¿Ha cambiado la doctrina de la Iglesia respecto al condón?
'El Papa Benedicto XVI acepta el preservativo', 'cambia la doctrina de la Iglesia sobre el uso del preservativo'. Las ancianas se nos santiguan en el fondo del templo, sorprendidas ante este Papa que se nos ha vuelto loco. Los ¿teólogos? progres ya se nos frotan las manos mientras repiten si es que teníamos razón y la Iglesia no estaba con los tiempos. Pero, ¿de verdad ha cambiado la Iglesia su doctrina clásica sobre la sexualidad? Pues, sintiendo mucho aguarles la fiesta que ya estaban montando aquellos que pretenden (permítaseme el chiste) montárselo a troche y moche con un plastiquito en el miembro, el Papa no ha dicho nada de eso. ¿Qué ha dicho entonces el Papa?
Esto mismo lo ha defendido la Iglesia siempre, ya que si además de faltar a la virtud de la castidad se falta a la de la justicia, pues es echar más basura encima del estiercolero. La Iglesia y Cristo siempre ha propuesto ideales altos (la castidad, el ofrecimiento del sacrificio de sí mismo, la entrega total al otro), y ahí no caben el irse a la cama con uno o con otro o con otra o lo mismo da. Tampoco cabe la falta de compromiso y entrega de todo el ser (que eso es el matrimonio). Eso es lo que propone, a enseñanzas de su Maestro, la Iglesia. Lo otro, pues es entrar ya en casuísticas de bajo nivel: si le soy infiel a mi mujer, ¿puedo usar el preservativo? Pues ya da igual, si le vas a ser infiel a tu mujer ¿por qué vas a preocuparte por el condón? ¿Para no pecar?
Es curioso que los progres exégetas de la palabra del Papa hayan entendido que el Papa aprueba el preservativo y no que aprueba la prostitución, porque ya puestos a tergiversar. Lo que pasa en que lo otro quedaría demasiado burdo. Pues no, el Papa no ha aprobado el preservativo. Como no podía ser de otro modo, la doctrina de la Iglesia no ha cambiado en estos veinte siglos. ¿Acaso no recuerdan tantos las palabras de Cristo: los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán? Más claro, el agua.
Concentrarse sólo en el profiláctico quiere decir banalizar la sexualidad, y esta banalización representa precisamente la peligrosa razón por la que tantas y tantas personas no ven más en la sexualidad la expresión de su amor sino sólo una suerte de droga, que se suministran a sí mismas. Por eso, también la lucha contra la banalización de la sexualidad es parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y puede ejercer su efecto positivo sobre el ser humano en su totalidad.O sea, que no ha dicho nada nuevo. El uso del preservativo como método anticonceptivo sigue siendo condenable, pero lo que la Iglesia no puede defender es que se vaya por ahí contagiando a todo el mundo. ¿Qué propone y sigue proponiendo la Iglesia? Pues lo que los mismos médicos en sus informes proponen para evitar la propagación de la enfermedad: ABC, esto es, Abstinencia, Fidelidad y si usted no va a seguir las dos primeras, pues use un condón, oiga.
Puede haber casos singulares justificados, por ejemplo cuando una prostituta utiliza un profiláctico, y esto puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia del hecho de que no todo está permitido y que no se puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, este no es el modo auténtico y propio para vencer las infecciones del HIV. Es realmente necesaria una humanización de la sexualidad
Esto mismo lo ha defendido la Iglesia siempre, ya que si además de faltar a la virtud de la castidad se falta a la de la justicia, pues es echar más basura encima del estiercolero. La Iglesia y Cristo siempre ha propuesto ideales altos (la castidad, el ofrecimiento del sacrificio de sí mismo, la entrega total al otro), y ahí no caben el irse a la cama con uno o con otro o con otra o lo mismo da. Tampoco cabe la falta de compromiso y entrega de todo el ser (que eso es el matrimonio). Eso es lo que propone, a enseñanzas de su Maestro, la Iglesia. Lo otro, pues es entrar ya en casuísticas de bajo nivel: si le soy infiel a mi mujer, ¿puedo usar el preservativo? Pues ya da igual, si le vas a ser infiel a tu mujer ¿por qué vas a preocuparte por el condón? ¿Para no pecar?
Es curioso que los progres exégetas de la palabra del Papa hayan entendido que el Papa aprueba el preservativo y no que aprueba la prostitución, porque ya puestos a tergiversar. Lo que pasa en que lo otro quedaría demasiado burdo. Pues no, el Papa no ha aprobado el preservativo. Como no podía ser de otro modo, la doctrina de la Iglesia no ha cambiado en estos veinte siglos. ¿Acaso no recuerdan tantos las palabras de Cristo: los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán? Más claro, el agua.
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