Elecciones en Cataluña: ¿ahora qué, ZP?
Mucho se ha comentado ya de la debacle del partido socialista catalán, hermano del de España, con un nacionalista catalán de Iznájar, provincia de Córdoba, al frente. Que si han votado al original (por Mas) en lugar de la fotocopia (por Montilla), que si estos datos se extrapolan a unas generales, el PP estaría más cerca de la victoria, que si ZP se apaga...
Con esta última afirmación estoy más cerca, aunque quizá más en clave interna del propio partido socialista. La caída que tiene el partido socialista (peor de lo que las encuestas pronosticaban) es brutal: la mitad de los escaños que tenía. A esto tenemos que sumar la derrota en las europeas de hace unos meses, la derrota en Galicia y unas encuestas que dejan al PSOE a muchísima distancia del PP. Si hubiera antes de las autonómicas y municipales las elecciones generales, quizá los barones socialistas dejaran que ZP se estrellase para hacer la catarsis que el socialismo español necesita. Pero el problema es que antes de que ZP sea desalojado de La Moncloa los líderes regionales deben hacer frente a sus propias reválidas. Y algunos no lo han hecho mal, pero las encuestas le son desfavorables. Hoy, presentarse como compañero de Zapatero, de su política o bajo su manto, es ya sospecha de ruina y mala gestión. Y ahí es donde la cosa puede ponérsele al inquilino (aunque ya deberíamos tacharle de okupa) de la Moncloa muy negra. Sus propios compañeros pueden hacerle la presión insoportable para que abandone (quizá la lectura correcta del nombramiento de Rubalcaba como ministro plenipotenciario haya que buscarla en esto), para que no arrastre a todo el partido en su caída. Ahora mismo, si hubiera elecciones locales y autonómicas (¡y estamos a escasos seis meses!), el partido socialista podría perder todo el poder autonómico (salvo Andalucía y País Vasco donde no hay elecciones), todas las grandes ciudades que es donde se concentra el grueso del voto. La hecatombe puede ser simplemente alucinante, sólo equivalente a la que sufrió la UCD en 1982 y que se la llevó por delante. Quizá por eso no sea ya tan absurdo el pensar que los propios socialistas puedan forzar el relevo de ZP: o bien obligándole a convocar elecciones o... forzando su renuncia en favor de Rubalcaba hasta el final de legislatura. Eso tendría dos bondades para los socialistas: por un lado revitaliza el proyecto socialista hasta las elecciones de mayo del 2011 donde se juegan sus propias habichuelas. Por otro, permiten librarse de una derrota segura en 2012 con un miembro de la antigua guardia y al menos obtener un resultado digno. ¿Lo veis descabellado?
Con esta última afirmación estoy más cerca, aunque quizá más en clave interna del propio partido socialista. La caída que tiene el partido socialista (peor de lo que las encuestas pronosticaban) es brutal: la mitad de los escaños que tenía. A esto tenemos que sumar la derrota en las europeas de hace unos meses, la derrota en Galicia y unas encuestas que dejan al PSOE a muchísima distancia del PP. Si hubiera antes de las autonómicas y municipales las elecciones generales, quizá los barones socialistas dejaran que ZP se estrellase para hacer la catarsis que el socialismo español necesita. Pero el problema es que antes de que ZP sea desalojado de La Moncloa los líderes regionales deben hacer frente a sus propias reválidas. Y algunos no lo han hecho mal, pero las encuestas le son desfavorables. Hoy, presentarse como compañero de Zapatero, de su política o bajo su manto, es ya sospecha de ruina y mala gestión. Y ahí es donde la cosa puede ponérsele al inquilino (aunque ya deberíamos tacharle de okupa) de la Moncloa muy negra. Sus propios compañeros pueden hacerle la presión insoportable para que abandone (quizá la lectura correcta del nombramiento de Rubalcaba como ministro plenipotenciario haya que buscarla en esto), para que no arrastre a todo el partido en su caída. Ahora mismo, si hubiera elecciones locales y autonómicas (¡y estamos a escasos seis meses!), el partido socialista podría perder todo el poder autonómico (salvo Andalucía y País Vasco donde no hay elecciones), todas las grandes ciudades que es donde se concentra el grueso del voto. La hecatombe puede ser simplemente alucinante, sólo equivalente a la que sufrió la UCD en 1982 y que se la llevó por delante. Quizá por eso no sea ya tan absurdo el pensar que los propios socialistas puedan forzar el relevo de ZP: o bien obligándole a convocar elecciones o... forzando su renuncia en favor de Rubalcaba hasta el final de legislatura. Eso tendría dos bondades para los socialistas: por un lado revitaliza el proyecto socialista hasta las elecciones de mayo del 2011 donde se juegan sus propias habichuelas. Por otro, permiten librarse de una derrota segura en 2012 con un miembro de la antigua guardia y al menos obtener un resultado digno. ¿Lo veis descabellado?
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PD: artículo relacionado http://eraseunavezunprogre.blogspot.com/2010/11/nacionalistas-y-friquis-protagonistas.html