El cambio climático era mentira... ya lo dijimos

La teoría del cambio climático se basaba en afirmar que el hombre tiene una influencia decisiva en la configuración de las temperaturas y el clima. Bastaría, según esta teoría, con que el hombre tomase en consideración ciertas formas de actuación para revertir un posible calentamiento o enfriamiento. Otras fuerzas de la naturaleza serían mucho menos importantes en este proceso, el hombre es el culpable y él puede revertirlo. Era un planteamiento sencillo, lineal y cómodo: el hombre como centro del universo, como un dios que puede variar las fuerzas de la naturaleza hasta dominarlas, bien sea el clima o el origen de la vida.

Ahora ha aparecido el climategate, la prueba de que los calentólogos mentían, que todo era una farsa para forrarse a cuenta del miedo al fin del mundo. Como aquellos fundadores de sectas apocalípticas, estos presuntos científicos nos predicaban en advenimiento de todas las desgracias si no seguíamos dándoles dinero para sus investigaciones. Los políticos, socialistas de todos los partidos, rápidamente se unieron para salvarnos del próximo fin de nuestra civilización, del achicharramiento global que sin duda ya estaba cerca. De este modo, se creaban nuevos cargos, administraciones, inspectores, reguladores, tasas e impuestos... el control total de nuestra vida.... por nuestro bien, claro.

Y el gran gurú de toda esta mentira, el gran profeta del apocalipsis, era Al Gore (fracasado político que no fue capaz de ganarle unas elecciones al paleto de Bush -él que es un niño bien progre-). Curiosamente, su documental por el que ganó un Oscar, una pasta gansa, se titulaba Una verdad incómoda (si es que hay veces que se eligen unos títulos...). Claro, ya surgen voces que piden que devuelva el Oscar. Por si acaso ya ha suspendido la conferencia (por supuesto remunerada con una pastizara) que iba a dar en la conferencia del clima, donde imagino que todos los giliprogres estarían para hacerse la foto con el sumo pontífice de la cosa calentona. No es cuestión de que haya un periodista o invitado preguntón y les agüe la fiesta.

Por si acaso, y como se trata de mantener el negocio, 56 periódicos, 56, han suscrito un editorial conjunto para pedir a los gobiernos reunidos en Copenhague, que nos salven del calentamiento. Se dicen lindezas como estas:

(...) Si no nos unimos para emprender acciones decisivas, el cambio climático causará estragos en nuestro planeta y, con él, en nuestra prosperidad y nuestra seguridad.
(...) 11 de los últimos 14 años han sido los más calientes que se registran, el casquete polar del Ártico está derritiéndose y la increíble subida de los precios del petróleo y los alimentos el año pasado nos ofrece un anticipo del caos que se avecina. En las publicaciones científicas, la cuestión ya no es si la culpa es de los seres humanos, sino cuánto tiempo nos queda para limitar los daños.
(...) sólo fue posible empezar a avanzar verdaderamente en esa dirección con la llegada del presidente Obama a la Casa Blanca y el cambio total en la política de obstruccionismo que Estados Unidos mantenía desde hace años.
(...) el mundo rico es responsable de la mayor parte del carbono acumulado en la atmósfera, tres cuartos del dióxido de carbono emitido desde 1850.
(...) el año pasado, por primera vez, se invirtió más en formas renovables de energía que en producir electricidad a partir de combustibles fósiles.

Por partes: la primera afirmación es mentira, la segunda es una medio verdad que casi es peor. Greenpeace ha reconocido que exageró los daños que el cambio climático podría causar, el documental de Gore no deja de ser fastasmagóricas elucubraciones de mentes calenturientas (y valga la redundancia en este caso). El reciente climategate ha demostrado de nuevo la exageración y manipulación de datos. Por tanto la afirmación que hacen estos voceros del calentamiento es mentira o al menos muy inexacta. No sabemos nada sobre el cambio climático. El segundo datos es casi hasta divertido: 11 de los últimos 14 años han sido los más calientes... pero omiten que los tres de referencia son ¡¡los tres últimos!! lo que daría como resultado que, como sostienen los que niegan el cambio climático antropogénico, la temperatura varía en ciclos calor-frío sin que el hombre tenga mucho más que decir y que acaba de empezar un periodo de frío de nuevo.

Lo de Obama y el obstruccionismo americano es simplemente de guasa: es muy probable, gracias a Dios, que el Congreso americano no apruebe las medidas de Obama (como no lo hizo con Clinton) para frenar el presunto calentamiento global. Entre otras cosas porque los americanos no nos muy partidarios de arruinarse... Lo del mundo es la típica cosa progre de renunciar a nuestra cultura y abominar de ella: desde 1850, Occidente ha sido capaz de producir la mayor capacidad de desarrollo y bienestar de la historia de la humanidad. ¿Nos piden los progres que renunciemos a las medicinas, internet o la automoción o los vuelos trasatlánticos que han permitido el desarrollo de la cultura y el conocimiento? Quizá se sientan más felices en la cueva... aunque ninguno de ellos lo haya dejado todo por irse al Amazonas...

La última frase es simplemente para llorar si no fuera porque nos cuesta un dineral. Claro que se invierte en tecnologías renovables: los gobiernos dan dinero aunque cueste más que las que emiten carbono. Para un señor que tenga un campo en medio de La Mancha, sale más a cuenta poner un molinillo que trabajar el campo: si todos le pagamos el molinillo...

En resumen, mentiras y gordas en esto del cambio climático. Es aquello del seréis como dioses. No podemos admitir que el hombre no es el centro del universo, que hay fuerzas mayores que nosotros y que llegado el caso, y no sabemos cuándo, el mundo se nos acabará y poco podremos hacer. No quiere decir que renunciemos a cuidar el planeta, a no destruir sin necesidad, pero los costes de ello deben ser asumibles, y las políticas propuestas para el prsunto cambio climático, no lo son.

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