Todo es imagen: ¿y las ideas?

Un comentarista me reclama un análisis serio de la situación que vive España (y en general Europa). Eso sería demasiado largo, aunque sí puede uno destacar un punto que se repite hasta la saciedad: la falta de ideas en muchos políticos y el dominio cada vez mayor de la ‘imagen’ por encima del concepto. Eso es lo que indican cosas como la obsesión de cierta derecha por el ‘perfil bajo’ y la teoría del ‘agua fina’ que defienden Arriola y otros consejeros áureos. Eso es lo que indican manuales de estilo para el candidato como el que acaba de sacar a la luz el PSOE. Eso es lo que parece cuando las propuestas se hacen más en los medios (‘¿Tengo una pregunta para usted?’) que en el Parlamento. Nuestras vallas publicitarias, nuestro correo se llenará estos días de publicidad electoral. En todas ellas aparecerán candidatos y candidatas, muy guapos ellas y ellos, pero poco veremos de propuestas, poco de discusión en los medios. Y cuando van pactan el color de la luz, el tono de la pared, la altura del atril, y hasta el tiempo de cada tema. Y lo que es peor, ¡las preguntas!

Es un problema no sólo español, aunque aquí lo vemos más cercano. Recordemos simplemente el Referéndum para la Constitución Europea. No hubo ni una discusión, las más grandes mentes que nos animaban a votar ‘Sí’ eran Los del Río y las razones eran ‘si lo dicen los que saben de esto, pues habrá que hacerles caso’. Pura ‘democracia deliberativa’. La derecha no se libró en ese momento: les escuchabas hablar y después de cada argumento te preguntabas: ‘Si piensan así, si esto es un bodrio, ¿por qué no piden el voto por el ‘No’?’. ¡Por imagen! Eso es todo. Si votamos que ‘No’ vamos a parecer antieuropeístas.

Un señor como Rodríguez Zapatero no tenía ni media idea en la cabeza (cierto extremismo, un ‘buenismo’ patológico y los tics típicos de la izquierda –antisemitismo, antiamericanismo, laicismo militante…- ) pero que transmitió simplemente la idea de que él tenía ‘talante’ frente al ‘antipático’ Aznar. Y ganó unas elecciones (cierto es que hubo un 11-M, pero si se hubiese analizado su discurso, pese al atentado, jamás hubiese debido ganar).

Tras la caída del Muro de Berlín y en hundimiento de la ideología marxista, parece como si el pensamiento liberal se hubiese limitado a ‘sestear’, a ‘dormir el balón’ ya que el partido está ganado. Y una izquierda huérfana de ideas ha ido cogiendo retales de aquí y de allí (indigenismo, antiglobalización, laicismo, antiamericanismo…) y con el dominio absoluto de los mass media ha copado el supuesto debate de las ideas. Debate que no existe, debate que se le roba a los ciudadanos. Cierto es que existe un cierto renacer de un pensamiento liberal ante esa presunta ‘superioridad moral de la izquierda’. Una izquierda que se hace heredera de los valores de la ideología más asesina de la historia de la humanidad.

Y esa falta de ideas de la izquierda no es debidamente combatida desde la derecha liberal: existe un complejo a que sean llamados ‘fachas’. Yo mismo sufro esos ataques en este blog. Nada hay más absurdo: el fascismo es colectivista (como el comunismo), el fascismo defiende un Estado fuerte (como el comunismo socialista), el fascismo defiende la desaparición de sectores enteros de la población (como el socialismo defiende la desaparición –siquiera pública- de aquellos que no piensan como ellos). Pero en lugar de combatir desde las ideas, los ‘gallardones’ y ‘arriolas’ prefieren la imagen. Como la izquierda. No sé si la derecha tiene o no esa ‘superioridad moral’ (creo que sí), pero desde luego, tiene una mayor superioridad intelectual.

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