Alcorcón es sólo el principio de una política de inmigración nefasta

Ayer lo comentaba César Vidal y no podemos estar más de acuerdo. Uno viene a un país de acogida, y si sus hijos menores delinquen, ellos y sus progenitores deben ser expulsados del país. No pueden tratar de esa forma a los ciudadanos que les abren las puertas de su casa. No es racismo, es simple sentido común. Entiendo que vienen a España en busca de la prosperidad que allí no encuentran, pero no podemos consentir que sus hijos hagan de las calles de nuestras ciudades un lugar inseguro y sin ley. Esto ha pasado en Francia, donde la República no tenía acceso a ciertos barrios (los banlieus) y el presidenciable Sarkozy comenzó a ponerle coto. Dice el refranero español que cuando las barbas de tu vecino veas pelar...
Los progres tacharán este discurso de 'fascista', de 'xenófobo', pero nada más alejado de la realidad. Las primeras víctimas de las bandas son los propios latinoamericanos que no quieren entrar en ellas y son coaccionados o apaleados por sus 'hermanos' (casos conozco). Nada hace más daño a los inmigrantes honrados que toda esta basura que necesita sentirse arropada por el rebaño para ser alguien. Del mismo modo que en el caso de los musulmanes decimos que deben ser ellos mismos los que expulsen a los radicales, deben ser los propios latinoamericanos los que expelan lejos de sí a estos indignos hermanos de lengua.
Y no vengan ahora con esos discursos multiculturalistas según los cuales es que no les entendemos y que debemos integrarles: ante el delito sólo cabe una respuesta. La policía y la deportación en caso de no respetar las leyes del país que te acoge. Lo entendieron así los americanos y de inmigración entienden un rato.
Comentarios
El que delinque debe recibir castigo en el país extranjero y en su propio país.