¡Están locos estos americanos!
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Pero si no fuera poco este hecho para prevenir sobre la conveniencia de construir un centro musulmán (llamémosle mezquita o de otra manera) de más de trece plantas en el centro del corazón financiero de los Estados Unidos, se junta la burla, insulto a la memoria (así lo han definido ya varios blogs en internet y aquellos que más se oponen a ello) que supone que la sombra de ese edificio caiga sobre el lugar miles de personas murieron en nombre de esa ideología. Sería como construir un centro nazi en Auswitch o un monumento a Stalin en Katyn: un sarcasmo sino fuera trágico. Scott Rachelson, orientador familiar a las familias que sufrieron el atentado ha dicho: es el peor lugar donde construir una mezquita. En EEUU nadie niega el derecho que asiste a los musulmanes a construir una mezquita (siempre que respeten los principios constitucionales y la ley), pero elegir la Zona Cero no parece muy afortunado.
Pero el problema no es que los musulmanes quieran construir una mezquita en ese lugar sagrado (donde miles de americanos y de otras nacionalidades dieron su vida por la libertad). Lo peor es que las autoridades políticas (como aquí las españolas con la mezquita-catedral de Córdoba) se rindan ante una ideología que no descarta la violencia para obtener sus fines (matadlos allí donde los encontréis. Matadlos hasta que la idolatría no exista y esté en su lugar la religión de Alá). Como Chamberlain en los años treinta, como las potencias occidentales ante Hitler y Stalin, se rinden sin plantar batalla. Podemos decir como Churchill: Queréis paz sin honra y no tendréis ni paz ni honra. ¿No comprenden que cuanto más cedan más elevan el listón de sus exigencias los violentos? El alcalde de Nueva York (el judío Bloomberg -¡esa manía de 'matar al padre' avergonzándose de sus orígenes) se ha mostrado favorable a la construcción. Con estos y presidentes como Obama que atacan a su aliado Israel que es dique ante el islamismo que si no fuera por los israelíes tendríamos en nuestras calles con su violencia y odio, pero, con gente así, dentro de poco nuestras mujeres llevarán jiyab y, si nos dejan vivir, pagaremos el impuesto de los dimnies. Y si no al tiempo: Ave Obama, los que van a morir te saludan. Aunque a lo mejor aún quedan unos 'irreductibles galos' que dicen aquello de ¿Qué tal Barack?
Fuente: InfoCatólica y Libertad Digital
Comentarios
Pero tranquilo que ya vendrá algún iluminado que lo venderá como un gesto por la conciliación.
Un saludo