La derrota de los demócratas, ¿la salvación de Obama?

Todavía están calientes los resultados de las elecciones legislativas americanas que han supuesto un cambio (wave lo llaman allí) en el equilibrio de poder en EEUU. El partido demócrata ha perdido muy claramente las elecciones y el partido republicano las ha ganado. Es de perogrullo en un sistema bipartidista, pero hay algo más, y ese algo más es la eclosión del Tea Party, del que ya hablamos en este blog hace unas semanas. El Tea Party, contrariamente a lo que la izquierda europea de forma machacona repite una y otra vez, no es extrema derecha, sino simplemente conservador. Es un movimiento que busca dos cosas: menos Estado y más libertad para cada ciudadano para hacer con su vida y sus bienes lo que desee siempre que no perjudique a la comunidad en su vida y sus bienes. Es, eso sí, totalmente contrario al socialismo, que es exactamente lo contrario: cada vez más Estado y cada vez menos libertad para el ciudadano para decidir sobre su vida y sus bienes (que llegan a ser confiscados por ese Estado Benefactor).

Y si hay un político en EEUU que encarna ese socialismo de Estado Benefactor, es el actual presidente demócrata Barack Obama. Y esa política es la que ha sido derrotada en estas elecciones legislativas. Muchos han hablado de que es el comienzo del fin de Obama, pero en EEUU, a diferencia de Europa, el presidente no puede acortar el mandato sino que tendrá que torear la situación durante los próximos dos años. Y ahí es donde yo discrepo de los que creen que Obama está acabado. Esta situación de inferioridad izquierdista (sobre todo tras la caída, loado sea Dios, de Nancy Pelosi) hará que muchas de las medidas de Obama no puedan llevarse a cabo (subidas de impuestos, ampliación de gasto presuntamente social, rescates públicos a sectores improductivos, etc.) lo que redundará en una mejora de la situación económica (que los gobiernos sólo pueden entorpecer o favorecer, no crear empleo ni nada parecido) y en la posibilidad de que el actual presidente se apunte el tanto. Obama tendrá que reducir sus expectativas socialistas, y eso hará que haga una política correcta, tal y como ha empezado a sucederle a ZP en España. No es que se hayan vuelto virtuosos, es que no tienen con quien.

Por tanto, aunque parezca lo contrario, la derrota de los demócratas puede terminar siendo buena para Obama...

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