Educación para la Ciudadanía: la opinión de Carbonell

José Luis Carbonell, presidente de la CONCAPA, también expone su opinión sobre la asignatrua de marras. La copio, como he hecho con la de Marina:

Ante la imposición de una asignatura como Educación para la Ciudadanía, que pretende impartir una educación en valores –pese a la advertencia del Consejo de Estado del riesgo de inmiscuirse en valores de índole moral–, no ha quedado más opción que ejercer la objeción de conciencia –un instrumento legal y democrático para hacer frente a leyes que interfieren con derechos fundamentales, además de con las creencias y convicciones de la persona–. No sólo los padres de CONCAPA sino más de treinta organizaciones han visto que ésta era la única solución para defender el derecho constitucional de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones. La Conferencia Episcopal, por su parte, en el documento La Ley Orgánica de Educación (LOE), los Reales Decretos que la desarrollan y los derechos fundamentales de padres y escuelas (28-2-07) afirma, con respecto a esta asignatura que “es inaceptable en la forma y en el fondo: en la forma, porque impone legalmente a todos una antropología que sólo algunos comparten y, en el fondo, porque sus contenidos son perjudiciales para el desarrollo integral de la persona”. El mismo documento considera que “los padres harán muy bien en defender con todos los medios legítimos a su alcance el derecho que les asiste de ser ellos quienes determinen la educación moral que desean para sus hijos”. Finalmente, en relación con los centros, indica que “los centros católicos de enseñanza, si admiten en su programación los contenidos previstos en los Reales Decretos, entrarán en contradicción con su carácter propio, informado por la moral católica”. Por eso, que me expliquen cómo es posible aceptar los contenidos previstos por la Ley y pretender que no se imparten los valores que indica la asignatura. Vamos… ¡la cuadratura del círculo! Recordar además la amenaza del cuerpo de inspectores que velarán por su cumplimiento. No es cuestión de tener o no carácter propio, sino de entrar en una dinámica de apoyo a normas que pueden ser legales pero no morales, y que atacan tanto a los derechos de la familia como a la libertad de conciencia. Tanto el artículo 27.3 de la Constitución Española como el artículo II, 14 de la Constitución Europea defienden el derecho de los padres a que sus hijos reciban una enseñanza acorde con sus convicciones. Y diversas sentencias del Tribunal Constitucional y de la Corte Europea de Derechos Humanos apoyan el derecho a la objeción de conciencia, una historia que se inició en este país con la objeción al servicio militar. CONCAPA tiene un compromiso de defensa de la libertad de enseñanza con sus asociados y con todas las familias españolas y es un compromiso que queremos cumplir. Porque es sabido que los derechos que no se defienden se pierden.
El argumento incial de recordar a la FERE su obligación de seguir las directrices de la Iglesia (¿no se denominan colegios de enseñanza religiosa? ¿no van a seguir las directrices de la Conferencia Episcopal? ¿entonces de quíen?) es de lo más pertinente. Además, existe una obligación moral para oponerse al mal. Un cristiano no puede permitir que el mal esté a su lado sin hacer nada para combatirlo. Decía Virgilio 'tu ne cedas ante malis sed contra audientor ito' (no cedas ante el mal, antes bien, combátelo con audacia) y Cristo lo desarrolló en ese 'cada vez que hicisteis esto a uno de mis hermanos a mí me lo hicisteis'. Lamentablemente, la FERE ha entrado en la dinámica de abandonar a las familias en la defensa de su libertad, de su derecho a educar a sus hijos según sus convicciones morales y religiosas. Yo no dudo de que en sus colegios puedan hacerlo bien, pero ¿y el resto? ¿qué pasa con esos hijos de cristianos que no podrán llevar a sus hijos a esos colegios religiosos? La FERE opta por abandonarlos a su suerte.

En alguna conferencia que he dado sobre el asunto he afirmado que habría que oponerse a esta asignatura aunque se encargara su ejecución y temario a la misma Conferencia Episcopal. Por la simple razón de que es un derecho de los padres, no del Estado y debemos defender el derecho de los padres no cristianos a educar a sus hijos según sus creencias, aunque no sean las nuestras. Lo otro ya lo conocimos en la dictadura y el nacionalcatolicismo, sólo que ahora al revés...

Comentarios

Alberto Esteban ha dicho que…
Yo me pregunto: ¿Dónde están los millones de firmas que entregó la CONCAPA al gobierno por este asunto?

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