'Si no hay bombas es porque ha cedido'
Este ha sido el corolario de lo que nos espera por virtud de la política antiterrorista que el presidente de gobierno lleva a cabo. Si ETA deja las armas (de verdad), la situación cambia, pero cuando uno negocia con una banda de asesinos que además ya han dicho que si no hay avances volverán a atentar como lo hicieron en Barajas y aunuciaron en su comunicado (en la nueva teoría maoísta-marxista del 'alto el fuego permanente a ratos entre bomba y bomba'), esta es la tesitura: si hay bombas es que no avanza el 'proceso' y si no hay bombas, pongámonos en lo peor ya que debe ser que la partida de bandidos vascongados están contentos con el 'proceso'. No hay alternativa: o es una cosa o es otra. Y el marido de Sonsoles lo sabe y por eso acusó el golpe y exigió a Rajoy una rectificación que no se produjo, porque lo que dijo es cierto.
Lo único que se esperaba ayer del presidente era que clarificara su política en materia terrorista, pero una vez más, nos vamos a dormir sin saberlo: no va a romper con ETA, pero tampoco sabemos de qué va a hablar con ellos. Era sencillo: bastaba con renunciar a dialogar con los terroristas, bastaba con afirmar que no hay más camino que la ley y la policía, pero Zapatero no lo dijo. Su proceso se lo impide.
Al menos sabemos que tenemos una alternativa. Frases como estas, duras, pero claras, hacen que uno se reconcilie con la política: 'No nos preocupa la soledad, nos preocuparía mucho más flaquear en nuestras convicciones', o 'Si es para cumplir con su deber y perseguir a ETA, siempre podrá contar con el apoyo del Partido Popular. Otros le faltarán. No lo sé. El Partido Popular, no. Yo estaré a su lado' o en el mismo sentido: 'Cuando las cosas se pongan feas, cuando se apaguen las luces de la fiesta y haya que apretar los dientes, el único que estará a su lado seré yo'. Un político sólo tiene dos cosas con las que presentarse ante los ciudadanos: los principios y la credibilidad de su palabra. En el caso de Rodríguez Zapatero, por desgracia ya que es el presidente de mi país, no queda ni uno ni lo otro. Como le dijo ayer Rajoy: '¿Qué vale su palabra después de todo esto, señoría? ¿Qué fiabilidad puede tener cualquier propuesta relacionada con el terrorismo que venga de usted? ¿Qué vale su capacidad de análisis, su conocimiento de la situación? ¿Dónde está la prudencia que debe guiar las decisiones de cualquier dirigente? No quiero dramatizar, pero tampoco voy a pasar las cosas por alto.'
Esta es la realidad y sólo unas elecciones generales pueden clarificarlo. Sólo la apelación a la decisión de la soberanía popular puede deshacer este entuerto. Desde un punto de vista político, la legislatura terminó ayer, ahora quedan los 'minutos de la basura'.
Comentarios
"Si usted no cumple le pondrán bombas y si no hay bombas es porque ha cedido"
No son las únicas causas por las que NO pondrán bombas, pero este Rajoy es un demagogo.
Si las fuerza de seguridad, la justicia y los democratas seguimos trabajando como hasta ahora, lograremos convencer a la izquierda abertzale.
Si seguimos por la via que propone Rajoy, en vez de convecerlos recibiremos muchas mas bombas.
Respeten la opinión de todo un país y salgan del microcosmos sectario en el que viven, que no ven más allá de sus babas infantiles y sus pataletas.