El concepto que tiene la izquierda de la independencia
Ya dijimos el otro día que la dimisión de Conthe tenía elementos extraños. Y, por desgracia, no nos equivocábamos. Digo 'por desgracia' porque la imagen exterior de nuestro país ha quedado por los suelos. En ningún país civilizado (dejo al lado a repúblicas bananeras al estilo Venezuela, Bolivia, etc. que son las que le 'molan' al inquilino de La Moncloa) el Gobierno interviene para regular las condiciones en las que una empresa pretende comprar a otra. En ningún país un asesor del presidente presiona al organismo regulador del mercado de valores y no pasa nada. Imaginemos que esto pasa en los EEUU: un asesor del presidente presiona al presidente de la Bolsa de Nueva York para que beneficie a una empresa privada en detrimiento de otra que tiene presentada una oferta formal. No sólo eso sino que se le transmite a esa empresa información privilegiada que conoce el asesor en función de su cargo. En EEUU el asesor no puede presidir ni el APA del colegio.
En España, todo es diferente, aquí el tal asesor se presenta como candidato a Alcalde de la capital. Pero es que hay más: ante esas presiones el presidente del organismo regulador del mercado de valores decide dimitir y solicita comparecer ante los representantes de los ciudadanos para explicar las razones de su dimisión: ¡y el partido del Gobierno se niega! Finalmente, como debe acudir a explicar otra cosa, pues va y se explica. Y tras su dimisión, el Gobierno, ya sin tapujos, decide nombrar (¿por qué lo nombre el Gobierno y no se exige la mayoría cualificada de 2/3?) al segundo que tiene un pasado de lo más tortuoso: colaborador del 'asesor presidencial' culpable de las presiones y después de ser elegido número 2 del organismo regulador seguía asesorando a empresas que cotizaban en la Bolsa... eso se llama ser 'arte y parte'. Y además, como estrambote, es ¡marido de una ministra!
¿Es o no es España un país de chirigota?
En España, todo es diferente, aquí el tal asesor se presenta como candidato a Alcalde de la capital. Pero es que hay más: ante esas presiones el presidente del organismo regulador del mercado de valores decide dimitir y solicita comparecer ante los representantes de los ciudadanos para explicar las razones de su dimisión: ¡y el partido del Gobierno se niega! Finalmente, como debe acudir a explicar otra cosa, pues va y se explica. Y tras su dimisión, el Gobierno, ya sin tapujos, decide nombrar (¿por qué lo nombre el Gobierno y no se exige la mayoría cualificada de 2/3?) al segundo que tiene un pasado de lo más tortuoso: colaborador del 'asesor presidencial' culpable de las presiones y después de ser elegido número 2 del organismo regulador seguía asesorando a empresas que cotizaban en la Bolsa... eso se llama ser 'arte y parte'. Y además, como estrambote, es ¡marido de una ministra!
¿Es o no es España un país de chirigota?
Comentarios
Un saludo cordial AntiZP