una cuenta con el que fue su marido Jesús Sepúlveda (ojo, este sigue de empleado en el PP, fue alcalde de Boadilla) y en la que la trama ingresaba, presuntamente, dinero regularmente. Del mismo modo, la trama Gürtel pagó la comunión de sus hijos... y ella no se enteraba de nada. No parece creíble, pero desde luego no puede seguir ocupando responsabilidades en el PP al menos hasta que se aclare la situación... porque lo mismo mañana tiene que ir a declarar (cual Maite Zaldivar) sobre qué sabía de los negocios de su ex-marido.
En resumen, el PP comete los errores típicos de la derecha... tarde, mal o nunca. Aznar fue implacable con Cañellas en un caso que se recuerda ahora para ponerlo en contraposición a la actuación de Rajoy. Pero yo me acuerdo más del caso de Naseiro (que luego fue absuelto porque las escuchas fueron ilegales, ¿a qué suena?) y cómo Aznar liquidó el aparato montado por Fraga y sucesores. ¿Por qué Mariano no es contundente? Es que la misma nota pone cosas que son innecesarias: estamos convencidos, como lo hemos estado desde el principio, de que demostrará su inocencia frente a las falsas imputaciones de las que ha venido siendo objeto. ¿Y si sale culpable? O peor ¿y si se anula el proceso porque las escuchas fueron ilegales? Ahí quedara la duda (o la certeza moral de muchos). ¿Qué necesidad tiene el PP de meterse en ese jardín?
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