La deuda improductiva: el camino hacia el infierno

Muchas explicaciones se están dando en lo referente a las causas de la crisis, los diversos medios que están empleando los estados para salir de ella (bueno, básicamente uno que es endeudarnos por las próximas tres generaciones). Pero he leído estos días una que me ha llamado la atención y que parece creíble: la del profesor Antal Fekete de la escuela de Economía de San Francisco. Defiende este profesor que la crisis tiene su origen en la caída de la productividad marginal de la deuda y que lo que se hace (más deuda), no hará sino acrecentar el problema.

¿Qué es la productividad marginal de la deuda? Es lo que aumenta el PIB en relación a la deuda. Así, lo ideal es que ese valor sea superior a 1 y por cada euro o dólar en que el Estado incurre en deuda (o un particular, da igual para poder aplicarlo a la economía total) la producción aumente en más de forma que ese endeudamiento sea productivo. Pues bien, desde 1971 estte indicador no ha hecho sino caer, y en 2006 fue ya negativo, de modo que por cada unidad monetaria en la que nos endeudamos, no sólo no producimos más, sino que reducimos la producción. Esto llevaría al hecho de que la receta aplicada de seguir aumentando la deuda con planes de rescate sólo hará que entremos de cabeza en la deflación.

La reducción de los tipos de interés (aunque nos pueda beneficiar a corto plazo a los que tenemos deudas hipotecarias) a niveles cercanos al 0% no hace sino provocar que la única inversión rentable sea la especulación con bonos del estado que se pagan a más de lo que lo hacen los depósitos comunes. De esta manera no se produce, pese a la creación indiscriminada de dinero, una recuperación, ya que no existe inversión productiva, sino simplemente especulativa. El Estado debe cada vez más dinero, pero es un dinero que no fluye hacia las empresas sino hacia la especulación (antes inmobiliaria y ahora en bonos). Yo compro bonos y los vendo obteniendo en el mercado una plusvalía que no genera ni puestos de trabajo ni productividad, ya que se limita a comprar obligaciones de un Estado que está dispuesto a seguir generando más y más para financiarse y a pagarla lo suficientemente bien como para darle salida. No se producen bienes y servicios, sino simplemente 'papelitos' que aumentan de valor (o decrecen en el caso de que se descubra la estafa de que ese Estado no podrá pagar). La crisis puede ser así casi eterna, hasta que se ponga fin a ese círculo vicioso.

Para lo único que está sirviendo el gasto público desenfrenado es,, en palabras del primer ministro checo Topolanek, ´para llevarnos camino del infierno´. Feneke lo indica: En vista del hecho de que la productividad marginal de la deuda es ahora negativa, podemos ver que las medidas de rescate de la administración Obama, que están financiadas mediante la creación de niveles de nueva deuda sin precedentes, son contraproducentes. Éstas son la causa directa de la creciente contracción económica, incluyendo el aumento del desempleo. 

Es lo que hemos defendido desde el comienzo de la crisis. Las empresas ineficientes deben quebrar, dejando paso a otras nuevas más productivas, el rescate de bancos ineficientes, mal gestionados o directamente delincuentes sólo puede hacer que aumente el desempleo y que devore a las empresas realmente productivas. El Estado, en una situación de crisis como esta, debe quedar como estado asistencial, preparado para pagar los gastos sociales que, como consecuencia del aumento del desempleo, crecerán y no acrecentar los gastos con planes de salvamento, inyecciones a sectores moribundos y aumentos del gasto corriente no productivo.

El artículo de Feneke completo aquí.

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