¿Por qué no hay que dar dinero a los sindicatos y partidos?

Durante el debate sobre los recortes sociales y de presupuesto de la semana pasada, el líder de la oposición exigió al presidente que los primeros recortes se llevaran a cabo entre los sindicatos, partidos políticos y asociaciones empresariales, antes que a los pensionistas, funcionarios y madres. El presidente del Gobierno le replicó que esa iniciativa 'pondría en peligro el sistema constitucional'. Pero el debate ya se ha abierto, aunque el presidente no quiera. Al día siguiente, se aprobaba una nueva subvención a los sindicatos por valor de 16 millones de euros, pero el montante total recibido por los sindicatos entre diversos conceptos (formación, subvenciones, liberados, etc.) es de más de diez veces esa cifra. Cuando se ha preguntado a uno de los presuntos líderes de los sindicatos (Fernández Toxo) por la cuestión de las subvenciones y ha afirmado que CCOO puede vivir simplemente con las cuotas de sus afiliados. Le invitamos a ello.

Ya que el debate está abierto, veamos porqué no hay que dar dinero a los sindicatos, partidos, etc. y si hay que darlo, siempre será de forma voluntaria por cada ciudadano. La primera razón será mantener su independencia. Lo hemos visto en esta reciente crisis económica: pese a las cifras de paro galopante, pese a los recortes a pensionistas y funcionarios, pese al cierre de empresas, los sindicatos han permanecido callados, han sido responsables y no han hecho sangre de las desgracias del partido socialista. Nadie pensará que es por el hecho de que reciben una millonada para mantener liberados sindicales, cursos de muy dudosa utilidad y a un coste altísimo y que esos dineros provienen de una decisión del Consejo de Ministros. No somos tan mal pensados, aunque, sería mucho mejor que esto no fuera así. ¿Qué decir de los partidos políticos? Pues lo mismo: en cuanto su supervivencia depende de que haya dinero público para subsistir, no se deben a sus militantes, que elegirán a sus líderes, sino que las cúpulas se mantienen aunque no tuviesen ni un afiliado... y además como la capacidad de hacer cosas dependerá de las subvenciones que son directamente proporcionales a sus votos, pues la aparición de pequeños partidos o líderes que terminen con la hegemonía actual es imposible. Si vas al mercado a pedirle confianza en tus ideas, el mercado te la dará o no. Mucho más democrático.

La segunda razón es que no es una aportación libre. Las encuestas revelan que el descontento con la clase política (y sindical-empresarial) va en aumento, pero el dinero que sale de nuestros bolsillos para satisfacer sus ansias devoradoras no deja de salir. No podemos negarnos: esas subvenciones para ellos se las ponen ellos sin que los ciudadanos podamos hacer nada. Yo, que no estoy afiliado a ningún partido o sindicato, les pago a todos ellos su enorme tren de vida. Pero es que si no quiero hacerlo, no puedo. Han decidido ellos por mí el quitarme mi dinero para repartírselo entre ellos. ¿Cómo llamaríamos a esto? A mí me suena a Robin Hood, 'roban el dinero a los pobres para repartirlo a los ricos'.

Y hay una tercera razón: la eficiencia de los dineros públicos. Todos entendemos que debemos pagar impuestos. Hay necesidades del bien común que deben cubrirse (pensionistas, la sanidad de personas con pocos recursos, la educación, las carreteras, el funcionamiento de la justicia, los sueldos de los parlamentarios, de los funcionarios del censo... y tantas cosas más) y para eso están los impuestos. En una situación de crisis económica además, esas necesidades se hacen mucho más acuciantes: hay familias enteras en paro, muchos trabajadores necesitan formarse para reciclarse de un sector a otro... y ahí nuestro dinero está bien empleado: ayudar a quien lo necesita. Pero, ¿necesitan el dinero los partidos políticos para organizar un mitin cada fin de semana y salir 20 segundos en el telediario? ¿Necesitan los dineros los sindicatos para organizar viajes organizados de sus liberados? Pues no parece.

Hoy mismo, algunos socialistas (por ejemplo, en Madrid, 'Tomás y no digo más' que diría Chaves) han propuesto que se quite la cruz de elección de que una parte de los impuestos vayan a la Iglesia Católica o a fines sociales. Pues mira que yo estoy por ampliarla: pongamos 'crucecitas': dinero para los partidos (y digamos cuál), para los sindicatos, para la Iglesia Católica (u otras confesiones), ONG's varias... Mira que sería una opción que estoy por apoyar: Quiero elegir a quien doy mi dinero, ¿es mucho pedir?

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